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ASTROLOGÍA EN MARRUECOS A FINES DEL SIGLO XIV Y PRINCIPIOS DEL XV SEGÚN EL MANUSCRITO ESCORIAL 916.

 Dr: Chedli Guesmi
Universidad de Barcelona


Introducción.

A mediados del siglo XIV el erudito Ibn Marzýq (1310-1379) escribió un retrato hagiográfico del décimo sultán meriní de Marruecos Abý l-©asan b. þAl÷ (r. 731/1331 – 752/1351) en el que dedica un capítulo entero al rechazo que Abý l-©asan sentía por la astrología, como consecuencia de sus ideas ortodoxas.[1] Uno de los acontecimientos más importantes que se produjeron durante su reinado fue la derrota que sufrió en la batalla de El Salado o Fa¬½ Æar÷f  (1340) en la que el ejército musulmán formado por tropas meriníes y nazaríes granadinas fue vencido por las tropas castellanas de Alfonso XI. Resulta curioso observar que un astrólogo de origen argelino, Ibn þAzzýz al-QusanÐ÷n÷ (m. Constantina en 755/1354), que residía en Fez, levantó varios horóscopos acerca del resultado de la batalla. Dado que las predicciones basadas en los mencionados horóscopos no se conformaron con el resultado real, Ibn þAzzýz atribuyó su fracaso predictivo al uso de las tablas del tunecino Ibn Is¬×q (fl. 1193-1222) y decidió compilar una nueva colección de tablas (al-Z÷¥ al-Muw×fiq) basadas en un método experimental en el que los datos se basaron en criterios tanto astronómicos como astrológicos.[2]
            La ortodoxia de Abý l-©asan no implicó el final de la actividad astrológica en Marruecos durante la segunda mitad del siglo XIV. De hecho no está claro el origen de los horóscopos de Ibn þAzzýz sobre la batalla y no sabemos si los círculos del poder que rodeaban a Abý l-©asan fueron quienes Solicitaron una predicción sobre los resultados de la misma. Sabemos, por otra parte, que personajes importantes de la época se interesaban por la astrología. Es el caso del sultán Abý S×lim Ibr×h÷m ibn Ab÷ l-©asan (760/1359 – 762/1361), uno de los hijos de Abý l-©asan, quien poseía dos astrolabios hechos en oro y plata, y el del visir Gh×z÷ ibn al-K×s, a quien Ibn Qunfu² al-QusanÐ÷n÷ dedicó su comentario a la  Ur¥ýza f÷ l-a¬k×m al-nu¥ýmiyya, escrita por el famoso astrólogo tunecino del siglo XI  Ibn Ab÷ l-Ri¥×l. El comentario de Ibn Qunfu² debió ser una obra ampliamente difundida, ya que se conserva en un gran número de manuscritos, aunque aquí sólo se tendrá en cuenta la versión conservada en el manuscrito Escorial 916. La obra en cuestión está dedicada a Abý Ya¬y× Abý Bakr, hijo del difunto visir  Abý Mu¥×hid G×z÷, identificado por Manýn÷[3] con Abý Bakr b. Ab÷ Mu¥×hid G×z÷ ibn al-K×s, visir del sultán meriní Abý F×ris (767/1366 – 774/1372) y de su hijo Abý Zayy×n (774/1372 – 776/1374).
            Como el escrito de Ibn Qunfu² contiene una serie de horóscopos históricos, el más tardío de los cuales, como veremos, corresponde a la bayþa de Abý F×ris e incluye una estimación muy precisa de la duración de su reinado, hay que concluir que la obra fue escrita después de 1372. Por otra parte, Ibn Jaldýn afirma que el ministro Ibn G×z÷ fue exiliado a Mallorca a fines de 776/1375, por lo que es probable que el comentario de Ibn Qunfu² se escribiera durante el breve reinado de Abý Zayy×n (1372-1374) aunque Ibn Qunfu² afirma (Ms Escorial 916 fol. 177r) que “nuestro tiempo” es “el principio del tercer tercio del siglo VIII de la Hégira”, lo que implica el año 766H/1364-65), unos diez años antes de la fecha propuesta.
            La segunda fuente de la que me voy a ocupar, conservada en el mismo manuscrito, es algo posterior: el Kit×b al-amÐ×r wa l-asþ×r (Sobre lluvias y precios) de Abý þAbd All×h al-Baqq×r, sobre quien sólo conocemos que es el autor de dos obras interesantes: el AmÐ×r y el Kit×b al-adw×r f÷ tasy÷r al-anw×r (Ciclos para la prorrogación de los luminares). La primera se conserva en un único manuscrito (Escorial 916, fols. 187v - 236r), cuya edición será el tema de mi tesis doctoral. El Anw×r, por otra parte, se conserva, al menos, en tres manuscritos (Escorial 916 y Rabat Hassaniyya 826 y 5372) y consta de dos partes: la primera tiene contenido astronómico y ha sido objeto, recientemente, de una edición de Montse Díaz Fajardo,[4] quien prepara asimismo una edición de la segunda parte, de contenido astrológico. Esta segunda obra tiene el interés de mostrar que al-Baqq×r era un astrónomo competente y que vivió en una etapa en la que los astrónomos magrebíes estaban empezando a abandonar la tradición astronómica andalusí, representada por los z÷¥es de la escuela de Ibn Is¬×q, adoptando en su lugar los nuevos z÷¥es orientales, que estaban empezando a difundirse por el Magreb.[5] Este libro, por otra parte, es la única fuente que nos permite fechar las actividades de su autor, ya que afirma que fue escrito en 821/1418, el año en el que al-Baqq×r hizo, en Fez, una observación de la altura del Sol, tras haber determinado, cuidadosamente, la latitud de la ciudad. Además de estos datos sólo sabemos que al-Baqq×r fue probablemente el copista de la colección de cuatro obras astrológicas que se conservan en el manuscrito Escorial 939, copiado en 813/1411 por un personaje denominado Mu¬ammad b. þAl÷ al-Baqq×r.
            El Kit×b al-amÐ×r ha atraído la atención de varios eruditos[6] ya que es una de las dos fuentes conocidas[7] que contiene un texto árabe en el que se explican las predicciones astrológicas basadas en el “sistema de las cruces” (a¬k×m al-½ulub), utilizado por los antiguos romanos (rým) de al-Andalus, Ifr÷qiya y el Magreb. Este sistema se conoce también por una versión castellana, conservada en el Libro de las Cruzes alfonsí, basada en una recensión elaborada en el siglo XI (después de la conjunción de Saturno y Júpiter del año 459/ 1066-67, citada en el texto) por un cierto þAbd All×h b. A¬mad al-ÆulayÐul÷.[8]
            Disponemos, por tanto, de dos tratados astrológicos escritos en Marruecos entre 1372-1374 (Ibn Qunfu²) y, probablemente, después de 1418. Esto puede darnos una idea acerca de la práctica de la astrología en Marruecos durante un período de cincuenta años, que corresponden al último cuarto del siglo XIV y el primero del XV.




2. Astrología e Islam

La astrología ha resultado siempre una disciplina sospechosa en el marco de las tres confesiones monoteístas y esto ha obligado a los astrólogos de cualquier religión a justificar la licitud de sus prácticas. Esto preocupa, de manera especial, a Ibn Qunfu² cuyas prácticas ½ufíes son bien conocidas. Tanto Ibn Qunfu² como al-Baqq×r se preocupan de la compatibilidad entre la práctica de la astrología y su propia ortodoxia.
El primero de estos dos autores clasifica las ciencias en ciencias religiosas (d÷n÷) y racionales (þaql÷). Las ciencias religiosas se contienen en la ¹ar÷þa, mientras que las ciencias racionales pueden tener un carácter práctico o aplicado (½in×þ÷) o bien no tener una aplicación directa (gayr ½in×þ÷). En el primer subgrupo encontramos a la Lógica, Geometría, Aritmética (¬is×b), Medicina, Astrología y Astronomía (þilm al-nu¥ým), las disciplinas propias del secretariado (kit×ba) y otras. Las ciencias gayr ½in×þ÷ incluyen los Fundamentos de la Religión (U½ýl al-D÷n) y del Derecho (U½ýl al-Fiqh), así como la lengua árabe. En lo que se refiere a la astrología, Ibn Qunfu² señala que las indicaciones (dal×la) que proporcionan los cuerpos celestes son sólo indicios, no causas, y que Dios puede alterar los movimientos planetarios y cambiar sus indicaciones. La astronomía es una ciencia útil, gracias a sus aplicaciones al m÷q×t. El estudio de los tamaños y distancias de los planetas, así como el de la irregularidad de sus movimientos, implica el análisis de un reflejo de la sabiduría divina. Cita a autoridades religiosas como þAl÷ b. Ab÷ Æ×lib, quien tenía un conocimiento adecuado de la astronomía, así como a los autores de la literatura de anw×’, considerada aceptable por los ortodoxos.
            Al-Baqq×r desarrolla este tema de manera más detallada: la introducción de su Kit×b al-amÐ×r explica que los sabios han adoptado tres actitudes distintas ante la astrología, y continúa defendiendo la utilidad de esta disciplina. Una de estas actitudes es la de los polemistas (ahl al-¥adal) que rechazan la astrología, mientras que la actitud opuesta es la de los que practican la magia talismánica quienes consideran que los cuerpos celestes producen efectos (afþ×l) y ejercen influencias (ta’£÷r×t) en el mundo sublunar. Ambas actitudes son rechazadas por al-Baqq×r quien, como Ibn Qunfu², considera que, según los astrólogos, los cuerpos celestes ofrecen indicaciones (dal×l×t) que les permiten hacer predicciones gracias a sus conocimientos, que se basan en experiencias (ta¥×rib) y razonamientos analógicos (qiy×s×t), cuyos resultados han sido recogidos en sus libros. Los fenómenos celestes sugieren una predicción pero no son la causa de acontecimientos futuros (wa huwa mush×hid ghayr mud×fiþ). A este respecto cita el Corán 32,34 acerca de las cinco cosas que sólo Dios conoce, entre las que encontramos la caída de la lluvia, que constituye el tema principal de este libro. Cita también el Corán 37, 88-89, acerca de la capacidad de Abraham para predecir astrológicamente que va a caer enfermo. La lluvia no se produce debido a la influencia de los cuerpos celestes pero los hombres son capaces de analizar los indicios que les permiten prever la posibilidad de lluvia. A este respecto da un cierto número de ejemplos históricos: el califa þUmar no autorizó la oración del istisq×’ hasta que llegó el naw’ de las Pléyades, considerado tradicionalmente como un período de lluvia dentro del año solar.[9] Análogamente al-Gaz×l÷ no quiso rezar la oración del istisq×’ hasta que Venus estuviera combusto en el signo de Piscis. Esto último puede ser interpretado de dos maneras distintas: por una parte, Piscis es un signo de agua y Venus que, como la Luna, tiene una clara influencia en la caída de la lluvia, tiene su exaltación (¹araf) en el grado 27 de Piscis. Por otra, en una interpretación más racional, si Venus está combusto en Piscis, el Sol debe encontrarse en el mismo signo, muy cerca del equinoccio de primavera, una época del año en el que, al menos en la zona del Mediterráneo, abundan las lluvias.
            La astrología que, según al-Baqq×r, es compatible con la religión islámica, es, evidentemente, útil ya que permite prever el futuro y adoptar las medidas preventivas adecuadas, entre las que menciona pedirle a Dios que evite un futuro acontecimiento catastrófico. Este tipo de conocimientos resulta especialmente importante para los monarcas y líderes políticos como Heraclio, rey de Bizancio, quien pudo prever que se vería obligado a abandonar Siria como consecuencia del advenimiento del profeta Mu¬ammad. Heraclio observaba las estrellas y lo mismo hicieron los Baný þUbayd cuando construyeron la ciudad de Mahdiyya. La ubicación de la nueva ciudad fue elegida por þUbayd All×h al-Mahd÷ en 300/912-13 y la inauguración oficial tuvo lugar el 8 de ³aww×l de 308/ 19 Febrero 921, con Leo en el ascendente, ya que es un signo fijo y el signo del Sol, que es un indicador de los reyes.[10] En otro pasaje, al-Baqq×r nos informa que un rey de Roma descubrió, gracias a un horóscopo, que la capital del Imperio Romano iba a ser trasladada de Roma a Bizancio y esto le permitió adoptar medidas preventivas.

3.Técnicas sencillas para las predicciones astrológicas

Los dos libros de al-Baqq×r e Ibn Qunfu² se relacionan con dos tipos distintos de astrología: por una parte al-Baqq×r se ocupa fundamentalmente de predicciones basadas en un número reducido de variables y que pueden reducirse a una casuística detallada utilizando un análisis combinatorio. Si se utiliza este método, el astrólogo se limitará a seleccionar las variables relacionadas con un caso particular y leerá la predicción correspondiente en una lista, que estará a su disposición como resultado del desarrollo de la casuística. No tendrá que preocuparse por el cálculo de las posiciones planetarias, la división de las casas u otros aspectos técnicos de la astrología convencional. Esto parece corresponder a un tipo de astrología popular que debían utilizar astrólogos de escasa categoría que actuaban en el sýq de cualquier ciudad y es la misma clase de astrología que  aparece también en el Tractatus de nova astronomia[11] de Ramón Llull. Todo esto resulta radicalmente distinto de la astrología más sofisticada, basada en desarrollos griegos e islámicos, que encontraremos en el comentario de Ibn Qunfu².

3.1 El “sistema de las cruces”

La primera parte del Kit×b al-amÐ×r expone las técnicas astrológicas del “sistema de las cruces”. Su contenido se relaciona, de manera bastante estrecha, con los capítulos 1, 4, 5, 6, 57, 60, 61, 62, 63, 64 y 65 del Libro de las Cruzes alfonsí. Esta equivalencia muestra que al-Baqq×r está utilizando una fuente relacionada con la revisión llevada a cabo, en el siglo XI por þAbd All×h al-ÆulayÐul÷, el Oveidalla de la traducción alfonsí. El texto cita también  39 versos de la ur¥ýza de þAbd al-W׬id ibn Is¬×q al-¾abb÷ (fl. Algeciras y Córdoba c. 800)[12], que es el texto astrológico andalusí más antiguo conocido así como una versificación del capítulo 57 del Libro de las Cruzes. Su antigüedad, el hecho de que fuera compuesto en un momento de la historia en el que los textos astronómicos y astrológicos orientales aún no habían llegado a al-Andalus, las referencias - tanto del texto de al-Baqq×r como de la traducción castellana – al hecho de que este sistema era el que utilizaban los antiguos romanos (rým) de al-Andalus, Ifr÷qiya y el Magrib y, finalmente, el carácter primitivo de las técnicas astrológicas utilizadas llevaron a Juan Vernet y a Julio Samsó[13] a asumir que el sistema era de origen latino tardío.
            Esta parte del libro se ocupa fundamentalmente de predicciones meteorológicas, períodos de sequía y fertilidad y la influencia que estos tienen en la evolución de los precios de los productos agrícolas. Todo ello se basa, sobre todo, en las posiciones de los planetas superiores. El sistema de las cruces utiliza aspectos clásicos como la cuadratura, así como otros que parecen tener un origen distinto. Es el caso del i¬tir×q (“quemazón”) que no tiene nada que ver con la proximidad de un planeta al Sol (“combustión” de la astrología clásica) sino que designa  la situación en la que los planetas están juntos en el mismo signo o dispersos en la misma triplicidad. Lo mismo puede decirse del igl×q (cierre): los planetas están muglaqa (cerrados) cuando retrogradan. Los planetas pueden también estar mutasattara (alineados) cuando se encuentran en cuatro signos consecutivos; si uno de estos cuatro signos está vacío, sin ningún planeta que lo ocupe, la situación se denomina muglaqa maftu¬a (cerrada-abierta). El texto habla también de aspectos, llamados itti½×l (aplicación), aunque la traducción alfonsí utiliza el término catamientos que parece, más bien, corresponder a naÞar. Estos aspectos se utilizan cuando el autor intenta establecer cuál de los dos planetas superiores (Saturno y Júpiter) domina sobre el otro cuando ambos están en trino o cuadratura. Además de la cuadratura, el trino, la conjunción y la oposición, el texto habla también de un aspecto septil (tasabbuþ).
            Aparece, a veces, alguna evidencia del uso de técnicas astrológicas más desarrolladas, tal como sucede en pasajes que mencionan “dignidades” (¬uÞýÞ), deyecciones (suqýÐ), aspectos entre planetas benéficos y maléficos, oposición y conjunción.[14] Esto puede deberse a interpolaciones en el texto realizadas por el revisor,
þAbd All×h al-ÆulayÐul÷, quien cita otras fuentes independientes del sistema de las cruces como baþÅ al-mashriqiyy÷n mencionados en el capítulo 63 del Libro de las Cruzes, en un pasaje conservado por al-Baqq×r, o la cita del Kit×b al-þarÅ f÷ l-asþ×r de Hermes al-©ak÷m.

3.2 El paso de Saturno por las cuatro triplicidades y por los doce signos zodiacales: la L×miyya de Ibn al-Jayy×Ð.

En la segunda parte del Kit×b al-amÐ×r, al-Baqq×r trata del paso de Saturno por las cuatro triplicidades y los doce signos zodiacales. Esta parte es claramente independiente del sistema de las cruces, por más que la técnica astrológica utilizada resulta igualmente sencilla. Aquí al-Baqq×r cita fuentes andalusíes la principal de las cuales es la L×miyya de
Abý Bakr Ya¬y× b. A¬mad, conocido como  Ibn al-Jayy×Ð. Este astrólogo vivió desde c. 367/977 hasta 447/1055-56, fecha en la que murió en Toledo. Sirvió profesionalmente a varios monarcas del período como el califa Sulaym×n b. al-©akam al-N×½ir li-D÷n All×h (r. en 400/1010 y desde 403/1013 hasta 407/1016), durante la etapa de la fitna, y al rey de Toledo al-Ma’mýn  (435/1043 – 467/1074-75).[15] El último rey zirí de Granada, þAbd All×h b. Buluqq÷n añade, en sus memorias (Æiby×n),[16] que predijo la conquista de Denia por al-Muqtadir b. Hýd, rey de Zaragoza y padre del famoso rey-matemático al-Mu’taman b. Hýd, en 468/1076, así como la muerte del rey en 475/1082-83. Según al-Baqq×r, Ibn al-Jayy×Ð dedicó a al-Ma’mýn una Ris×la f÷ l-qir×n×t al-nu¥ýmiyya (Epístola sobre conjunciones planetarias) en la que se ocupaba, entre otras cosas, de los acontecimientos de al-Andalus, el tiempo durante el cual los musulmanes vivirían en este país y las indicaciones que apuntaban a que pronto deberían abandonar este lugar. Al-Baqq×r, aparentemente, es la única fuente que conserva la L×miyya de Ibn al-Jayy×Ð, de la que el Kit×b al-amÐ×r reproduce 90 versos dispersos en esta segunda parte del libro, y que parecen contener alusiones a hechos reales que se produjeron durante la vida del autor. En estos versos Ibn al-Jayy×Ð trata de:
            - El paso de Saturno por las cuatro triplicidades (15 versos), de los que los tres versos finales aluden a una estación de Saturno al final de Capricornio, tras haber retrogradado. Esta referencia nos permite fechar el poema hacia 442/1050, durante el reinado de al-Ma’mýn.
            -Saturno en Aries (8 vv): el penúltimo verso se refiere a una guerra con los bereberes.
            -Saturno en Tauro (3 vv), Géminis (4 vv) y Cáncer (8 vv). Los últimos versos (Cáncer) mencionan un terremoto en Córdoba y un eclipse solar a mediodía que permitió a la gente contemplar las mansiones lunares en pleno día. Esto puede aludir al eclipse solar del 29 de Junio de 1033, momento en el que Saturno estaba en Cáncer. Por otra parte, el primer verso de la serie de Cáncer, menciona la presencia, en este signo de al-qahh×r×n o al-q×hir×n (los dos [planetas] poderosos): esto parece corresponder a una conjunción de Saturno y Marte en Cáncer que tuvo lugar en Septiembre de 1033.
            -Saturno en Leo (6 vv), Virgo (8 vv) y Libra (6 vv).
            -Saturno en Escorpio (5 vv) y Sagitario (8 vv): el sexto verso de la serie de Sagitario alude a una ocultación de Saturno por la Luna llena.
            -Saturno en Capricornio (5 vv), Acuario (10 vv) y Piscis (2 vv).
Al-Baqq×r termina con otros dos versos, que tratan de temas diferentes. El conjunto hace pensar que no ha citado la totalidad de la L×miyya de Ibn al-Jayy×Ð.

4. Técnicas astrológicas más elaboradas en el Kit×b al-amÐ×r

El libro sigue con el análisis del paso de Saturno por los doce signos zodiacales en el que utiliza otras fuentes y técnicas. Parece claro que se refiere al tasy÷r (prorrogación) cuando utiliza términos como Ð×liþ (ascendente), qaÐþ (corte) o hayl×¥ (indicador). Entre sus fuentes menciona a “algunos sabios romanos/ griegos” (baþÅ ¬ukam×’ al-Rým), quienes incluyen referencias a al-Andalus, lo que hace pensar en la posibilidad de que esta fuente se relacione con los autores del “sistema de las cruces”. Otras autoridades son Hermes y þUmar ibn Farruj×n al-Æabar÷ (segunda mitad del s. VIII y principio del s. IX), al que parece conocer a través de una recensión andalusí de un libro suyo escrito por un tal þAbd al-þAz÷z ibn al-BayÐ×r que, tal vez, pueda identificarse con el autor de unas tablas de latitudes planetarias (¿derivadas de las de Ibn al-Kamm×d?) mencionado por el autor anónimo de una recensión tunecina del Z÷¥ de Ibn Is¬×q, que se conserva en un manuscrito de Hyderabad.[17] Al-Baqq×r menciona también otra fuente anónima, que considera fiable, según la cual se produjo una conjunción de Saturno y Marte en el signo de Piscis en el año 626/1228-29 y que esta conjunción trajo prosperidad a al-Andalus y pobreza a la parte oriental del Magreb, Egipto y Siria. Utilizando tablas modernas puede comprobarse que la mencionada conjunción se produjo efectivamente el 21 de Noviembre de 1228 en el signo de Piscis, en el grado 324º[18] y pueden obtenerse resultados análogos con tablas medievales.       
            En el pasaje siguiente al-Baqq×r añade al paso de Saturno por las triplicidades y por signos trópicos, fijos y bicorpóreos, otras variables como las conjunciones de Saturno y Marte, Saturno y Venus, además de las ya mencionadas de Saturno y Júpiter. Insiste en la importancia de Venus y la Luna, cuya relación con la lluvia es un tópico astrológico bien conocido. Elabora predicciones basadas en las mansiones lunares con las que coincide Venus en el momento de su orto, así como en el movimiento directo o retrógrado de los planetas superiores. Aplica a la astrometeorología ideas médicas, como la de los momentos de crisis de las enfermedades: la posición de la Luna le permite predecir momentos en los que se producirá un cambio del tiempo en un mes determinado. Introduce asimismo refinamientos como la proyección de rayos, la idea del ¬ayyiz (fase de dominio) de cada planeta, decanos, ¬udýd (términos) así como la ziy×da/ nuq½×n (aumento/ disminución) en ¬is×b (cálculo) o mas÷r (velocidad).
            La última parte del libro se divide en tres capítulos que tratan de 1) meteorología y lluvias, 2) precios y 3) eclipses solares y lunares. En el primer capítulo aparece una nueva fuente: el Kit×b al-B×riþ f÷ a¬k×m al-nu¥ým de Ibn Ab÷ l-Ri¥×l, en el que se encuentran nuevas técnicas para la predicción meteorológica. Las predicciones pueden hacerse para un año entero, utilizando el método habitual de levantar el horóscopo de la conjunción u oposición del Sol y de la Luna inmediatamente anterior al equinoccio de primavera. Hay también predicciones para períodos más breves: estaciones (horóscopo de la conjunción u oposición previa a los equinoccios y solsticios), meses, medios meses, semanas y períodos de dos días y medio (paso de la Luna por los doce signos zodiacales). Para este tipo de predicciones, al-Baqq×r introduce ciclos de astrología mundial (qisma e ifr×diyya) y define nuevos instrumentos teóricos:
            a) Tres lotes o partes (sih×m) que son el sahm al-maÐar, sahm al-riy׬ y sahm al-ayy×m que corresponden, respectivamente a los lotes de la lluvia, los vientos y los días. Sólo el sahm al-riy׬ se calcula de la misma manera que en las fuentes orientales, pero esto no sucede con el sahm al-maÐar. Al-Baqq×r  e Ibn Ab÷ l-Ri¥×l atribuyen el sahm al-ayy×m a Abý Maþ¹ar, por más que este lote no aparece en el Madjal Kab÷r del astrólogo oriental.
            b) Ta’s÷s×t que son equivalentes a las fa¹÷¹×t mencionadas por  al-B÷rýn÷:[19]se trata de una serie (12, según al-B÷rýn÷ y 24 según al-Baqq×r) de elongaciones de la Luna con respecto al Sol, en intervalos desiguales, que determinan puntos sensibles en el desplazamiento mensual de la Luna
            c) “Apertura de puertas” (abw×b al-futý¬, abw×b al-futu¬×t), un concepto que aparece, con diferencias mínimas, en muchas fuentes orientales como Ký¹y×r b. Labb×n[20] y al-B÷rýn÷[21]. La definición de al-Baqq×r no es idéntica a la de sus predecesores orientales: hay “apertura de puertas” cuando la Luna se separa de un planeta de una pareja de planetas que tienen sus domicilios en signos opuestos[22] y entra en aplicación con el otro miembro de la pareja.
            d) Aumento y disminución en número (þadad), ecuación (taþd÷l) y luz (nýr), así como s×þid/ h×biÐ f÷ falaki-hi (que asciende/ desciende en su esfera) y baÐ÷’/sar÷þ al-sayr (lento o rápido en su movimiento).
            El segundo capítulo de esta parte trata de las oscilaciones de los precios de los productos agrícolas lo que, según al-Baqq×r, se relaciona con los períodos de lluvia y sequía. Sus ideas sobre este tema son interesantes porque afirma que un incremento de la oferta de los productos en el  mercado no implica necesariamente una disminución de sus precios. En su opinión, la Luna es la causa de la oposición entre mercancías y þayn: nunca explica el significado de este palabra aunque está claro que se refiere a las monedas de oro y plata.[23] No está siempre clara la actitud del autor en relación con los precios elevados o bajos aunque, en la mayoría de los casos, asocia el bien (jayr) con el aumento de precios y el mal (al-¹arr wa l-fas×d) con su disminución. Así, cuando los indicadores benéficos (suþýd) están en una posición favorable los precios suben y lo contrario sucede cuando su posición es desfavorable, por más que cosas similares se afirman acerca de los maléficos (nu¬ýs), lo que constituye una contradicción muy clara. Hay que tener en cuenta, no obstante, que la segunda actitud coincide con citas de otros autores como el comentario de þAl÷ ibn RiÅw×n al Tetrabiblos o un Ibr×h÷m al-Yahýd÷  al que no he podido identificar.[24]
            La actitud de al-Baqq×r parece cambiar cuando analiza la oscilación de los precios utilizando conceptos derivados de la astrología mundial: cuando el maléfico planeta Saturno se encuentra en el signo de su última conjunción con Júpiter, o en el Bur¥ al-Milla (signo de la Religión) o en el Bur¥ al-qir×n al-d×ll þalà l-Milla (signo de la conjunción que anunció la aparición del Islam) – posiciones que deben considerarse privilegiadas – el precio de la comida subirá y se producirá una hambruna generalizada. Está claro que el al-qir×n al-d×ll þalà l-Milla es la conjunción de Júpiter y Saturno, con cambio de triplicidad, que tuvo lugar en el año 571 (coincidiendo, según algunos astrólogos, con el nacimiento del Profeta) en el signo de Escorpio. Resulta dudosa, en cambio, la interpretación del Bur¥ al-Milla, por más que es posible que al-Baqq×r se refiera al signo de Cáncer, que era el signo de Saturno en el momento del equinoccio de primavera del año del principio de la Hégira (19 de Marzo de 622). Dos días más tarde (21 de Marzo) se produjo una conjunción de Saturno y Marte, también en Cáncer, según Abý Maþ¹ar.[25] Cáncer corresponde, de nuevo a la longitud media de Saturno el día del principio de la Hégira (14 de Julio 622), mientras que su longitud verdadera lo situaba al principio de Leo. Resulta sugerente comprobar que el signo de la última conjunción media de Saturno y Júpiter antes del comienzo de la era (25 de Septiembre de 610 AD) fue Piscis. Tenemos, por tanto, tres signos (Cáncer, Escorpio y Piscis) que forman la triplicidad de agua.

            Las predicciones acerca de las oscilaciones de los precios utilizan la misma metodología que los relativos a la meteorología: se emplean los mismos períodos de tiempo (años, estaciones, meses, medios meses y semanas) y los indicadores más importantes son la Luna – esencial, como hemos visto,  para la predicción de lluvia -, seguida por el Sol, Venus y Mercurio.
            Este capítulo ofrece numerosas listas de productos que están sometidos a la oscilación de precios y corresponden a lo que cabe esperar en la economía del Magreb a principios del siglo XV: productos agrícolas utilizados para la alimentación humana y para la fabricación de tejidos, tintes, todo tipo de ganado pero escasísimas referencias a la pesca. Hay pocas referencias a los metales y a la minería, así como a productos de lujo como joyas, perfumes y seda. Los productos mencionados tienen asociaciones astrológicas con las triplicidades o con planetas específicos.
            Resulta interesante señalar que al-Baqq×r hace tres intentos distintos para cuantificar el aumento o disminución de los precios. El más claro establece que la diferencia en grados de longitud entre el planeta que indica el cambio en el precio y el planeta con el que entra en aplicación corresponderá al número de dinares o dirhemes del aumento o la disminución.
            El tercer capítulo trata de las indicaciones de los eclipses solares y lunares y es la única parte de todo el libro que no tiene relación con lluvias ni con precios. Por otra parte, resulta interesante señalar que contiene citas de Ibn Hibint× y pasajes que utilizan como fuente el al-Kit×b al-Mugn÷, sin mencionar al autor ni al título de la obra. Al-Baqq×r utiliza informaciones, que toma del Tetrabiblos de Ptolomeo, del Karpós seudo-ptolemaico y del Mugn÷ de Ibn Hibint×, para determinar el período de tiempo durante el cual será sensible la influencia del eclipse, así como el momento en el que tal influencia adquirirá el máximo poder. Trata también de las personas que se verán afectadas por el eclipse de acuerdo, entre otras cosas, con el signo zodiacal o la mansión lunar en los que se produce el eclipse.

5. Ibn Qunfu² y la escuela de Ibn Ab÷ l-Ri¥×l en el Magreb

La segunda fuente que quisiera analizar brevemente es el comentario de Ibn Qunfu² a la ur¥ýza astrológica de Ibn Ab÷ l-Ri¥×l. Este último es el autor del al-Kit×b al-B×riþ f÷ a¬k×m al-nu¥ým, uno de los manuales astrológicos más difundidos en la Europa medieval, que fue traducido a distintas lenguas, entre las que se encuentra el castellano gracias a la versión alfonsí titulada Libro conplido en los iudizios de las estrellas.[26]

            La ur¥ýza de Ibn Ab÷ l-Ri¥×l contiene 468 versos que tratan de:
1.      Introducción (vv. 1-22);
2.      2. Interrogaciones (mas×’il) (vv. 23-343) referentes a aspectos de la vida privada y pública. 75 versos de este grupo (casi la cuarta parte del total) tratan de cuestiones relacionadas con el poder político supremo (el sultán o rey);
3.      3. Elecciones (ijtiy×r×t), para establecer el momento propicio en el que debe iniciarse una actividad específica, normalmente relacionada con distintos aspectos de la vida normal. Sólo en un número reducido de casos la elección se refiere a algo relacionado directamente con el poder político como la elección del momento adecuado para la bayþa de un monarca;
4.      4. Aniversarios de los años del mundo (ta¬w÷l sin÷ al-þ×lam) (vv. 425-468), que tratan de problemas de astrología mundial y se basan en el uso de prorrogaciones (tasy÷r) y de la teoría de las conjunciones de Saturno y Júpiter.

            Se ha considerado con frecuencia que la Ur¥ýza f÷ l-a¬k×m es un resumen del  Kit×b al-B×riþ f÷ a¬k×m al-nujým. Mi análisis del texto de la ur¥ýza, tal como aparece en el manuscrito Escorial 916, no confirma esta hipótesis por más que ambas obras traten de los mismos temas y tengan, con frecuencia, una estructura similar. Existen, no obstante, muchas diferencias que no permiten que se considere que la ur¥ýza sea una abreviación quintaesenciada del B×riþ.[27] Tampoco está clara la cronología relativa de ambas obras. Me ha preocupado también el problema de establecer a qué tipo de lector está dirigida la ur¥ýza. Resulta sorprendente el constatar que temas muy comunes como los horóscopos natalicios y los aniversarios de los nacimientos (ta¬×w÷l sin÷ al-maw×l÷d) no se tratan en absoluto en la ur¥ýza, mientras que se analizan con detalle en los libros IV-VI del B×riþ. Si a esto añadimos la profundidad con la que Ibn Ab÷ l-Ri¥×l analiza los problemas relativos al poder político, mi conclusión es que la ur¥ýza fue dedicada a alguien importante en la corte Z÷r÷ de Túnez.
            El interés del ¹ar¬ de Ibn Qunfu² no radica sólo en sus glosas, en las que explica los contenidos de la ur¥ýza, frecuentemente demasiado concisos, sino también en el hecho de que añade información suplementaria, en forma de pasajes denominados f×’ida, fa½l, taf½÷l, tanb÷h, q×þida, il¬×q, muþ×raÅa, ish×ra or mush×hada donde, por ejemplo, da una lista de las ¬×l×t no mencionadas por Ibn Ab÷ l-Ri¥×l, de las que las 25 primeras coinciden, en nombre y definición, con las que aparecen en el Madjal ½ag÷r de Abý Maþ¹ar,[28] a las que añade diez más. Añade asimismo una tabla con las dignidades o ¬uÞýÞ (domicilios planetarios, exaltaciones, deyecciones, características y naturalezas de los signos, planetas que dominan los decanos, términos egipcios...).
            Algunas técnicas astrológicas utilizadas por Ibn Qunfu² tienen un cierto interés. Por ejemplo, su comentario que establece que una muq×rana (conjunción) alcanza su poder máximo cuando la distancia entre los dos planetas conjuntos es igual a la suma de sus dos radios (probablemente diámetros, maq×d÷r ajr×mi-hi) (MS Escorial fol. 134 r). Los valores que menciona son:

                        Sol                                          15
                        Luna                                       12
                        Saturno y Júpiter                    9
                        Marte, Venus y Mercurio       7

Las unidades que utiliza, de acuerdo con el B×riþ, corresponden a grados y resulta evidente que no pueden corresponder a los diámetros aparentes de los planetas, ya que nadie aceptaría que el diámetro aparente de Marte, Venus o Mercurio es casi la mitad del del Sol. Las mismas cifras se encuentran en el B×riþ y en la introducción al Tetrabiblos de Porfirio (234-304 A.D.).[29] No puedo explicar los 15º del Sol, pero los restantes valores corresponden, probablemente, a elongaciones con respecto al Sol, en las que la Luna y los planetas son visibles. Al-B÷rýn÷[30] afirma, por ejemplo, que la Luna nueva debe tener una elongación de 12º para que resulte visible.
            Otro apartado interesante se refiere al cálculo del tasy÷r (progresión o prorrogación), o sea determinar la distancia entre dos puntos o cuerpos astrológicamente significativos (al-musayyir y al-musayyar ilayhi). Se aplica a esta distancia una equivalencia adecuada entre grados y unidades de tiempo (días, meses, años...) y el resultado permite calcular el tiempo que falta para que se produzca un acontecimiento determinado. Pese a la existencia de una tradición andalusí que computa el tasy÷r directamente sobre la eclíptica, lo que se reduce a una simple diferencia de longitudes entre los dos objetos astrológicos implicados,[31] Ibn Qunfu², que también utiliza esta técnica en sus horóscopos, explica (fols. 137v, 159v) el método de Ptolomeo[32] y al-Kind÷
cuando afirma que deben utilizarse ascensiones rectas si el indicador (al-dall×l) está sobre el meridiano (casas IV y X), ascensiones oblicuas si se encuentra sobre el horizonte (casas I y VII) y ascensiones mixtas (al-maÐ×liþ al-mumtaza¥a) en los restantes casos. Estas ascensiones mixtas utilizan la diferencia entre ascensiones rectas y oblicuas (Da, diferencia  ascensional) en una proporción que incrementa la cantidad que corresponde a la ascensión recta cuando el indicador se aproxima al meridiano y la cantidad correspondiente a la ascensión oblicua cuando se acerca al horizonte. Una variante del mismo procedimiento es utilizada por Ibn Ab÷ l-Ri¥×l[33] y se encuentra en muchas fuentes islámicas, entre las que se encuentra el Mugn÷ de Ibn Hibint× [34] Parece una simplificación del método de la línea horaria en la terminología de Hogendijk[35], descrito en el Tetrabiblos donde  Ptolomeo lo considera approximado.[36]          
            Las casas se dividen utilizando el llamado “método de la longitud dual”, que se basa en la trisección  del ángulo entre las cúspides. Se trata de un método que todas las fuentes islámicas consideran característico de los astrólogos magrebíes. Ibn Qunfu² afirma que era el método preferido por Ibn Is¬×q (fl. 1193-1122), algo que resulta difícil de comprobar debido al hecho de que el z÷¥ inacabado de Ibn Is¬×q no se conserva. De todas maneras, una de las recensiones o ediciones de esta obra, conservada en el ms. Huderabad 298 (c. 665/1266-680/1281) utiliza al método de la longitud dual (al que denomina al-þamal al-£ul×£÷) para el uso habitual en la práctica diaria y reserva el metodo denominado standard para acontecimientos importantes como conjunciones, aniversarios y natalicios..[37]
            Parece claro que Ibn Qunfu² está utilizando las tablas de Ibn Is¬×q en una de las cuatro recensiones conservadas: la del manuscrito de Hyderabad,[38] el Minh×¥ de Ibn al-Bann×[39] o  una de las tres ediciones de Ibn al-Raqq×m[40]. Otra alternativa, en su caso, hubiera sido utilizar las tablas de su casi contemporáneo Ibn þAzzýz al-QusanÐ÷n÷ (m. 755-1354).[41]  Pese a ello parece claro que la fuente utilizada por Ibn Qunfu² deriva de la tradición de Ibn Is¬×q, algo que está estableciendo Julio Samsó en su análisis de la colección de horóscopos conservados en esta obra. Por otra parte, existen un par de detalles que apuntan en la misma dirección: Ibn Qunfu² dice (fol. 168r) que la longitud [sidérea] de Qalb al-Asad (a Leonis, Régulo) es 130º. El valor correspondiente en el z÷¥ de Ibn þAzzýz es 129;18º, mientras que la posición sidérea que puede calcularse a partir del al-Z÷¥ al-Qaw÷m de Ibn al-Raqq×m es 129;50º. Por otra parte, Ibn Qunfu² afirma (fol. 177r) que la última conjunción de Saturno y Júpiter anterior a su tiempo, con cambio de triplicidad (de aire a tierra) tuvo lugar el 27 de ³aþb×n del año 704 / 25 de Marzo de 1616 de Alejandro  (1305 AD) en Libra 20º (=200º). El ascendente del ta¬w÷l (equinoccio de primavera de este año) en Ifr÷qiya, el Magrib y algunos países orientales, estaba en el signo de Escorpio: 230º en Constantina, según Ibn þAzzýz, y 226º en Fez. Si se recalcula con los parámetros de Ibn Is¬×q,[42] se obtiene que el equinoccio de primavera tuvo lugar el 23 de Marzo de 1305 entre las 21 y las 22 horas. Hubo una conjunción de Saturno y Júpiter el 31 de Diciembre de 1305 a las seis de la mañana en 200;22,40º. Si rehacemos el cálculo con las tablas de Ibn þAzzýz, el equinoccio tuvo lugar el 23 de Marzo de 1305 entre las 19 y las 20 horas y la conjunción tuvo lugar a 196;19º el 2 de Diciembre de 1305 entre las 19 y las 20 horas. Pese al error en la fecha, la longitud de la conjunción verdadera (200º) indica que se están utilizando las tablas de Ibn Is¬×q y no las de Ibn þAzzýz. Esto puede confirmarse gracias a los datos sobre el ascendente: utilizando el programa HOROSC de John North[43], con un ascendente 226º, una longitud del Sol de 0º y una latitud (Fez) de 33;40º,  la hora que se obtiene es 21;40h, lo que coincide con la hora del equinoccio calculada con el z÷¥  de Ibn Is¬×q. Pese a lo anterior puede deducirse que, utilizando el mismo tipo de datos, el ascendente para Constantina fue calculado por Ibn þAzzýz.



 6. Los horóscopos de Ibn Qunfu²

El comentario de Ibn Qunfu² da ejemplos de predicciones astrológicas con una serie de 12 horóscopos comentados, en la mayoría de los cuales no se da información alguna acerca del sujeto del horóscopo, la fecha y la latitud del lugar para el que fue calculado. La numeración de los mismos es correlativa de acuerdo con su aparición en el texto. Uno de estos horóscopos sí está claramente identificado: es el horóscopo 10, que corresponde al equinoccio de primavera del año 571 AD, año en el que se produjo una conjunción de Saturno y Júpiter, con cambio de triplicidad, que anunció el advenimiento del Islam (al-qir×n al-d×ll  þal× l-Milla) y coincidió, aproximadamente, con el nacimiento del Profeta Mu¬ammad. Los 11 horóscopos restantes resultan mucho más misteriosos y están siendo estudiados por Julio Samsó, de quien tomo los datos que siguen. Dado que parece claro que Ibn Qunfu² está utilizando las tablas de Ibn Is¬×q, los datos de cada horóscopo permiten identificar una fecha concreta. Por otra parte, cinco de los mencionados horóscopos se refieren a la bayþa de un gobernante y otros dos al asedio de ciudades, por lo que Samsó ha sugerido que los 11 horóscopos en cuestión forman una especia de historia astrológica de la crisis dinástica que se produjo, en Marruecos, tras el asesinato del sultán Abý þIn×n (1348-1358). La historia en cuestión trata del período comprendido entre 1348 y 1372 y se ocupa de los temas siguientes:

            - Bayþa de Abý þIn×n (1348-1358) (HORÓSCOPO 7)
                        - Asedio de  Constantina (1354)  (HORÓSCOPO 11)
            - Bayþþa de Abý Ya¬y× al-Saþ÷d (1358-59) (HORÓSCOPO 9)
            - Bayþa de Abý S×lim Ibr×h÷m b. Ab÷ l-©asan (1359-61) (HORÓSCOPO 6)
                        - Horóscopo natalicio (sujeto no identificado) en 1361 (HORÓSCOPO 1)
            - Bayþa  de T×¹uf÷n (1361) (HORÓSCOPO 4)
                        - Asedio de F×s ¤ad÷d en 1361 (HORÓSCOPO 12)
            - Falta el horóscopo que corresponde a la bayþa de Abý Zayy×n (1361-66)
                        - Liberación de un cautivo anónimo en 1362 (HORÓSCOPO 3),
                        - Horóscopo natalicio (sujeto no identificado) en 1363 (HORÓSCOPO 2),
                        - Un þ×mil (gobernador de un distrito) toma posesión de su cargo en 1363 (HORÓSCOPO 8).
-          Bayþa  de Abý F×ris (1366-1372) (HORÓSCOPO 5)

7. Conclusiones

La historia de la práctica astrológica en el Magrib es un campo prácticamente inexplorado y que tiene un interés evidente. El propósito del presente trabajo ha sido exponer los resultados de una primera lectura de dos obras, fechadas a fines del siglo XIV y principios del XV, que se conservan en el manuscrito Escorial 916. Ambas obras abordan la práctica de la astrología desde dos puntos de vista muy distintos: por una parte, al-Baqq×r, cuya competencia como astrónomo está ampliamente probada en la primera parte de su Kit×b al-adw×r, dedica una buena parte de su Kit×b al-amÐ×r a exponer técnicas de predicción muy simples, accesibles a cualquier lego en la materia, que permiten levantar horóscopos de manera muy rápida y sin recurrir a cálculos matemáticos complejos. Una parte de estas técnicas parecen derivar de fuentes bajolatinas, que se habrían difundido por la Península Ibérica y el Magrib tras la caída del Imperio Romano. Otras son claramente posteriores aunque tiendan a la misma simplicidad: me refiero a las predicciones basadas en el paso de Saturno por las cuatro triplicidades y los doce signos zodiacales que se encuentran, por ejemplo, en la L×miyya de Ibn al-Jayy×Ð. De todas maneras, al-Baqq×r parece reaccionar frente a las excesivas simplificaciones en la segunda parte de su libro, en la que utiliza técnicas más sofisticadas para predecir cambios meteorológicos y oscilaciones de precios. Cabe preguntarse, finalmente, por qué dedica un último capítulo de su libro a los eclipses solares y lunares, saliéndose en él del tema de su libro relacionado con lluvias y precios.
            Si al-Baqq×r es un autor casi desconocido, no sucede lo mismo con Ibn Qunfu², un erudito magrebí importante de la segunda mitad del siglo XIV, bien conocido por sus aportaciones a diversas disciplinas, entre otras las matemáticas. Hombre de tendencias sufíes, no tiene inconveniente alguno en comentar la ur¥ýza astrológica de Ibn Ab÷ l-Ri¥×l y demostrar su competencia en el campo de la astrología greco-islámica en la que utiliza todos los refinamientos propios de una disciplina mucho más elaborada que la que aparece en el Kit×b al-amÐ×r de al-Baqq×r. No deja de llamar la atención el que, entre las obras perdidas de Ibn Qunfu² se mencione una titulada al-Qunfu²iyya f÷ ibÐ×l al-dal×la al-falakiyya, aparentemente antiastrológica.[44] Algo similar podría decirse de Ibn al-Bann×’ a pesar de que, en este último caso, su actividad astrológica está menos documentada que la de Ibn Qunfu².




[1] Mª Jesús Viguera (trad.), El Musnad: hechos memorables de Abý-l-©asan, sultán de los benimerines . Madrid, 1977;  Mª Jesús Viguera (ed.), al-Musnad al-a¬÷¬ al-¬asan f÷ ma’×£ir wa-ma¬×sin mawlà-n× Ab÷ l-©asan. Argel, 1981.
[2] J. Samsó, “Horoscopes and history: Ibn þAzzýz and his retrospective horoscopes related to the battle of El Salado (1340)”. Between Demonstration and Imagination. Essays in the History of Science and Philosophy Presented to John D. North, edited by L. Nauta and A. Vanderjagt. Brill. Leiden, 1999, pp. 101-124; Samsó, “Andalusian Astronomy in 14th century Fez: al-Z÷j al-Muw×fiq of Ibn þAzzýz al-QusanÐ÷n÷”. Zeitschrift für Geschichte der Arabisch-Islamischen Wissenschaften (Frankfurt) 11 (1997), 73-110.
[3] Manýn÷, Waraq×t þan jaÅ×rat al-Mar÷niyy÷n. Rabat, 2000, p. 366.
[4] Montse Díaz Fajardo, La teoría de la trepidación en un astrónomo marroquí del siglo XV. Estudio y edición crítica del Kit×b al-adw×r f÷ tasy÷r al-anw×r (parte primera) de Abý  þAbd All×h al-Baqq×r. Anuari de Filologia XXIII (2001) B4 - Instituto "Millás Vallicrosa" de Historia de la Ciencia Arabe. Narcelona, 2001, 109 pp.
[5] J. Samsó, "An Outline of the History of Maghrib÷ Zijes from the End of the Thirteenth Century", Journal for the History of Astronomy 29 (1998), 93-102.
[6]Cf. Juan Vernet, "Tradición e innovación en la ciencia medieval", Oriente e Occidente nel Medioevo; Filosofia e Scienze, Roma, 1971, pp. 741-757. Reimpreso en Vernet, Estudios sobre Historia de la Ciencia Medieval, Barcelona-Bellaterra, 1979, pp. 173-189; Julio Samsó, "The Early Development of Astrology in al‑Andalus". Jour­nal for the History of Arabic Science 3 (1979), 228‑243. Reimpr. in Samsó, Islamic Astronomy and Medieval Spain. Variorum. Aldershot, 1994, nº IV; Samsó, “Astrology, pre-Islamic Spain and the conquest of al-Andalus", Revista del Instituto Egipcio de Estudios Islámicos en Madrid 23 (1985-86), 79-94. Reimpr. in Samsó, Islamic Astronomy nº II.
[7] La otra se conserva en el MS Escorial 918. Cf- Rafael Muñoz, "Textos árabes del 'Libro de las Cruces' de Alfonso X", en J. Vernet (ed.), Textos y Estudios sobre Astronomía Española en el siglo XIII (Barcelona, 1981), pp. 175-204.
[8]Margarita Castells. “Un nuevo dato sobre el Libro de las Cruces en el al-Z÷¥ al-Mu½Ðala¬ (obra astronómica egipcia del siglo XIII)”, al-QanÐara 13 (1992), 367-376.
[9] Cf. H.P.J. Rénaud, Le calendrier d'Ibn al-Bann×' de Marrakech (1256-1321), París, 1948, pp. 54-55.
[10] Cf- Ibn al-JaÐ÷b, Aþm×l al-aþl×m en A¬mad Mujjt×r al-þAbb×d÷ y Mu¬ammad Ibr×h÷m al-Katt×n÷ (eds.), T×r÷j al-Magrib al-þarab÷ f÷ l-þa½r al-was÷Ð. Al-qism al-£×li£ min kit×b Aþm×l al-aþl×m li l-waz÷r al-garn×Ð÷ Lis×n al-D÷n ibn al-JaÐ÷b. D×r al-Kit×b, al-D×r al-BayÅ×', 1964, p. 47.
[11] J. Samsó, “Notas sobre la astronomía y la astrología de Llull”. Es­tu­dios Lulianos 25 (1981‑83), 199‑220.
[12] J. Samsó, "La primitiva versión árabe del Libro de las Cruces". Nue­vos Es­tu­dios sobre Astronomía Española en el siglo de Alfonso X ed. por Juan Vernet, Barcelona, 1983, 149‑161. Repr. en Samsó, Islamic Astronomy no. III.
[13] J. Samsó, Las ciencias de los antiguos en al-Andalus. Madrid, 1992, pp. 27-36.
[14]Cf. Cruzes cap. 5, pp. 11 a y b, 12 a.
[15] ¼×þid, Æabaq×t al-Umam ed. ©ay×t Bý þAlw×n (Beirut, 1985) p. 199 ; trad. francesa por  Régis Blachère, Paris, 1935, p. 153.
[16] Ibn Buluqq÷n, Æiby×n ed. É. Levi.Provençal, Cairo, 1955, p. 78 (= Al-Andalus 3 (1935), p. 323 y 4 (1936), p. 43); trad. española por É. Levi-Provençal y E. García Gómez, El Siglo XI en 1ª persona, Madrid, 1980, p. 164.
[17] Angel Mestres, “Maghrib÷ Astronomy in the 13th Century: a Description of Hyderabad Andra Pradesh State Library 298” en J. Casulleras and J. Samsó (eds.), From Baghdad to Barcelona, Barcelona, 1996, p. 428.
[18] W. Stahlman y O. Gingerich, Solar and Planetary Longitudes for Years –2500 to +2000. Madison, 1963, p. 456; B. Tuckerman, Planetary, Lunar and Solar Positions A.D. 2 to A.D. 1649. Philadelphia, 1964, p. 632.
[19] al-B÷rýn÷, Kit×b al-Tafh÷m li-aw×’il ½in×þat al-tanj÷m. Edición facsímil y traducción inglesa de R. Ramsay Wrighy (London, 1934) p. 153.
[20] Kushy×r Ibn Labb×n's Introduction to Astrology, ed. y trad. de Michio Yano. Tokyo, 1997, pp. 86-89, 90, 95.
[21] al-B÷rýn÷, Tafh÷m pp. 314-315.
[22] Venus (Libra y Tauro) y Marte (Escorpio y Aries); Mercurio (Virgo y Géminis) y Júpiter (Sagitario y Piscis).
[23] R. Dozy, Supplement aux dictionnaires arabes II (reimpr. Leiden-Paris, 1967) p. 197.
[24] Todo esto sirve para aclarar a qué tipo de público está dirigido el Kit×b al-amÐ×r: probablemente una burguesía ciudadana formada por comerciantes. Sobre esta cuestión véase Stuart Jenks, “Astrometeorology in the Middle Ages”. Isis 74 (1983), 185-210.
[25] K. Yamamoto & C. Burnett, Abý Maþshar on Historical Astrology. The Book of Religions and Dynasties (On the Great Conjunctions). Edited and translated by... 2 vols. Brill, Leiden-Boston-Köln, 2000, I, 124-125;  D. Pingree, The Thousands of Abý Maþshar, London, 1968, p. 80.
[26] Los primeros cinco libros fueron editados por G. Hilty y publicados por la Real Academia Española, Madrid, 1954.
[27] He utilizado el manuscrito 1516 de la Biblioteca Nacional de Argel.
[28] Charles Burnett, Keiji Yamamoto y Michio Yano (ed. y trad.), Abý Maþshar, The Abbreviation of the Introduction to Astrology together with the Medieval Latin Translation of Adelard of Bath. Leiden – New York – Köln, 1994, pp. 40-51.
[29] O. Neugebauer, A History of Ancient Mathematical Astronomy, Berlin-Heidelberg-New York, 1975, II, p. 831.
[30] Al-B÷rýn÷, Tafh÷m p. 298.
[31] Cf. Samsó, "Salado" y Samsó & Hamid Berrani, "World Astrology in Eleventh Century al-Andalus: the Epistle on Tasy÷r and the Projection of Rays by al-Istijj÷", Journal of Islamic Studies (Oxford) 10.3 (1999), 293-312.
[32] Tetrabiblos III, 10. Ed. y traducción por  F.E.  Robbins (Loeb Classical Library, reimpr. London, 1980) pp. 270-307. Cf. también Karpós 25 en Ae. Boer (ed.), Claudii Ptolemaei Opera que exstant omnia vol. III-2 (Teubner, Leipzig, 1961) p. 42.
[33] Conplido IV,7, Hilty , pág. 174.
[34] Ibn Hibint×, al-Mugn÷ f÷ a¬k×m al-nu¥ým. Edición facsímil en 2 vols. Frankfurt, 1987. I, 134-144.
[35] J.P. Hogendijk "Progressions, Rays and Houses in Medieval Islamic Astrology: A Mathematical Classification", en el simposio organizado por el Dibner Institute sobre New Perspectives on Science in Medieval Islam (Cambridge, Mass., 6-8 Noviembre 1998). Este trabajo no fue publicado en las actas del mencionado simposio, editadas por J.P. Hogendijk and A.I. Sabra, The Enterprise of Science in Islam. New Perspectives. Cambridge, Mass. y London, England, 2003. Cf. 3.1.4.
[36] Tetrabiblos III, 10, Robbins  pp. 291-307.
[37] Cf. Kennedy, "Astrological Houses" pp. 554-555.
[38] Angel Mestres, "Maghrib÷ Astronomy in the 13th Century: a Description of Manuscript Hyderabad Andra Pradesh State Library 298", en From Baghdad to Barcelona, I, 383-443.
38 Los cánones fueron editado por J. Vernet, Contribución al estudio de la labor astronómica de Ibn al‑Bann×'. Tetuán, 1952; cf. también J. Samsó y E. Millás, "Ibn al-Bann×', Ibn Is¬×q and Ibn al-Zarq×lluh's Solar Theory" en J. Samsó, Islamic Astronomy and Medieval Spain. Variorum. Aldershot, 1994, no X (35 pp.); Samsó & Millás, "The Computation of Planetary Longitudes in the Z÷j of Ibn al-Bann×'", Arabic Sciences and Philosophy 8 (1998), 259-286.
[40] E. S. Kennedy, "The Astronomical Tables of Ibn al-Raqq×m a Scientist of Granada", Zeitschrift für Geschichte der Arabisch-Islamischen Wissenschaften 11 (1997), 35-72.
[41] Cf. Samsó, "Andalusian Astronomy in 14th Century Fez: al-Z÷j al-Muw×fiq of Ibn cAzzýz al-QusanÐ÷n÷", Zeitschrift für Geschichte der Arabisch-Islamischen Wissenschaften 11 (1997), 73-110.
[42] Utilizo un programa de ordenador cuyo esqueleto fue diseñado por el Prof. E.S. Kennedy y, a continuación, mejorado por Honorino Mielgo y por Josep Casulleras  en la Universidad de Barcelona.
[43] See North, Horoscopes and History pp. 197-218.



[44] M. Hadj-Sadok, “Ibn °unfudh” en Encyclopédie de l’Islam III, Leyde-París, 1971, pp. 867-868.





LA GEOGRAFÍA ASTROLÓGICA EN EL KIT¶B AL-AMƶR WA L-ASþ¶R DE ABø þABD ALL¶H AL-BAQQ¶R (FL. C. 1418)
Julio Samsó y Chedli Guesmi
1. Generalidades
Los estudios sobre astrología árabe han conocido notables avances durante los últimos años gracias a la publicación de un número importante de ediciones críticas de clásicos en la materia, realizadas por Michio Yano (1997), Richard Lemay (1995), el equipo constituido por Charles Burnett, Keiji Yamamoto y Michio Yano (1994 y 2004), así como por Ana Labarta, individualmente (1982) o en colaboración con Ángel Mestres (2005) . Si bien los autores editados son, todos ellos, orientales, nadie duda del interés que tuvieron los textos de autores como Abý Maþšar y al-Qab÷½÷ en al-Andalus y el Magrib, en donde se difundieron y fueron objeto de traducciones latinas en la España cristiana. Llama la atención, en cambio, el que no se hayan llevado a cabo ediciones y estudios de los textos astrológicos occidentales y que una obra de la importancia del Kit×b al-b×ric f÷ a¬k×m al-nu¥ým de Ibn Ab÷ l-Ri¥×l no haya sido editada ni objeto de ningún estudio serio: tan sólo disponemos de una edición de la traducción castellana alfonsí (Hilty, 1954 y 2005).
Esto ha llevado a los dos autores de esta nota a preparar la edición y comentario del Kit×b al-amÐ×r wa l-asþ×r (Libro de las lluvias y de los precios) del astrónomo y astrólogo magribí Abý þAbd All×h al-Baqq×r que, esperamos, se publicará en el año 2013. Ofrecemos aquí, de momento, un avance de este trabajo centrado en los apartados sobre geografía astrológica que contiene esta obra. Con ello pretendemos contribuir al recuerdo de nuestro compañero Francisco Castelló que dedicó una buena parte de su obra investigadora a la historia de la geografía árabo-islámica.
2. El autor
Casi nada sabemos sobre este autor marroquí de la primera mitad del s. XV. De él se conservan dos obras: el Kit×b al-amÐ×r wa l-asþ×r y el Kit×b al-adw×r f÷ tasy÷r al-anw×r ("Ciclos para la prorrogación de los luminares"), conservado en los manuscritos Escorial 916, Rabat Hassaniyya 826 y 5372. La primera parte de esta segunda obra ha sido editada críticamente y estudiada por Montse Díaz-Fajardo (2001) quien ha demostrado hasta qué punto al-Baqq×r era un astrónomo competente, que escribe en un momento de crisis en la astronomía magribí, en el que se produce el abandono progresivo de la tradición andalusí, representada por la obra de Azarquiel y de sus seguidores, para pasar a someterse a la influencia de la astronomía oriental.1 Este aspecto de la obra de al-Baqq×r había atraído el interés de otros investigadores (Vernet, 1971; Samsó, 1998 y 2001; Comes, 2002) quienes vieron en al-Baqq×r un testimonio interesante del abandono de la teoría de la trepidación, su sustitución por una precesión constante, y la introducción de una astronomía trópica, en la línea de Ptolomeo y al-Batt×n÷, en lugar de la astronomía sidérea, de tradición india y cultivada por Azarquiel y sus seguidores en el Magrib (Ibn Is¬×q, Ibn al-Bann×', Ibn al-Raqq×m, Ibn þAzzýz). Tanto el MS Escorial 916 (que contiene tanto el Kit×b al-amÐ×r como el Kit×b al-adw×r) como los MSS Rabat Hassaniyya 826 y 5372 (que nos conservan la segunda de las obras citadas) dan el nombre del autor como Abý þAbd All×h al-Baqq×r. Por otra parte el Kit×b al-adw×r, según el testimonio de su autor, se escribió en el año 821/1418, año en el que hizo, en Fez, una observación de la altura del Sol, tras haber
1 La segunda parte ha sido asimismo editada en Díaz Fajardo, 2008.
determinado, con absoluta precisión, la latitud de la ciudad (Díaz Fajardo, 2001, pp. 15, 50, 53-54. 90). Esto nos da una idea acerca de la época y el lugar en los que vivió al-Baqq×r y sabemos, asimismo, que el Kit×b al-amÐ×r se escribió después del año 1418, ya que al final del mismo se cita ([153]) el Kit×b al-adw×r.
Además de las dos obras citadas, sabemos que al-Baqq×r escribió, por lo menos una tercera que, aparentemente, no se conserva: un Isl׬ kawkab al-Zuhra ("Corrección relativa al planeta Venus"), en el que afirmaba que las tablas del movimiento medio en anomalía de Venus daban resultados incorrectos y que convenía utilizar las de al-Batt×n÷ (Díaz Fajardo, 2001, pp. 52-53.
3. Geografía astrológica
El Kit×b al-amÐ×r se ocupa de cuestiones de geografía astrológica de maneras distintas. Por una parte tenemos en el apartado [40] (Ms. Escorial 916 fol. 198r) 2 una serie de correspondencias entre climas y planetas que se encuentra también en B÷rýn÷, Tafh÷m p. 238 y en Abý Maþ¹ar (ed. Lemay, 1995, III, pp. 390-393) quien la atribuye a los persas, mientras que los Rým defienden una distribución distinta:
Saturno – clima I
Júpiter – clima II
Marte – clima III
Sol – clima IV
Venus – clima V
Mercurio – clima VI
Luna – clima VII
Los indicios planetarios son particularmente intensos cuando el planeta se encuentre en el signo que corresponde a un lugar determinado y, asimismo, este lugar se encuentre dentro del clima del planeta.
Frente a la anterior distribución, probablemente de origen persa, los apartados [38] y [39] (fols. 197r – 198r) dan una primera serie de correspondencias entre signos zodiacales y países o ciudades. Este tipo de materiales se encuentra frecuentemente en manuales astrológicos como el Tetrabiblos de Ptolomeo,3 el tratado de astrología mundial de Ibn Nawbajt,4 las dos introducciones a la astrología de Abý Maþ¹ar,5 la introducción de al-Qab÷½÷6 o el Tafh÷m de al-B÷rýn÷7. Parece claro que al-Baqq×r está siguiendo la división ptolemaica del mundo habitado (al-þumr×n) en cuatro cuadrantes delimitados por una divisoria Este-Oeste (el Mar Mediterráneo) y otra Norte-Sur (Golfo Pérsico, Mar Egeo, Mar Negro y Mar de Azov).8 El centro del mundo habitado (wasaÐ al-þumr×n) corresponde a los países del Próximo y Medio Oriente. La correspondencia entre cuadrantes geográficos y signos zodiacales en el Tetrabiblos es la siguiente:9
Aries, Leo, Sagitario: NW
Tauro, Virgo, Capricornio: SE
Gemini, Libra, Acuario: NE
Cáncer, Scorpio, Pisces: SW
2 Mantenemos, aquí, la división en apartados, añadida por nosotros, que aparecerá en la edición de la obra, aunque añadimos los correspondientes folios del ms. Escorial 916.
3 Robbins, 1940, II,3, pp. 156-159.
4 Labarta & Mestres pp. 0.40 y 0.41.
5 Burnett, Yamamoto & Yano, 1994, pp. 14-25; Lemay, 1995, III, pp. 401-402.
6 Yano, 1997, pp. 34-41.
7 B÷rýn÷, Tafh÷m p. 220.
8 Robbins, 1940, II,3, pp. 128-131.
9 Robbins, 1940, II, 3, pp. 132-157.
Y está claro que, en el texto de al-Baqq×r, quedan restos de esta estructuración en los signos Aries, Capricornio, Acuario, y, probablemente, también en Sagitario, Cáncer y Scorpio.
La influencia ptolemaica, en esta primera lista de correspondencias, se advierte en las repetidas referencias al centro del mundo habitado, en las múltiples coincidencias que incluyen algunas referencias un tanto exóticas como la de Bretaña en Aries o “España” (þIσπανία = ³b×niya, en lugar de al-Andalus) en Sagitario. Por otra parte esta influencia resulta patente en la idea de que ciertos signos zodiacales se conforman (yu¹×kilu) con la naturaleza de determinadas regiones, algo que aparece claramente en el Tetrabiblos. A estas referencias de origen helenístico se añade, en esta primera lista, una larga serie de topónimos, ya islámicos, entre los que hay subrayar el particular interés que al-Baqq×r parece sentir por los nombres de lugar andalusíes, que son más frecuentes que los magribíes, como puede apreciarse en el listado siguiente de topónimos del occidente islámico:
Zaragoza y Tortosa en Aries
Badajoz y Qayraw×n (Tauro)
Córdoba (Gemini)
Granada y Lisboa (Cáncer)
Fez la Nueva, Jaén y Baeza (Leo)
Tudmir, Toledo, Bugía, Argel (Virgo)
Almería, Ifr÷qiya (Libra)
Valencia, Tánger, conquista de al-Andalus, Málaga, Ceuta, Fez, Marr×ku¹ (Scorpio)
Denia, Zaragoza, conquista de al-Andalus (también en Scorpio), Túnez, Fez (Sagitario)
Alcazaba de Málaga, Agm×t y Algeciras (Capricornio)
Carmona, Málaga y Úbeda (Acuario)
Sevilla, Túnez, Æabarqa, Beja, Niebla, Dukk×la y ¤abal al-þUyýn (Gibraleón). (Pisces)
Parece claro que al-Baqq×r está utilizando fuentes andalusíes, algo que no es de extrañar en una obra cuya primera parte contiene la versión árabe más completa que conocemos del sistema predictivo “de las cruces”10 que fue, finalmente, recogido en el Libro de las Cruzes alfonsí11 (Kasten & Kiddle 1961). Puede comprobarse esta afirmación en las referencias a si el signo de al-Andalus es Gemini o Virgo y a la existencia, en Córdoba, de una estatua que representaba este signo zodiacal.
Junto a esta primera lista, el Kit×b al-amÐ×r contiene una segunda que establece otra serie de correspondencias entre nombres de lugar y signos zodiacales. Esta segunda lista aparece, dispersa, en la segunda parte del libro (apartados [34] – [95], fols. 196r–205v) en la que se ocupa del paso de Saturno por los doce signos zodiacales y especifica qué países y ciudades se verán afectados por la influencia maléfica del planeta. Esta segunda lista es distinta de la primera y deriva claramente de una fuente oriental, dadas sus frecuentes coincidencias con las que aparecen en Ibn Nawbajt, Abý Maþ¹ar, al-B÷rýn÷ y al-Qab÷½÷. A estos materiales orientales se han añadido otros nombres de lugar del Magrib y al-Andalus que, en general, coinciden con los de la primera lista. Se encuentra, además, un único topónimo que parece derivar del Tetrabiblos: en el signo de Aries encontramos, en la segunda lista, una referencia al país de los judíos (bil×d al-yahýd), que parece anacrónico a principios del siglo XV, pero que se corresponde perfectamente con la Idumea y Judea de Ptolomeo.
10 Cf. Vernet, 1971 y Samsó, 1979 y 1983.
11 Kasten & Kiddle 1961.
Conviene señalar, por último, que el texto de al-Baqq×r introduce también el concepto de que ciertos signos zodiacales son el ascendente de determinados países y ciudades o, en un solo caso (Libra) una de sus cúspides. Esto se relaciona con la existencia de horóscopos fundacionales, algo que es conocido en los que se refiere a la fundación de determinadas ciudades en las que el momento del inicio (?) de su construcción se ha determinado con criterios astrológicos con los que se ha establecido el momento más propicio. Es el caso de Bagdad, fundada por Abý ¤aþfar al-Man½ýr el 23 de Septiembre de 763, con ascendente en Sagitario.12 Del mismo modo Mahdiyya fue inaugurada el 19 de Febrero de 921 con ascendente en Leo.13 Por otra parte, obras como el Muþ¥am al-buld×n de Y×qýt dan, frecuentemente, información sobre el horóscopo de determinados lugares.
Resulta, en cambio, más difícil de explicar la relación entre horóscopos fundacionales y países. En cualquier caso, obras como el Muþ¥am al-buld×n de Y×qýt dan, frecuentemente, información sobre el horóscopo de determinados lugares. Este es un tema que, sin duda, interesaba a al-Baqq×r quien, en el apartado [41] (fol. 198v) señala que es importante conocer el ascendente del horóscopo fundacional de las grandes ciudades, así como las estrellas fijas que se encontraban en las casas I o X o en el grado del sol o de la luna o del sahm al-bajt (probablemente el sahm al-saþ×da o parte de la fortuna). Cuando un planeta afortunado o nefasto pase por una de estas zonas sensibles del horóscopo producirá efectos benéficos o maléficos para la gran ciudad, que afectarán asimismo a las ciudades pequeñas y pueblos de su entorno. Si no tenemos datos sobre el horóscopo fundacional de la ciudad, tomaremos los indicios a partir de la casa X del horóscopo natalicio de su fundador. Asimismo podremos predecir el futuro de un país mediante el horóscopo natalicio o del principio del reinado del monarca que lo gobierna. Investigaremos también a partir del signo en el que se produce una conjunción de planetas o un eclipse.
4. La doble lista de correspondencias entre signos zodiacales y nombres de lugar
Reproducimos, a continuación, las dos listas de al-Baqq×r, dentro de cada signo para que puedan ser comparadas con facilidad. En la segunda lista hemos marcado en negrita aquellos nombres de lugar que no se encuentran en la primera y hemos hecho un intento de identificar aquellos topónimos que resultan menos conocidos.
[38] (fol. 197r y v) Aries: Bretaña, en el sector Noroeste del mundo habitado. En el centro de este mundo: Siria. Es el ascendente de B×bil, Persia (F×ris), al-Mad×’in,14 Samarcanda, AnÐ×kiya, Zaragoza y Tortosa.
En [42] (fol. 198v): países de Oriente, B×bil, Persia, Palestina, Siria, Bretaña, A²arbay¥×n, el país de los judíos (Bil×d al-yahýd), Zaragoza y al-Andalus,15
[38]Tauro: País de los persas (Bil×d al-Furs). En el centro del mundo habitado: costas de
12 Cf. B÷rýn÷, ¶£×r pp. 270-271.
13 Ibn al-JaÐ÷b, Aþl×m p. 47
14 Ctesifón: cf. Y×qýt, Buld×n V, p. 74-75.
15 B×bil, Persia, Palestina, A²arbay¥×n aparecen en Abý Maþ¹ar (Burnett, Yamamoto & Yano, 1994 pp. 14-15; Lemay, III, p. 401), en el Tafh÷m de al-B÷rýn÷ (p. 220), en al-Qab÷½÷ (Burnett, Yamamoto y Yano, 2004, pp. 34-35) y en Ibn Nawbajt (Labarta & Mestres p. 0.40). Los ecos del Tetrabiblos (Robbins, 1940, II,3, p. 157) se advierten en la mención de Bretaña y de Siria (en el centro del mundo habitado), así como de “el país de los judíos” que, en la obra de Ptolomeo, aparece como Idumea y Judea.
Asia Menor,16 al este de Constantinopla. Es el ascendente de Egipto, Chipre, al-Saw×d, 17 las islas de los Rým, Farg×na,18 Badajoz, þUm×n, Constantinopla y Qayraw×n.
En [47] (fol. 199v, pasaje atribuido a Hermes): Persia, Sudán y Algeciras. Tauro es una de las cúspides del Magrib extremo19.
[38] Gemini: Armenia. En el centro del mundo habitado: la parte inferior de la tierra de Egipto (Bajo Egipto),20 desde Barqa21 hasta Faram×.22 Es el ascendente de ©arr×n,23 Daylam, 24Manf,25 þAyn ³ams,26 Darþa,27 Wala¥a,28 Trípoli, Córdoba, al-¤az÷ra,29 Homs, ¼ýr (Tiro).
En [53] (fol. 200r): Armenia, A²arbay¥×n, Egipto y Córdoba30
[38] Cáncer: Las tierras de Occidente, hasta los confines de Ifr÷qiya, que está en el centro del Magrib.31 Es el ascendente de B×bil, Granada, Palestina, Jerusalén, Faram×, Armenia y Lisboa. Es el ascendente de toda Ifr÷qiya.
En [57] (fol. 201r): Ifr÷qiya, Armenia Menor, el oriente del Jurasán, China, Balj, Granada.32
16 Persia y, en el centro del mundo, las costas de Asia Menor, aparecen en el Tetrabiblos (Robbins, 1940, II,3, p. 157).
17 Iraq: cf. H.H. Schaeder, “Saw×d” en Encyclopédie de l’Islam IX (Leiden. 1998), pp. 90-91 ; Y×qýt, Buld×n III, pp. 272-275.
18 Población y valle en la cuenca del Sir Daria, al norte de Kabul y al sudeste de Tashkent: cf. W. Barthold y B. Spuler, “Fargh×na” en Encyclopédie de l’Islam II (Leyde-Paris, 1965), pp. 809-811.
19 Abý Maþ¹ar menciona al-Saw×d (Burnett, Yamamoto & Yano, 1994 pp. 16-17; Lemay, III, p. 401), así como también al-Qab÷½÷ (Burnett, Yamamoto y Yano, 2004, pp. 34-35) e Ibn Nawbajt (Labarta & Mestress p. 0,40; al-B÷rýn÷ (Tafh÷m p. 220) Chipre, Constantinopla, Omán y Farg×na;
20 En el Tetrabiblos (Robbins, 1940, II,3, p. 159) tenemos Armenia y, en el centro del mundo, la Cirenaica y el Bajo Egipto-
21 Designa a la ciudad libia que, hoy, recibe el nombre de al-Mar¥ y al conjunto de la península de la Cirenaica, en la frontera con Egipto. Cf. J. Despois, “Bar±a” en Encyclopédie de l’Islam I (Leyde-Paris, 1960), pp. 1080-1081.
22 Ciudad en la costa de Egipto: cf. Y×qýt, Buld×n IV, p. 255-256.
23 Región situada en la Alta Mesopotamia (hoy en día dentro de los límites de Turquía) a dos jornadas de marcha desde Raqqa (según Y×qýt, Buld×n II, pp. 235-236): cf. G. Fehérvári, “©arr×n” en Encyclopédie de l’Islam” III (Leyde-Paris, 1971), pp. 234-237.
24 Región del norte de Irán entre los montes Elburz y el Mar Caspio: cf. V. Minorsky, “Daylam” en Encyclopédie de l’Islam II (Leyde-Paris, 1965), pp. 195-200.
25 La antigua Menfis, a orillas del Nilo, unos 20 km. al sur de El Cairo: cf. U. Haarmann, “Manf” en Encyclopédie de l’Islam VI (Leiden-Paris, 1991), pp. 395-399.
26 La antigua Heliópolis, ciudad de Egipto hoy en día absorbida por El Cairo:: cf. C.H. Becker, “þAyn Shams” en Encyclopédie de l’Islam I (Leyde-Paris, 1960), pp. 811-812.
27 Ciudad siria a 106 km. al sur de Damasco: cf. F. Buhl y N. Eliséeff, “Adhriþ×t” en Encyclopédie de l’Islam I (Leyde-Paris, 1960), p. 200.
28 Población situada al oeste de Argelia en la zona de Orán: cf. Y×qýt, Buld×n V, p. 383.
29 Se trata de la zona de Iraq comprendida entre el Éufrates y el Tigris próxima a Siria: cf. Y×qýt, Buld×n III, pp. 134-136.
30 Al-Andalus (no, específicamente, Córdoba) suele asociarse con el signo de Gemini: cf. Kasten & Kiddle, 1961, p. 161 e infra los comentarios al signo de Virgo. Por otra parte Abý Maþ¹ar asocia con Gemini a Armenia, A²arbay¥×n y Egipto (Burnett, Yamamoto & Yano, 1994 pp. 16-17; Lemay, III, p. 401, donde se añade Barqa); Barqa, Armenia y Egipto aparecen en al-B÷rýn÷ (Tafh÷m p. 220); Armenia, A²arbay¥×n, Egipto y Barca en al-Qab÷½÷ (Burnett, Yamamoto y Yano, 2004, pp. 34-35) y en Ibn Nawbajt (Labarta & Mestres p. 0.40).
31 En el Tetrabiblos (Robbins, 1940, II,3, p. 159): Numidia, Cartago y África.
32 Armenia Menor, el este del Jurasán, China, Balj y A²arbay¥×n aparecen en Abý Maþ¹ar (Burnett, Yamamoto & Yano, 1994 pp. 16-17; Lemay, III, p. 401). en al-Qab÷½÷ (Burnett, Yamamoto y Yano, 2004,
[38] Leo: AnÐ×kiya y Sicilia. En el centro del mundo habitado: Palestina,33 en la zona próxima a Egipto y al Mar Rojo, y el ©i¥×z. Es el ascendente de Ma½½÷½a,34 al-Ruh×’,35 Etiopía, Turkestán, þAsqal×n, Tremecén, Fez la Nueva,36 Jaén y Baeza.
En [63] (fol. 201v): Sicilia, Turkestán, N÷s×býr, Fez la Nueva, Tremecén.37
[39] (fol. 197v – 198r) Virgo: B×bil, al-¤az÷ra,38 el país de los ¤ar×miqa39. En el centro del mundo habitado el norte de Siria y el sur de Constantinopla. Le corresponde el gobierno de Tudm÷r (Murcia) de al-Andalus, según la opinión de Hermes, de M×¹×’all×h, una parte de los egipcios y los antiguos astrólogos de al-Andalus.40 Los antiguos sabios de este país erigieron una estatua de Virgo encima de la puerta de la alquibla [de Córdoba].41 Es el ascendente de Kýfa, al-Ahw×z,42 Toledo, Bugía y Argel.
En [67] (fol. 202r): B×bil, el país de los ¤ar×miqa, Siria, el Éufrates, la ¤az÷ra,
pp. 34-35) y en Ibn Nawbajt (Labarta & Mestres p. 0.40); los mismos países (excepto China) en al-B÷rýn÷ (Tafh÷m p. 220).
33 En el Tetrabiblos (Robbins, 1940, II,3, p. 159) Sicilia y, en el centro del mundo, Fenicia y Caldea.
34 Población al sur de Turquía, cerca de Tarsus y de la frontera siria: cf. Y×qýt, Buld×n V, pp. 144-145.
35 La antigua Edessa, situada en el norte de Iraq, cerca de Mosul y de la frontera siria: cf. Y×qýt, Buld×n III, pp. 106-107.
36 Ciudad regia y administrativa, situada al oeste del núcleo de Fez, fundada por el monarca meriní Abý Yýsuf (1258-1286): cf. R. Le Tourneau, “F×s” en Encyclopédie de l’Islam” II (Leyde-Paris, 1965), pp. 837-840.
37 El Turkestán y N÷s×býr son citados por Abý Maþ¹ar (Burnett, Yamamoto & Yano, 1994 pp. 18-19) y por Ibn Nawbajt (Labarta & Mestres p. 0.40); en Lemay, III, p. 401 sólo aparece el Turkestán y lo mismo sucede en al-Qab÷½÷ (Burnett, Yamamoto y Yano, 2004, pp. 34-35); el Turkestán y þAsqal×n en al-B÷rýn÷ (Tafh÷m p. 220)
38 En el Tetrabiblos (Robbins, 1940, II,3, p. 159) Mesopotamia, Babilonia y Asiria-
39 Habitantes de ¤armaq, una pequeña población en el centro de Irán: cf. Y×qýt, Buld×n II, 129.
40 Un pasaje muy similar aparece en el Libro de las Cruzes (ed. Kasten & Kiddle, 1961) p. 161: “Et una partida de los sabios dizen que el signo de Gemini es apoderado en toda Espanna communalment [antes, al-Baqq×r ha identificado a Gemini como el ascendente de Córdoba]. Et hay dellos otra partida que dizen que el signo de Gemini es el signo de su regnado, que quier dizir que es el signo de su X.ª casa, et segunt esta oppinion sera el su signo Uirgo. Et esto se otorga segunt de la opinion de los sabios egypcianos et con Messe Alla et sus companneros, que Messe Alla dize que el signo dEspanna es Uirgo” y”Mas todos los astrologos que nacieron en Espanna de todas las gentes fueron prouando los fechos dEspanna, uno en pos otro, todos se otorgan que el signo de Gemini es mas conuenible de seer el signo dEspanna que ninguno de los otros, et en esto se otorgan todos los espannoles, et sobre esta rayz lleuan sus judicios” (pp. 161-162). Por otra parte, la misma fuente (p. 160) indica que “los grados que son termino de Uenus en el signo de Uirgo son ensennorados et apoderados en Cordoua”. Tal como se afirma en el Libro de las Cruzes, estas afirmaciones contradicen la opinión de Ptolomeo quien considera que el signo de España es Sagitario (Robbins, 1940, pp. 158-159). La idea de Gemini como signo de al-Andalus debió ser un lugar común conocido por todos ya que lo utiliza Ibn ³uhayd, en un verso de su Ris×lat al-taw×biþ wa l-zaw×biþ para simbolizar la caída del califato cordobés:
Verás que Gemini indica, al ponerse,
ocaso de un trono que no tiene apoyo
(Taw×biþ ed. BuÐrus al-Bust×n÷, D×r ¼×dir, Beirut, 1980, p. 113).
41 Es bien conocida la existencia de una estatua femenina en la llamada “Puerta del puente” (B×b al-QanÐara) o “Puerta de la estatua” (B×b al-¼ýra): se trata de una puerta de la muralla situada junto al puente antiguo que cruza el Guadalquivir y que se encuentra frente al muro de la alquibla de la gran mezquita de Córdoba. La discusión se ha planteado en torno a si la estatua representaba al signo de Virgo o a la Virgen María. Cf. E. de Santiago, “Unas notas en torno a la “B×b al-¼ýra” de Córdoba”, Miscelánea de Estudios Árabes y Hebraicos 18-19 (1969-70), 129-136 y M. Ocaña, “Algo más sobre la “B×b al-¼ýra” de Córdoba”, Al-QanÐara 3 (1982), 447-455.
42 Capital del Juzist×n, en el sur de Irán. relativamente próxima a la frontera iraquí y al Golfo Pérsico: cf. J. Lockharr, “al-Ahw×z” en Encyclopédie de l’Islam I (Leyde-Paris, 1960), p. 315.
Persia, Toledo y la mayor parte del país de al-Andalus.43
[39] Libra: zona de Balj 44y Jw×rizm45. De las regiones que están en el centro del mundo habitado Egipto y su ¼aþ÷d (Alto Egipto). Es el ascendente de Tarso, Baþalbek46 y Almería. Es el ascendente de todos los Rým, una de las cúspides de Ifr÷qiya y el ascendente de La Meca.
En [71] (fol. 202v)): el país de los Rým, Ifr÷qiya, el ¼aþ÷d de Egipto hasta los límites de Etiopía, Kirm×n, Balj y Almería47.
[39] Scorpio: el extremo Occidente. En el centro del mundo habitado Siria, la región de AnÐ×kiya y el país de los árabes (Yemen y el ©i¥×z). Es el ascendente de Ya£rib (= Medina), Rayy,48 Ba½ra, Valencia, Jw×rizm, Tánger, Damasco, Qinnasr÷n,49 Asw×n, al-¤aw×z, la conquista de la Península de al-Andalus, Málaga, Ceuta, la orilla de Fez que está frente a al-Qarawiyy÷n50 y Marr×ku¹.
En [75] (fol. 203r): ©i¥×z, el desierto de los árabes (B×diyat al-þarab), Yemen, Tánger, parte de la India, Valencia.51
[39] Sagitario: País de los árabes (Yemen, ©i¥×z), los países situados a occidente del país de los Rým, Qal÷Ðaqà,52 Æýr S÷n×’53 y España (³b×niy×).54 Es el ascendente de
43 ¤ar×miqa, Siria, el Éufrates, al-¤az÷ra y Persia aparecen en Abý Maþ¹ar (Burnett, Yamamoto & Yano, 1994 pp. 18-19; Lemay, III, p. 401), en Ibn Nawbajt (Labarta & Mestres p. 0.41) y en al-Qab÷½÷ (Burnett, Yamamoto y Yano, 2004, pp. 34-35); en al-B÷rýn÷ tenemos (Tafh÷m p. 220) al-Andalus, Siria, el Éufrates. al-¤az÷ra, ¤ar×miqa, Kýfa y Persia;
44 Población que, actualmente, se encuentra en el norte Afganistán, en las borde septentrional del Hindu-kush: cf. R.N. Frye, “Balkh” en Encyclopédie de l’Islam I (Leyde-Paris, 1960), pp. 1031-1032.
45 Región en el Uzbekistán, en el tramo inferior del río Amu-Daria que desemboca en el Mar de Aral: cf. C.E. Bosworth, “Khwarazm”, en Encyclopédie de l’Islam IV (Leiden-Paris, 1978), pp. 1092-1097.
46 Baþlabakk, pequeña ciudad del Líbano: cf. J. Sourdel-Thomine, “Baþlabakk” en Encyclopédie de l’Islam I (Leyde-Paris, 1960), pp. 1000-1001.
47 En Abý Maþ¹ar (Burnett, Yamamoto & Yano, 1994 pp. 18-19; Lemay, III, p. 401) encontramos los países del Imperio Bizantino, Ifr÷qiya, Alto Egipto hasta los límites de Etiopía, Kirm×n, y Balj; la misma lista aparece en al-Qab÷½÷ (Burnett, Yamamoto y Yano, 2004, pp. 36-37); en al-B÷rýn÷ (Tafh÷m p. 220) el Imperio Bizantino hasta Túnez, Alto Egipto hasta Etiopía, Tarso. La Meca y Balj; en Ibn Nawbajt Ifr÷qiya, Alto Egipto hasta Etiopía, Kirm×n y Balj (Labarta & Mestres p. 0.41).
48 Antigua ciudad de Irán situada a unos 8 km al SSO de Teherán: cf. V. Minorsky y C.E. Bosworth en Encyclopédie de l’Islam VIII (Leiden, 1995), pp. 487-489.
49 Antigua ciudad de Siria situada al sur de Alepo: cf. N. Elisséeff, “°innasr÷n” Encyclopédie de l’Islam V (Leiden-Paris, 1986), pp. 126-128.
50 La fundación de Fez remonta a fines del s. VIII, época en la que existían dos núcleos urbanos separados por el río Fez. La mezquita al-Qarawiyy÷n se encuentra en la orilla izquierda del río: cf. R. Le Tourneau, “F×s” en Encyclopédie de l’Islam” II (Leyde-Paris, 1965), pp. 837-840.
51 Abý Maþ¹ar (Burnett, Yamamoto & Yano, 1994 pp. 20-21; Lemay, III, p. 401), Ibn Nawbajt (Labarta & Mestres p. 0.41) y al-B÷rýn÷ (Tafh÷m p. 220) dan ©i¥×z, el desierto de los árabes, Yemen,y Tánger; al-Qab÷½÷ (Burnett, Yamamoto y Yano, 2004, pp. 36-37) repite la misma lista pero añade que tiene una participación (¹arika) en al Sind (India) lo que se relaciona con el pasaje de al-Baqq×r quien afirma que Scorpio afecta a parte de la India (baþÅ al-Hind). Todo ello deriva, como señalan Burnett et al. (2004), en un error de los manuscritos que contienen Sind en lugar de Sugd (Sogdia) que el el topónimo que mencionan Abý Maþ¹ar y al-B÷rýn÷.
52 No conseguimos identificar este topónimo. Tal vez se trate de una errata del manuscrito por Qal÷qal×, Erzerum en Turquía.
53 El Monte Sinaí: cf. E. Honigmann y C.E. Bosworth, “al-Æýr” en Encyclopédie de l’Islam X (Leiden, 2002), pp. 715-717. No obstante Y×qýt (Buld×n IV, p. 48) señala la existencia de un Æýr S÷n×’ que sería una montaña de Siria.
54 El Tetrabiblos (Robbins, 1940, pp. 158-159) de Ptolomeo afirma que Sagitario es el signo de España. Cf. sobre esta cuestión las referencias citadas supra acerca del signo de Virgo.
Raqqa, I½bah×n, Denia, y Zaragoza. Es el ascendente de la conquista de al-Andalus (también identificado con Scorpio), Túnez, Bagdad, y la orilla de al-Andalus en Fez55.
En [79] (fol. 203v): Bagdad, I½fah×n, al-¤ib×l,56 Tortosa y todos los lugares de al-Andalus.57
[39] Capricornio: las ciudades situadas entre el Este y el Sur. En el centro del mundo habitado Constantinopla, Macedonia y sus alrededores.58 Es el ascendente de Qays×riyya,59 Æabarist×n, Medinaceli, la India, Mosul, la alcazaba de Málaga, Agm×t y Algeciras.
En [83] (fol. 204r) repite la misma lista anterior.60
[39] Acuario: localidades situadas entre el Norte y el Este. En el centro del mundo habitado, el occidente del Mar Rojo en dirección hacia el Sur. Es el ascendente de MalaÐya,61 Ra’s al-þAyn,62 Carmona, Alejandría, Qus,63 Málaga y Úbeda.
En [87] (fol. 204v): Kýfa, al-Saw×d y los países de Occidente.64
[39] Pisces: los países situados en el centro de los países, en la parte central del Occidente. En el centro del mundo habitado, Tarso.65 Es el ascendente de W×siÐ,66 Sevilla, Túnez, Æabarqa,67 Beja, Niebla, Dukk×la68 y ¤abal al-þUyýn (Gibraleón).
55 La llamada mezquita de los andalusíes en Fez está situada en la orilla opuesta a la de la mezquita de al-Qarawiyy÷n. Por ello la orilla de al-Andalus es la misma que la orilla opuesta a la de al-Qarawiyy÷n citada bajo el signo de Scorpio.
56 Región predominantemente montañosa situada al noroeste de Irán, limitada al norte por los montes Elburz y al sur por el Juzist×n: cf L. Lockhart, “Djibal” en Encyclopédie de l’Islam II (Leyde-Paris, 1965), pp. 547-548-
57 Bagdad, I½fah×n y al-¤ib×l son citadas por Abý Maþ¹ar (Burnett, Yamamoto & Yano, 1994 pp. 20-21; Lemay, III, p. 402 cita sólo al-¤ib×l e I½fah×n), por Ibn Nawbajt (Labarta & Mestres p. 0.41) y por al-Qab÷½÷ (Burnett, Yamamoto y Yano, 2004, pp. 36-37). Al-B÷rýn÷ (Tafh÷m p. 220) menciona Bagdad e I½fah×n así como el país de los bereberes hasta el Magrib.
58 Tracia y Macedonia, en el centro del mundo habitado, están sometidas al signo de Capricornio según el Tetrabiblos (Robbins, 1940, II,3, p. 159)
59 Cesarea, en la costa de Palestina: cf. Y×qýt, Buld×n IV, pp. 421-422.
60 Abý Maþ¹ar sólo menciona la India (Burnett, Yamamoto & Yano, 1994 pp. 22-23; Lemay, III, p. 402). Lo mismo hacen al-B÷rýn÷ (Tafh÷m p. 220) , Ibn Nawbajt (Labarta & Mestres p. 0.41) y al-Qab÷½÷ (Burnett, Yamamoto y Yano, 2004, pp. 36-37).
61 Antigua ciudad situada cerca del curso superior del Éufrates, en Turquía: cf. S. Faroqhi, “MalaÐya” en Encyclopédie de l’Islam” VI (Leiden-Paris, 1991), pp. 224-226.
62 Población que, hoy, se encuentra en la frontera entre Siria y Turquía: cf. E. Honigmann, “Ra’s al-þAyn” en Encyclopédie de l’Islam VIII (Leiden, 1995), pp. 448-449.
63 Probablemente Qýs: población del Alto Egipto situada en la orilla oriental del Nilo a unos 30 km. al norte de Luxor. Cf. J.Cl. Garcin, “°ýs” en Encyclopédie de l’Islam V (Leiden- Paris, 1986), pp. 517-519.
64 Al-Saw×d y Kýfa son citadas por Abý Maþ¹ar (Burnett, Yamamoto & Yano, 1994 pp. 22-23; Lemay, III, p. 402), al-B÷rýn÷ (Tafh÷m p. 220), Ibn Nawbajt (Labarta & Mestres p. 0.41) y al-Qab÷½÷ (Burnett, Yamamoto y Yano, 2004, pp. 36-37). Las cuatro fuentes añaden “el occidente de al-Sind” transformado aquí en Bil×d al-garb.
65 El Tetrabiblos (Robbins, 1940, II,3, p. 159) menciona a Cilicia, en el centro del mundo habitado, como zona sometida al dominio de Pisces.
66 Ciudad de Iraq fundada hacia principios del s. VIII y cuya existencia está documentada hasta el s. XVIII: cf. Mondher Sakly, “W×siД en Encyclopédie de l’Islam” XI (Leiden, 2005), pp. 180-184.
67 Ciudad del noroeste del litoral de Túnez: cf. G. Yver y M. Yalaoui, “Æabar±a” en Encyclopédie de l’Islam X (Leiden, 2002), pp. 20-21.
68 Confederación de tribus marroquíes que, desde la independencia de Marruecos. depende, administrativamente, de la provincia de Casablanca: cf. E. Marin, “Dukk×la” en Encyclopédie de l’Islam II (Leyde-Paris, 1965), p. 638.
En [91] (fol. 205r): Æabarist×n, las regiones septentrionales, ¤ur¥×n, parte de las tierras de los Rým, al-¤az÷ra, Egipto, Alejandría, el mar del Yemen y Sevilla en al-Andalus.69
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LABARTA & MESTRES: Ana Labarta y Ángel Mestres, Mýsà ibn Nawbajt, Kit×b al-azmina wa-l-duhýr. Tratado de astrología mundial. Valencia, 2005.
69 La lista del apartado [91], con la única excepción de la mención de Sevilla, se repite en Abý Maþ¹ar (Burnett, Yamamoto & Yano, 1994 pp. 24-25; Lemay, III, p. 402), al-B÷rýn÷ (Tafh÷m p. 220) y al-Qab÷½÷ (Burnett, Yamamoto y Yano, 2004, pp. 36-37). Ibn Nawbajt menciona sólo Æabarist×n, el norte del ¤ur¥×n, Alejandría y el mar del Yemen. Las cuatro fuentes están de acuerdo en mencionar “la parte septentrional de la tierra de ¤ur¥×n” (n׬iyat al-¹im×l min arÅ ¤ur¥×n) que al-Baqq×r (o el copista) ha convertido en n׬iyat al-¹im×l wa-¤ur¥×n.
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Chedli Guesmi Guesmi
El Kitab Al-Amtar Wa-I-Asar De Abu Abd Allah Al-Baqqar 
Supervisor/s: Lino Camprubí
Date of defense: 18-10-2005

Edición critica, acompañada de introducción y comentario, basada en el único manuscrito conservado (Escorial 916), de un tratado de astrometeorologia, escrito por un astrólogo marroquí de principios del siglo XV llamado Abu Abd Allah al-Baqqar. El tratado mencionado tiene el interés de conservar materiales astrológicos andalusíes que no se han conservado en otra fuente y, entre ellos, algunos que son de una notable antigüedad.

Así, contiene la versión más completa conservada en árabe del sistema de predicción astrológica denominado "sistema de las cruces", conocido en la versión castellana alfonsí del Libro de las Cruzes, que los estudios previos realizados por J. Vernet y J. Samsó consideran de origen latino y objeto de una versión árabe realizada en la Península Ibérica a principios del s. IX. El tratado de al-Baqqar contiene 39 versos de un poema didáctico escrito por al-Dabbí, astrólogo de las cortes de al-Hakam 1,Abd al-Rahman I1 y Muhammad (s. IX), que constituye el texto "cientiflco" andalusí más antiguo conservado. Esta misma obra contiene también casi un centenar de versos debidos a Ibn al-Jayyat, un astrólogo de mediados del siglo XI que estuvo al servicio de varios monarcas taifas. Por otra parte, la importancia del texto se pone de relieve en el análisis de las fuentes que utiliza. Gasi todas son las mismas de las que disponían, en el s. XI en Toledo, científicos de relieve corno Sáid al-Andalusí y al-Istiyí. Las fuentes nuevas, no conocidas por Sáid, son el Kitab al-Mugni de Ibn Hibinta (astrólogo cristiano de Bagdad del s. X, cuya obra no se difundió en elOccidente Islámico) y el Kitab al-bari ti ahkam al-nuyum de Ibn Abi-I-Riyal (traducida al castellano en época de Alfonso X con el título de Libro conplidoen los iudizios de las estrellas), casi contemporáneo de Sáid. La obra de al-Baqqar contiene información valiosa sobre las técnicas astrológicas para la predicción.



El Kit×b al-amÐ×r wa’l-asþ×r (“Libro de las lluvias y de los precios”) de Abý þAbd All×h al-Baqq×r (fl. 1411-1418)







Edición de Chedli Guesmi

Introducción, comentario y resumen de Chedli Guesmi y Julio Samsó


ÍNDICE

I AL-BAQQ¶R Y SU “LIBRO DE LAS LLUVIAS Y DE LOS PRECIOS”

  1. Presentación
  2. El autor
  3. Estudios previos sobre el Kit×b al-amÐ×r
  4. Las fuentes citadas por al-Baqq×r en el Kit×b al-amÐ×r
  5. Estructura del Kit×b al-amÐ×r
5.1  Primera parte: introducción y “sistema de las cruces”
5.2  Segunda parte: paso de Saturno por los signos zodiacales y otras técnicas de predicción más elaboradas
5.3  Tercera parte
5.3.1        Capítulo 1: Meteorología y lluvias
5.3.1.1  Marco temporal de las predicciones meteorológicas
5.3.1.2  Instrumentos teóricos para elaborar una predicción
5.3.2 Capítulo 2: Para conocer la baratura y carestía de los precios
                        5.3.2.1 Generalidades
                        5.3.2.2 Los productos mencionados
                        5.3.2.3 Cuantificación de las subidas y bajadas de los precios
5.3.3 Capítulo 3: Sobre las indicaciones que proporcionan los eclipses solares y lunares
                        5.3.3.1 Introducción
                        5.3.3.2 Duración de la influencia de un eclipse
5.3.3.3 A quién afectan los eclipses
5.3.3.4 Predicciones basadas en las constelaciones que han cruzado el horizonte oriental entre el principio y el fin del eclipse. Otros criterios.
                        5.3.3.5 Predicciones basadas en el signo zodiacal del eclipse
5.3.3.6 Predicciones basadas en la mansión lunar en la que se produce el eclipse
  1. Conclusiones
  2. El manuscrito, la edición y el comentario-resumen

II COMENTARIO Y RESUMEN

0 Introducción
0.1Tres actitudes ante la astrología:
0.2 Utilidad de la astrología
0.3 Generalidades sobre la astrología, tanto mundial como referida a los natalicios individuales

1 Primera parte:  el sistema de las cruces
1.1  Generalidades
1.2  Símbolos planetarios
1.3  Aspectos o estados de los planetas
1.4  Predicción de sequía, hambre, granizo, carestía y plagas de langosta.
1.5  Sobre lluvias y precios.
1.5.1 Eclipses
1.5.2 Señales de sequía:
1.5.3 Señales que indican lluvias
1.5.4 Planetas alineados (musaÐÐara)
1.5.5 La ur¥ýza de al-¾abb÷

2. Segunda parte: Indicios de Saturno (Kayw×n) en su desplazamiento por los grados de la esfera.
2.1 Introducción
2.2 Saturno en los signos zodiacales
            2.2.1 Generalidades.
2.2.2 Geografía astrológica
            2.2.3 Paso de Saturno por los signos zodiacales
2.3 Otras técnicas para el control de lluvias y precios, según varios autores
            2.3.1 Ibn al-BayÐ×r en su recensión de al-Æabar÷
            2.3.2 Hermes y otros sabios antiguos
            2.3.3 Oscilación de los precios según otros autores
2.3.4 Conjunciones planetarias maléficas y benéficas y sus efectos sobre los períodos de sequía según el mayor de los sabios
2.3.5 Influencia de la Luna en la evolución de los precios
            2.3.6 Consejos a los comerciantes
            2.3.7 Predicción de lluvias según el Ra'y al-ciy×n
            2.3.8 Cálculo de los momentos de cambio climático
            2.3.9 De nuevo el Ra’y al-þiy×n: mareas

3. Tercera parte: indicios sobre cambios meteorológicos, lluvias y precios en períodos de años, meses y días de acuerdo con la mayoría de los astrólogos.

3.1 Capítulo 1º: Sobre clima y lluvias.
3.1.1 Normas generales para predecir los cambios del tiempo para ciclos de un año, un mes y de una semana, según Ibn Ab÷ l-Ri¥×l
3.1.2 Predicciones en función del planeta indicador del año o del mes, según Ibn Ab÷ l-Ri¥×l
3.1.3 Tres lotes o partes: sahm al-maÐar, sahm al-riy׬ y sahm al-ayy×m.
3.1.4 Indicios de la Luna a su paso por los signos zodiacales
3.1.5 Predicciones en función de los términos (¬udýd) en los que se produce la conjunción y la oposición del Sol y de la Luna
3.1.6 Procedimiento general para predecir el tiempo a lo largo del mes
3.1.7 Indicaciones de los planetas sobre los cambios de tiempo y sobre otras cosas
3.1.8 Ta’s÷s×t
            3.1.9 Apertura de puertas
            3.1.10 Sobre el frío y el calor: predicciones para un año
3.1.11 Eclipses
3.1.12 Apartado sobre lluvias, truenos, relámpagos, rayos, vientos y sobre la abundancia o escasez de los mismos.
3.1.13 Sobre la abundancia o escasez de lluvias al principio o final del año.
3.1.14 Predicción de lluvias basada en el horóscopo que se levanta al principio del año o en el momento de la conjunción u oposición de la Luna y el Sol que le precede
3.1.15 Apartado sobre cómo obtener testimonios relativos a la lluvia.

3.2 Capítulo 2º: Sobre precios.
3.2.1 Evolución mensual
3.2.2 Sobre el precio del aceite y de los cereales
3.2.3 Predicciones anuales, mensuales y semanales
3.2.4 Apartado sobre los incrementos y disminuciones de los planetas y lo que indican acerca de los precios.
3.2.5 Clasificación de las casas del horóscopo que permite predecir la evolución de los precios
3.2.6 Indicaciones de la Luna acerca de los precios.
3.2.7 Estabilidad de los precios
3.2.8 Indicios de subida y bajada de precios
3.2.9 El indicador (al-dal÷l) de los precios
3.2.10 Los planetas y los precios
3.2.11 Relación entre planetas y productos
3.2.12 Signos zodiacales y productos
3.2.13 Apreciación y depreciación de la moneda y de las mercancías
3.2.14 Elección del momento para vender o comprar un animal
3.2.15 Notas dispersas sobre precios atribuidas a “los sabios”
3.2.16 Generalidades sobre baratura y carestía según þAl÷ b. RiÅw×n
3.2.17 Generalidades sobre la evolución de los precios a lo largo del año, el trimestre o el mes según al-H×¹im÷, el Kit×b al-am£×l e Ibr×h÷m al-Yahýd÷
3.2.18 Cita de M×¹×’all×h sobre la producción y el precio del aceite
3.2.19 Generalidades sobre precios según el seudo-Aristóteles

3.3 Capítulo 3º: Sobre los eclipses de sol y de luna.
            3.3.1 Generalidades
            3.3.2 Efectos perjudiciales de los eclipses
            3.3.3 Influencia de los planetas en los efectos del eclipse
            3.3.4 Colores de los eclipses
            3.3.5 Sobre quién o qué repercute un eclipse según el signo zodiacal en el que tiene lugar o  la constelación con la que se asocia
3.3.6 Predicciones en función del signo zodiacal en el que se produce un eclipse
3.3.7 Justificación de los efectos negativos del eclipse
3.3.8 Eclipses en las 28 mansiones lunares según la astrología india
3.3.9 Consecuencias perjudiciales de un eclipse en una cúspide del horóscopo de un natalicio o de un aniversario.
3.3.10 Efectos de un eclipse en la vida de un sujeto, en el transcurso de un año, en la deposición o muerte de un gobernante y procedimientos para calcular el momento en el que tendrá lugar el acontecimiento.
3.3.11 Colofón

III EDICIÓN DEL KIT¶B AL-AMƶR WA’L-ASþ¶R


I. AL-BAQQ¶R Y SU “LIBRO DE LAS LLUVIAS Y DE LOS PRECIOS”



1. Presentación:

Los estudios sobre astrología árabe han conocido notables avances durante los últimos años gracias a la publicación de un número importante de ediciones críticas de clásicos en la materia, realizadas por Michio Yano[1], Richard Lemay[2] y el equipo constituido por Charles Burnett, Keiji Yamamoto y Michio Yano[3]. Si bien los autores editados son, todos ellos, orientales, nadie duda del interés que tuvieron los textos de autores como Abý Maþšar y al-Qab÷½÷ en al-Andalus y el Magrib, en donde se difundieron y fueron objeto de traducciones latinas en la España cristiana. Llama la atención, en cambio, el que no se hayan llevado a cabo ediciones y estudios de los textos astrológicos occidentales y que una obra de la importancia del Kit×b al-b×riþ  f÷  a¬k×m al-nu¥ým de Ibn Ab÷ 'l-Ri¥×l no haya sido editada ni objeto de ningún estudio serio: tan sólo disponemos de una edición crítica de la traducción castellana alfonsí.[4]
            El presente trabajo pretende presentar una edición de un texto con un interés especial para la historia de la astrología en el Occidente Islámico: el Kit×b al-amÐ×r wa'l-asþ×r ("Libro de las lluvias y de los precios") del astrónomo y astrólogo marroquí Abý þAbd All×h al-Baqq×r. Esta obra se conserva, aparentemente, en un único manuscrito, el MS Escorial 916 (fols. 187v - 236r).

2. El autor.

Casi nada sabemos sobre este autor marroquí de la primera mitad del s. XV[5]. De él se conservan dos obras: el Kit×b al-amÐ×r wa'l-asþ×r que editamos aquí y el Kit×b al-adw×r f÷ tasy÷r al-anw×r ("Ciclos para la prorrogación de los luminares"), del que hemos podido ver los manuscritos Escorial 916 y Rabat Hassaniyya 826 y 5372.[6] La primera parte de esta segunda obra ha sido editada críticamente y estudiada por Montse Díaz-Fajardo[7] quien ha demostrado hasta qué punto al-Baqq×r era un astrónomo competente, que escribe en un momento de crisis en la astronomía magribí, en el que se produce el abandono progresivo de la tradición andalusí, representada por la obra de Azarquiel y de sus seguidores, para pasar a someterse a la influencia de la astronomía oriental. Este aspecto de la obra de al-Baqq×r había atraído el interés de otros investigadores[8] quienes vieron en este autor un testimonio interesante del abandono de la teoría de la trepidación, su sustitución por una precesión constante, y la introducción de una astronomía trópica, en la línea de Ptolomeo y al-Batt×n÷, en lugar de la astronomía sidérea, de tradición india, cultivada por Azarquiel y sus seguidores en al-Andalus (Ibn al-Kamm×d, Ibn al-H×’im) y en el Magrib (Ibn Is¬×q, Ibn al-Bann×’, Ibn al-Raqq×m, Ibn þAzzýz). De hecho el abandono no fue total, ya que disponemos de manuscritos de tablas astronómicas de Ibn al-Bann×’[9] e Ibn al-Raqq×m, con notas marginales que dan testimonio de su uso en el siglo XIX, pero, tal como nos dice el propio al-Baqq×r, este tipo de tablas eran utilizadas, sobre todo, por los astrólogos[10], mientras que los muwaqqitýn seguían predominantemente la tradición oriental.
            Tanto el MS Escorial 916 (que contiene tanto el Kit×b al-amÐ×r como el Kit×b al-adw×r) como los MSS Rabat Hassaniyya 826 y 5372 (que nos conservan la segunda de las obras citadas) dan el nombre del autor como Abý þAbd All×h al-Baqq×r. Por otra parte el Kit×b al-adw×r, según el testimonio de su autor, se escribió en el año 821/1418, año en el que hizo, en Fez, una observación de la altura del Sol, tras haber determinado, con absoluta precisión, la latitud de la ciudad.[11] Esto nos da una idea acerca de la época y el lugar en los que vivió al-Baqq×r y sabemos, asimismo, que el Kit×b al-amÐ×r se escribió después del año 1418 ya que, al final del mismo, se cita ([180]) el Kit×b al-adw×r. Por otra parte, es muy probable que al-Baqq×r se llamara Mu¬ammad b. þAli.[12]
            Además de las dos obras citadas, sabemos que al-Baqq×r escribió, por lo menos una tercera que, aparentemente, no se conserva: un I½l׬ kawkab al-Zuhra ("Corrección relativa al planeta Venus"), en el que afirmaba que las tablas del movimiento medio en anomalía de Venus daban resultados incorrectos y que convenía utilizar las de al-Batt×n÷.[13]

3. Estudios previos sobre el "Kit×b al-amÐ×r".

Juan Vernet llamó la atención[14], hace ya muchos años. sobre el interés de la obra de al-Baqq×r, ya que en ella se conservaba uno de los dos textos árabes en los que se describía el sistema de predicción denominado "sistema de las cruces" (Ðar÷qat a¬k×m al-½ulub), hasta entonces sólo conocido a través de la versión alfonsí titulada Libro de las Cruzes.[15] Vernet consideraba que este sistema era de origen bajolatino y argumentaba, en primer lugar, sobre la base del testimonio ofrecido tanto por el texto de al-Baqq×r (cf. [10])[16] como por la versión alfonsí,[17] según los cuales este sistema era el utilizado “por la gente del Magrib, en los tiempos antiguos, es decir la gente de Ifr÷qiya, los bereberes y un grupo de los no-árabes (al-þa¥am) de al-Andalus, en una etapa en la que aún no habían recibido las sutilezas (daq×'iq) de esta ciencia de las que disponían los persas y los griegos”[18]. Por otra parte, en [31], se señala que este es “el sistema de predicción antiguo, corriente en el Magrib, quiero decir la predicción de las cruces (a¬k×m al-½ulub)..., utilizado por los antiguos rým de al-Andalus, Ifr÷qiya y el Magrib”. Además, el libro de al-Baqq×r nos conserva ([32]-[33]) el texto más antiguo en el que se describen estos procedimientos: 39 versos de la ur¥ýza de þAbd al-W׬id b. Is¬×q al-¾abb÷, que corresponden al capítulo 57 del Libro de las Cruzes (pp. 159-160).[19] Al-¾abb÷ es el astrólogo andalusí más antiguo del que se tienen referencias y, según Ibn al-QýÐiyya[20], residía en Algeciras y fue llamado a Córdoba por Hiš×m I (788-796) en el momento en el que éste subió al trono. Requerido por el emir, hizo una predicción de acuerdo con la cual su reinado duraría sólo de seis a siete (según Ibn al-QýÐiyya) u ocho años (según al-Maqqar÷). Esta referencia situaba la actividad de al-abb÷ durante el reinado de Hiš×m I, a lo que había que añadir la referencia de al-Baqq×r ([31]) según el cual al-¾abb÷ habría compuesto la ur¥ýza durante el reinado de al-©akam I (796-822). Dado que el gran período durante el cual tuvo lugar la orientalización de al-Andalus y el comienzo de la llegada de textos científicos orientales, traducidos del sánscrito, el persa y el griego, fue el reinado de þAbd al-Ra¬m×n II (821-852)[21], parecía lógico suponer, tal como hizo Vernet, que el sistema de las cruces correspondía a una tradición cultural latina, que habría sobrevivido en el Magrib y en al-Andalus hasta mediados del s. IX. El argumento sigue siendo válido, dada la cronología establecida por al-Baqq×r, a pesar de que han aparecido evidencias nuevas que muestran que al-abb÷ tuvo una vida muy larga y murió durante el emirato de Mu¬ammad (852-886), aunque no podamos precisar la fecha. La publicación, hace unos años, del vol. II-1 del Muqtabis de Ibn ©ayy×n[22] - quien señala que al-¾abb÷ "tiene un famoso poema astrológico en metro ra¥az" que parece ser el que aquí nos ocupa - ha revelado nuevos datos sobre este personaje que pudo ser el introductor de la moda astrológica en la Córdoba Omeya, sobre todo en la corte de þAbd al-Ra¬m×n II[23], y que murió en Tortosa, ejecutado por orden de Mu¬ammad.



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