ASTROLOGÍA
EN MARRUECOS A FINES DEL SIGLO XIV Y PRINCIPIOS DEL XV SEGÚN EL MANUSCRITO
ESCORIAL 916.
Dr: Chedli Guesmi
Universidad de Barcelona
Introducción.
A
mediados del siglo XIV el erudito Ibn Marzýq (1310-1379) escribió un retrato
hagiográfico del décimo sultán meriní de Marruecos Abý l-©asan b. þAl÷ (r.
731/1331 – 752/1351) en el que dedica un capítulo entero al rechazo que Abý
l-©asan sentía por la astrología, como consecuencia de sus ideas ortodoxas.[1] Uno de
los acontecimientos más importantes que se produjeron durante su reinado fue la
derrota que sufrió en la batalla de El Salado o Fa¬½ Æar÷f (1340) en la que el ejército musulmán formado
por tropas meriníes y nazaríes granadinas fue vencido por las tropas
castellanas de Alfonso XI. Resulta curioso observar que un astrólogo de origen
argelino, Ibn þAzzýz al-QusanÐ÷n÷ (m. Constantina en 755/1354), que residía en
Fez, levantó varios horóscopos acerca del resultado de la batalla. Dado que las
predicciones basadas en los mencionados horóscopos no se conformaron con el
resultado real, Ibn þAzzýz atribuyó su fracaso predictivo al uso de las tablas
del tunecino Ibn Is¬×q (fl. 1193-1222) y decidió compilar una nueva colección
de tablas (al-Z÷¥ al-Muw×fiq) basadas en un método experimental en el
que los datos se basaron en criterios tanto astronómicos como astrológicos.[2]
La ortodoxia de Abý l-©asan no implicó el
final de la actividad astrológica en Marruecos durante la segunda mitad del
siglo XIV. De hecho no está claro el origen de los horóscopos de Ibn þAzzýz
sobre la batalla y no sabemos si los círculos del poder que rodeaban a Abý
l-©asan fueron quienes Solicitaron una predicción sobre los resultados de la
misma. Sabemos, por otra parte, que personajes importantes de la época se
interesaban por la astrología. Es el caso del sultán Abý S×lim Ibr×h÷m ibn Ab÷
l-©asan (760/1359 – 762/1361), uno de los hijos de Abý l-©asan, quien poseía
dos astrolabios hechos en oro y plata, y el del visir Gh×z÷ ibn al-K×s, a quien Ibn Qunfu² al-QusanÐ÷n÷
dedicó su comentario a la Ur¥ýza f÷
l-a¬k×m al-nu¥ýmiyya, escrita por el famoso astrólogo tunecino del siglo
XI Ibn Ab÷ l-Ri¥×l. El comentario de Ibn
Qunfu² debió ser una obra ampliamente difundida, ya que se conserva en un gran
número de manuscritos, aunque aquí sólo se tendrá en cuenta la versión
conservada en el manuscrito Escorial 916. La obra en cuestión está dedicada a
Abý Ya¬y× Abý Bakr, hijo del difunto visir
Abý Mu¥×hid G×z÷, identificado por Manýn÷[3] con Abý Bakr b. Ab÷ Mu¥×hid G×z÷ ibn al-K×s, visir
del sultán meriní Abý F×ris (767/1366 – 774/1372) y de su hijo Abý Zayy×n
(774/1372 – 776/1374).
Como el escrito de Ibn Qunfu²
contiene una serie de horóscopos históricos, el más tardío de los cuales, como
veremos, corresponde a la bayþa de Abý F×ris e incluye una estimación
muy precisa de la duración de su reinado, hay que concluir que la obra fue
escrita después de 1372. Por otra parte, Ibn Jaldýn afirma que el ministro Ibn
G×z÷ fue exiliado a Mallorca a fines de 776/1375, por lo que es probable que el
comentario de Ibn Qunfu² se escribiera durante el breve reinado de Abý Zayy×n
(1372-1374) aunque Ibn Qunfu² afirma (Ms Escorial 916 fol. 177r) que “nuestro
tiempo” es “el principio del tercer tercio del siglo VIII de la Hégira”, lo que
implica el año 766H/1364-65), unos diez años antes de la fecha propuesta.
La segunda fuente de
la que me voy a ocupar, conservada en el mismo manuscrito, es algo posterior:
el Kit×b
al-amÐ×r wa l-asþ×r (Sobre lluvias y precios) de Abý þAbd All×h al-Baqq×r,
sobre quien sólo conocemos que es el autor de dos obras interesantes: el AmÐ×r
y el Kit×b al-adw×r f÷ tasy÷r al-anw×r (Ciclos para la prorrogación de
los luminares). La primera se conserva en un único manuscrito (Escorial 916, fols. 187v - 236r), cuya edición será el tema de mi tesis doctoral.
El Anw×r, por otra parte, se conserva, al menos, en tres manuscritos
(Escorial 916 y Rabat Hassaniyya 826 y 5372) y consta de dos partes: la primera
tiene contenido astronómico y ha sido objeto, recientemente, de una edición de
Montse Díaz Fajardo,[4] quien prepara asimismo una edición de la segunda parte, de contenido
astrológico. Esta segunda obra tiene el interés de mostrar que al-Baqq×r era un
astrónomo competente y que vivió en una etapa en la que los astrónomos
magrebíes estaban empezando a abandonar la tradición astronómica andalusí,
representada por los z÷¥es de la escuela de Ibn Is¬×q, adoptando en su
lugar los nuevos z÷¥es orientales, que estaban empezando a difundirse
por el Magreb.[5] Este libro, por otra parte, es la única fuente que nos permite fechar
las actividades de su autor, ya que afirma que fue escrito en 821/1418, el año
en el que al-Baqq×r hizo, en Fez, una observación de la altura del Sol, tras
haber determinado, cuidadosamente, la latitud de la ciudad. Además de estos
datos sólo sabemos que al-Baqq×r fue probablemente el copista de la colección
de cuatro obras astrológicas que se conservan en el manuscrito Escorial 939,
copiado en 813/1411 por un personaje denominado Mu¬ammad b. þAl÷ al-Baqq×r.
El Kit×b al-amÐ×r ha
atraído la atención de varios eruditos[6]
ya que es una de las dos fuentes conocidas[7]
que contiene un texto árabe en el que se explican las predicciones astrológicas
basadas en el “sistema de las cruces” (a¬k×m al-½ulub), utilizado por
los antiguos romanos (rým) de al-Andalus, Ifr÷qiya y el Magreb. Este
sistema se conoce también por una versión castellana, conservada en el Libro
de las Cruzes alfonsí, basada en una recensión elaborada en el siglo XI
(después de la conjunción de Saturno y Júpiter del año 459/ 1066-67, citada en el
texto) por un cierto þAbd All×h b. A¬mad al-ÆulayÐul÷.[8]
Disponemos, por tanto, de dos tratados astrológicos
escritos en Marruecos entre 1372-1374 (Ibn Qunfu²) y, probablemente, después de
1418. Esto puede darnos una idea acerca de la práctica de la astrología en
Marruecos durante un período de cincuenta años, que corresponden al último
cuarto del siglo XIV y el primero del XV.
2. Astrología e Islam
La astrología ha resultado siempre una disciplina sospechosa en el
marco de las tres confesiones monoteístas y esto ha obligado a los astrólogos
de cualquier religión a justificar la licitud de sus prácticas. Esto preocupa,
de manera especial, a Ibn Qunfu² cuyas prácticas ½ufíes son bien conocidas.
Tanto Ibn Qunfu² como al-Baqq×r se preocupan de la compatibilidad entre la
práctica de la astrología y su propia ortodoxia.
El primero de estos dos autores
clasifica las ciencias en ciencias religiosas (d÷n÷) y racionales (þaql÷).
Las ciencias religiosas se contienen en la ¹ar÷þa, mientras que las
ciencias racionales pueden tener un carácter práctico o aplicado (½in×þ÷)
o bien no tener una aplicación directa (gayr ½in×þ÷). En el primer
subgrupo encontramos a la Lógica, Geometría, Aritmética (¬is×b),
Medicina, Astrología y Astronomía (þilm al-nu¥ým), las disciplinas
propias del secretariado (kit×ba) y otras. Las ciencias gayr ½in×þ÷ incluyen
los Fundamentos de la Religión (U½ýl al-D÷n) y del Derecho (U½ýl
al-Fiqh), así como la lengua árabe. En lo que se refiere a la astrología,
Ibn Qunfu² señala que las indicaciones (dal×la) que proporcionan los
cuerpos celestes son sólo indicios, no causas, y que Dios puede alterar los
movimientos planetarios y cambiar sus indicaciones. La astronomía es una
ciencia útil, gracias a sus aplicaciones al m÷q×t. El estudio de los
tamaños y distancias de los planetas, así como el de la irregularidad de sus
movimientos, implica el análisis de un reflejo de la sabiduría divina. Cita a
autoridades religiosas como þAl÷ b. Ab÷ Æ×lib, quien tenía un conocimiento
adecuado de la astronomía, así como a los autores de la literatura de anw×’,
considerada aceptable por los ortodoxos.
Al-Baqq×r desarrolla este tema de manera más detallada: la
introducción de su Kit×b al-amÐ×r explica que los sabios han adoptado
tres actitudes distintas ante la astrología, y continúa defendiendo la utilidad
de esta disciplina. Una de estas actitudes es la de los polemistas (ahl
al-¥adal) que rechazan la astrología, mientras que la actitud opuesta es la
de los que practican la magia talismánica quienes consideran que los cuerpos
celestes producen efectos (afþ×l) y ejercen influencias (ta’£÷r×t)
en el mundo sublunar. Ambas actitudes son rechazadas por al-Baqq×r quien, como
Ibn Qunfu², considera que, según los astrólogos, los cuerpos celestes ofrecen
indicaciones (dal×l×t) que les permiten hacer predicciones gracias a sus
conocimientos, que se basan en experiencias (ta¥×rib) y razonamientos
analógicos (qiy×s×t), cuyos resultados han sido recogidos en sus libros.
Los fenómenos celestes sugieren una predicción pero no son la causa de
acontecimientos futuros (wa huwa mush×hid ghayr mud×fiþ). A este respecto cita el Corán
32,34 acerca de las cinco cosas que sólo Dios conoce, entre las que encontramos
la caída de la lluvia, que constituye el tema principal de este libro. Cita también
el Corán 37, 88-89, acerca de la capacidad de Abraham para predecir
astrológicamente que va a caer enfermo. La lluvia no se produce debido a la
influencia de los cuerpos celestes pero los hombres son capaces de analizar los
indicios que les permiten prever la posibilidad de lluvia. A este respecto da
un cierto número de ejemplos históricos: el califa þUmar no autorizó la oración
del istisq×’ hasta que llegó el naw’ de las Pléyades, considerado
tradicionalmente como un período de lluvia dentro del año solar.[9] Análogamente al-Gaz×l÷ no
quiso rezar la oración del istisq×’ hasta que Venus estuviera combusto
en el signo de Piscis. Esto último puede ser interpretado de dos maneras
distintas: por una parte, Piscis es un signo de agua y Venus que, como la Luna,
tiene una clara influencia en la caída de la lluvia, tiene su exaltación (¹araf)
en el grado 27 de Piscis. Por otra, en una interpretación más racional, si
Venus está combusto en Piscis, el Sol debe encontrarse en el mismo signo, muy
cerca del equinoccio de primavera, una época del año en el que, al menos en la
zona del Mediterráneo, abundan las lluvias.
La astrología que, según al-Baqq×r, es compatible con la
religión islámica, es, evidentemente, útil ya que permite prever el futuro y
adoptar las medidas preventivas adecuadas, entre las que menciona pedirle a
Dios que evite un futuro acontecimiento catastrófico. Este tipo de
conocimientos resulta especialmente importante para los monarcas y líderes
políticos como Heraclio, rey de Bizancio, quien pudo prever que se vería
obligado a abandonar Siria como consecuencia del advenimiento del profeta
Mu¬ammad. Heraclio observaba las estrellas y lo mismo hicieron los Baný þUbayd
cuando construyeron la ciudad de Mahdiyya. La ubicación de la nueva ciudad fue
elegida por þUbayd All×h al-Mahd÷ en 300/912-13 y la inauguración oficial tuvo
lugar el 8 de ³aww×l de 308/ 19 Febrero 921, con Leo en el ascendente, ya que
es un signo fijo y el signo del Sol, que es un indicador de los reyes.[10] En otro pasaje, al-Baqq×r nos
informa que un rey de Roma descubrió, gracias a un horóscopo, que la capital
del Imperio Romano iba a ser trasladada de Roma a Bizancio y esto le permitió
adoptar medidas preventivas.
3.Técnicas sencillas para
las predicciones astrológicas
Los dos libros de al-Baqq×r e
Ibn Qunfu² se relacionan con dos tipos distintos de astrología: por una parte
al-Baqq×r se ocupa fundamentalmente de predicciones basadas en un número
reducido de variables y que pueden reducirse a una casuística detallada
utilizando un análisis combinatorio. Si se utiliza este método, el astrólogo se
limitará a seleccionar las variables relacionadas con un caso particular y
leerá la predicción correspondiente en una lista, que estará a su disposición
como resultado del desarrollo de la casuística. No tendrá que preocuparse por
el cálculo de las posiciones planetarias, la división de las casas u otros
aspectos técnicos de la astrología convencional. Esto parece corresponder a un
tipo de astrología popular que debían utilizar astrólogos de escasa categoría
que actuaban en el sýq de cualquier ciudad y es la misma clase de
astrología que aparece también en el Tractatus de nova astronomia[11] de Ramón Llull. Todo esto resulta radicalmente
distinto de la astrología más sofisticada, basada en desarrollos griegos e
islámicos, que encontraremos en el comentario de Ibn Qunfu².
3.1 El “sistema de las
cruces”
La primera parte del Kit×b
al-amÐ×r expone las técnicas astrológicas del “sistema de las cruces”. Su
contenido se relaciona, de manera bastante estrecha, con los capítulos 1, 4, 5, 6, 57, 60, 61, 62, 63, 64 y 65 del Libro de las Cruzes alfonsí. Esta
equivalencia muestra que al-Baqq×r está utilizando una fuente relacionada con
la revisión llevada a cabo, en el siglo XI por þAbd All×h al-ÆulayÐul÷, el Oveidalla
de la traducción alfonsí. El texto cita también
39 versos de la ur¥ýza de þAbd al-W׬id ibn Is¬×q al-¾abb÷ (fl.
Algeciras y Córdoba c. 800)[12],
que es el texto astrológico andalusí más antiguo conocido así como una
versificación del capítulo 57 del Libro de las Cruzes. Su antigüedad, el
hecho de que fuera compuesto en un momento de la historia en el que los textos
astronómicos y astrológicos orientales aún no habían llegado a al-Andalus, las
referencias - tanto del texto de al-Baqq×r como de la traducción castellana –
al hecho de que este sistema era el que utilizaban los antiguos romanos (rým)
de al-Andalus, Ifr÷qiya y el Magrib y, finalmente, el carácter primitivo de las
técnicas astrológicas utilizadas llevaron a Juan Vernet y a Julio Samsó[13]
a asumir que el sistema era de origen latino tardío.
Esta parte del libro se ocupa fundamentalmente de
predicciones meteorológicas, períodos de sequía y fertilidad y la influencia
que estos tienen en la evolución de los precios de los productos agrícolas.
Todo ello se basa, sobre todo, en las posiciones de los planetas superiores. El
sistema de las cruces utiliza aspectos clásicos como la cuadratura, así como
otros que parecen tener un origen distinto. Es el caso del i¬tir×q
(“quemazón”) que no tiene nada que ver con la proximidad de un planeta al Sol
(“combustión” de la astrología clásica) sino que designa la situación en la que los planetas están
juntos en el mismo signo o dispersos en la misma triplicidad. Lo mismo puede decirse
del igl×q (cierre): los planetas están muglaqa (cerrados) cuando
retrogradan. Los planetas pueden también estar mutasattara (alineados)
cuando se encuentran en cuatro signos consecutivos; si uno de estos cuatro
signos está vacío, sin ningún planeta que lo ocupe, la situación se denomina muglaqa
maftu¬a (cerrada-abierta). El texto habla también de aspectos,
llamados itti½×l (aplicación), aunque la traducción alfonsí utiliza el
término catamientos que parece, más bien, corresponder a naÞar.
Estos aspectos se utilizan cuando el autor intenta establecer cuál de los dos
planetas superiores (Saturno y Júpiter) domina sobre el otro cuando ambos están
en trino o cuadratura. Además de la cuadratura, el trino, la conjunción y la
oposición, el texto habla también de un aspecto septil (tasabbuþ).
Aparece, a veces,
alguna evidencia del uso de técnicas astrológicas más desarrolladas, tal como
sucede en pasajes que mencionan “dignidades” (¬uÞýÞ), deyecciones (suqýÐ), aspectos entre planetas
benéficos y maléficos, oposición y conjunción.[14] Esto puede
deberse a interpolaciones en el texto realizadas por el revisor,
þAbd All×h
al-ÆulayÐul÷, quien cita otras fuentes independientes del sistema de las cruces
como baþÅ al-mashriqiyy÷n mencionados en el capítulo 63 del Libro de
las Cruzes, en un pasaje conservado por al-Baqq×r, o la cita del Kit×b
al-þarÅ f÷ l-asþ×r de Hermes al-©ak÷m.
3.2 El paso
de Saturno por las cuatro triplicidades y por los doce signos zodiacales: la L×miyya
de Ibn al-Jayy×Ð.
En la segunda
parte del Kit×b al-amÐ×r, al-Baqq×r trata del paso de Saturno por las
cuatro triplicidades y los doce signos zodiacales. Esta parte es claramente
independiente del sistema de las cruces, por más que la técnica astrológica
utilizada resulta igualmente sencilla. Aquí al-Baqq×r cita fuentes andalusíes
la principal de las cuales es la L×miyya de
Abý Bakr Ya¬y×
b. A¬mad, conocido como Ibn al-Jayy×Ð.
Este astrólogo vivió desde c. 367/977 hasta 447/1055-56, fecha en la que murió
en Toledo. Sirvió profesionalmente a varios monarcas del período como el califa
Sulaym×n b. al-©akam al-N×½ir li-D÷n All×h (r. en 400/1010 y desde 403/1013
hasta 407/1016), durante la etapa de la fitna, y al rey de Toledo
al-Ma’mýn (435/1043 – 467/1074-75).[15] El último rey zirí de Granada, þAbd All×h b.
Buluqq÷n añade, en sus memorias (Æiby×n),[16] que predijo la conquista de Denia por al-Muqtadir
b. Hýd, rey de Zaragoza y padre del famoso rey-matemático al-Mu’taman b. Hýd,
en 468/1076, así como la muerte del rey en 475/1082-83. Según al-Baqq×r, Ibn
al-Jayy×Ð dedicó a al-Ma’mýn una Ris×la f÷ l-qir×n×t al-nu¥ýmiyya
(Epístola sobre conjunciones planetarias) en la que se ocupaba, entre otras
cosas, de los acontecimientos de al-Andalus, el tiempo durante el cual los
musulmanes vivirían en este país y las indicaciones que apuntaban a que pronto
deberían abandonar este lugar. Al-Baqq×r,
aparentemente, es la única fuente que conserva la L×miyya de Ibn
al-Jayy×Ð, de la que el Kit×b al-amÐ×r reproduce 90 versos dispersos en
esta segunda parte del libro, y que parecen contener alusiones a hechos reales
que se produjeron durante la vida del autor. En estos versos Ibn al-Jayy×Ð
trata de:
- El paso de Saturno por las cuatro
triplicidades (15 versos), de los que los tres versos finales aluden a una
estación de Saturno al final de Capricornio, tras haber retrogradado. Esta
referencia nos permite fechar el poema hacia 442/1050, durante el reinado de
al-Ma’mýn.
-Saturno en Aries (8 vv): el penúltimo verso se refiere a una guerra
con los bereberes.
-Saturno en Tauro (3 vv), Géminis (4 vv) y Cáncer (8 vv). Los últimos
versos (Cáncer) mencionan un terremoto en Córdoba y un eclipse solar a mediodía
que permitió a la gente contemplar las mansiones lunares en pleno día. Esto
puede aludir al eclipse solar del 29 de Junio de 1033, momento en el que
Saturno estaba en Cáncer. Por otra parte, el primer verso de la serie de
Cáncer, menciona la presencia, en este signo de al-qahh×r×n o al-q×hir×n
(los dos [planetas] poderosos): esto parece corresponder a una conjunción de
Saturno y Marte en Cáncer que tuvo lugar en Septiembre de 1033.
-Saturno en Leo (6 vv), Virgo (8 vv)
y Libra (6 vv).
-Saturno en Escorpio (5 vv) y Sagitario (8 vv): el sexto verso de la
serie de Sagitario alude a una ocultación de Saturno por la Luna llena.
-Saturno en Capricornio (5 vv),
Acuario (10 vv) y Piscis (2 vv).
Al-Baqq×r
termina con otros dos versos, que tratan de temas diferentes. El conjunto hace
pensar que no ha citado la totalidad de la L×miyya de Ibn al-Jayy×Ð.
4. Técnicas astrológicas más elaboradas en el Kit×b
al-amÐ×r
El libro sigue con el análisis del paso de Saturno por los doce signos
zodiacales en el que utiliza otras fuentes y técnicas. Parece claro que se
refiere al tasy÷r (prorrogación) cuando utiliza términos como Ð×liþ
(ascendente), qaÐþ (corte) o hayl×¥ (indicador). Entre sus fuentes
menciona a “algunos sabios romanos/ griegos” (baþÅ ¬ukam×’ al-Rým), quienes incluyen referencias a
al-Andalus, lo que hace pensar en la posibilidad de que esta fuente se
relacione con los autores del “sistema de las cruces”. Otras autoridades son
Hermes y þUmar ibn Farruj×n al-Æabar÷ (segunda mitad del s. VIII y principio
del s. IX), al que parece conocer a través de una recensión andalusí de un
libro suyo escrito por un tal þAbd al-þAz÷z ibn al-BayÐ×r que, tal vez, pueda
identificarse con el autor de unas tablas de latitudes planetarias (¿derivadas
de las de Ibn al-Kamm×d?) mencionado por el autor anónimo de una recensión
tunecina del Z÷¥ de Ibn Is¬×q, que se conserva en un manuscrito de
Hyderabad.[17] Al-Baqq×r menciona también otra fuente anónima, que
considera fiable, según la cual se produjo una conjunción de Saturno y Marte en
el signo de Piscis en el año 626/1228-29 y que esta conjunción trajo
prosperidad a al-Andalus y pobreza a la parte oriental del Magreb, Egipto y
Siria. Utilizando tablas modernas puede comprobarse que la mencionada
conjunción se produjo efectivamente el 21 de Noviembre de 1228 en el signo de
Piscis, en el grado 324º[18]
y pueden obtenerse resultados análogos con tablas medievales.
En el pasaje siguiente al-Baqq×r
añade al paso de Saturno por las triplicidades y por signos trópicos, fijos y
bicorpóreos, otras variables como las conjunciones de Saturno y Marte, Saturno
y Venus, además de las ya mencionadas de Saturno y Júpiter. Insiste en la
importancia de Venus y la Luna, cuya relación con la lluvia es un tópico
astrológico bien conocido. Elabora predicciones basadas en las mansiones
lunares con las que coincide Venus en el momento de su orto, así como en el
movimiento directo o retrógrado de los planetas superiores. Aplica a la astrometeorología
ideas médicas, como la de los momentos de crisis de las enfermedades: la
posición de la Luna le permite predecir momentos en los que se producirá un
cambio del tiempo en un mes determinado. Introduce asimismo refinamientos como
la proyección de rayos, la idea del ¬ayyiz (fase de dominio) de cada
planeta, decanos, ¬udýd (términos) así como la ziy×da/ nuq½×n
(aumento/ disminución) en ¬is×b (cálculo) o mas÷r (velocidad).
La última parte del libro se divide
en tres capítulos que tratan de 1) meteorología y lluvias, 2) precios y 3)
eclipses solares y lunares. En el primer capítulo aparece una nueva fuente: el Kit×b
al-B×riþ f÷ a¬k×m al-nu¥ým de Ibn Ab÷ l-Ri¥×l, en el que se encuentran
nuevas técnicas para la predicción meteorológica. Las predicciones pueden
hacerse para un año entero, utilizando el método habitual de levantar el
horóscopo de la conjunción u oposición del Sol y de la Luna inmediatamente
anterior al equinoccio de primavera. Hay también predicciones para períodos más
breves: estaciones (horóscopo de la conjunción u oposición previa a los
equinoccios y solsticios), meses, medios meses, semanas y períodos de dos días
y medio (paso de la Luna por los doce signos zodiacales). Para este tipo de
predicciones, al-Baqq×r introduce ciclos de astrología mundial (qisma e ifr×diyya)
y define nuevos instrumentos teóricos:
a) Tres lotes o partes (sih×m)
que son el sahm al-maÐar, sahm al-riy׬ y sahm al-ayy×m
que corresponden, respectivamente a los lotes de la lluvia, los vientos y los
días. Sólo el sahm al-riy׬ se calcula de la misma manera que en las
fuentes orientales, pero esto no sucede con el sahm al-maÐar. Al-Baqq×r e Ibn Ab÷ l-Ri¥×l atribuyen el sahm
al-ayy×m a Abý Maþ¹ar, por más que este lote no aparece en el Madjal
Kab÷r del astrólogo oriental.
b) Ta’s÷s×t que son
equivalentes a las fa¹÷¹×t mencionadas por al-B÷rýn÷:[19]se trata de una serie (12, según al-B÷rýn÷ y 24
según al-Baqq×r) de elongaciones de la Luna con respecto al Sol, en intervalos
desiguales, que determinan puntos sensibles en el desplazamiento mensual de la
Luna
c) “Apertura de puertas” (abw×b
al-futý¬, abw×b al-futu¬×t), un concepto que aparece, con diferencias
mínimas, en muchas fuentes orientales como Ký¹y×r b. Labb×n[20] y al-B÷rýn÷[21]. La definición de al-Baqq×r no es idéntica a la de
sus predecesores orientales: hay “apertura de puertas” cuando la Luna se separa
de un planeta de una pareja de planetas que tienen sus domicilios en signos
opuestos[22] y entra en aplicación con el otro miembro de la
pareja.
d) Aumento y disminución en número (þadad),
ecuación (taþd÷l) y luz (nýr), así como s×þid/ h×biÐ f÷
falaki-hi (que asciende/ desciende en su esfera) y baÐ÷’/sar÷þ al-sayr
(lento o rápido en su movimiento).
El segundo capítulo de esta parte
trata de las oscilaciones de los precios de los productos agrícolas lo que,
según al-Baqq×r, se relaciona con los períodos de lluvia y sequía. Sus ideas
sobre este tema son interesantes porque afirma que un incremento de la oferta
de los productos en el mercado no
implica necesariamente una disminución de sus precios. En su opinión, la Luna
es la causa de la oposición entre mercancías y þayn: nunca explica el
significado de este palabra aunque está claro que se refiere a las monedas de
oro y plata.[23] No está siempre clara la actitud del autor en
relación con los precios elevados o bajos aunque, en la mayoría de los casos,
asocia el bien (jayr) con el aumento de precios y el mal (al-¹arr wa
l-fas×d) con su disminución. Así, cuando los indicadores benéficos (suþýd)
están en una posición favorable los precios suben y lo contrario sucede cuando
su posición es desfavorable, por más que cosas similares se afirman acerca de
los maléficos (nu¬ýs), lo que constituye una contradicción muy clara.
Hay que tener en cuenta, no obstante, que la segunda actitud coincide con citas
de otros autores como el comentario de þAl÷ ibn RiÅw×n al Tetrabiblos o
un Ibr×h÷m al-Yahýd÷ al que no he podido
identificar.[24]
La actitud de al-Baqq×r parece
cambiar cuando analiza la oscilación de los precios utilizando conceptos derivados
de la astrología mundial: cuando el maléfico planeta Saturno se encuentra en el
signo de su última conjunción con Júpiter, o en el Bur¥ al-Milla (signo
de la Religión) o en el Bur¥ al-qir×n al-d×ll þalà l-Milla (signo de la
conjunción que anunció la aparición del Islam) – posiciones que deben
considerarse privilegiadas – el precio de la comida subirá y se producirá una
hambruna generalizada. Está claro que el al-qir×n al-d×ll þalà l-Milla
es la conjunción de Júpiter y Saturno, con cambio de triplicidad, que tuvo
lugar en el año 571 (coincidiendo, según algunos astrólogos, con el nacimiento
del Profeta) en el signo de Escorpio. Resulta dudosa, en cambio, la
interpretación del Bur¥ al-Milla, por más que es posible que al-Baqq×r
se refiera al signo de Cáncer, que era el signo de Saturno en el momento del
equinoccio de primavera del año del principio de la Hégira (19 de Marzo de
622). Dos días más tarde (21 de Marzo) se produjo una conjunción de Saturno y
Marte, también en Cáncer, según Abý Maþ¹ar.[25] Cáncer corresponde, de nuevo a la longitud media de
Saturno el día del principio de la Hégira (14 de Julio 622), mientras que su
longitud verdadera lo situaba al principio de Leo. Resulta sugerente comprobar
que el signo de la última conjunción media de Saturno y Júpiter antes del
comienzo de la era (25 de Septiembre de 610 AD) fue Piscis. Tenemos, por tanto,
tres signos (Cáncer, Escorpio y Piscis) que forman la triplicidad de agua.
Las predicciones acerca de las
oscilaciones de los precios utilizan la misma metodología que los relativos a
la meteorología: se emplean los mismos períodos de tiempo (años, estaciones,
meses, medios meses y semanas) y los indicadores más importantes son la Luna –
esencial, como hemos visto, para la
predicción de lluvia -, seguida por el Sol, Venus y Mercurio.
Este capítulo ofrece numerosas
listas de productos que están sometidos a la oscilación de precios y
corresponden a lo que cabe esperar en la economía del Magreb a principios del
siglo XV: productos agrícolas utilizados para la alimentación humana y para la
fabricación de tejidos, tintes, todo tipo de ganado pero escasísimas
referencias a la pesca. Hay pocas referencias a los metales y a la minería, así
como a productos de lujo como joyas, perfumes y seda. Los productos mencionados
tienen asociaciones astrológicas con las triplicidades o con planetas
específicos.
Resulta interesante señalar que
al-Baqq×r hace tres intentos distintos para cuantificar el aumento o
disminución de los precios. El más claro establece que la diferencia en grados
de longitud entre el planeta que indica el cambio en el precio y el planeta con
el que entra en aplicación corresponderá al número de dinares o dirhemes del
aumento o la disminución.
El tercer capítulo trata de las indicaciones de los eclipses solares y
lunares y es la única parte de todo el libro que no tiene relación con lluvias
ni con precios. Por otra parte, resulta interesante señalar que contiene citas
de Ibn Hibint× y pasajes que utilizan como fuente el al-Kit×b al-Mugn÷,
sin mencionar al autor ni al título de la obra. Al-Baqq×r utiliza
informaciones, que toma del Tetrabiblos de Ptolomeo, del Karpós
seudo-ptolemaico y del Mugn÷ de Ibn Hibint×, para determinar el período
de tiempo durante el cual será sensible la influencia del eclipse, así como el
momento en el que tal influencia adquirirá el máximo poder. Trata también de
las personas que se verán afectadas por el eclipse de acuerdo, entre otras
cosas, con el signo zodiacal o la mansión lunar en los que se produce el
eclipse.
5. Ibn
Qunfu² y la escuela de Ibn Ab÷ l-Ri¥×l en el Magreb
La
segunda fuente que quisiera analizar brevemente es el comentario de Ibn Qunfu²
a la ur¥ýza astrológica de Ibn Ab÷ l-Ri¥×l. Este último es el autor del al-Kit×b
al-B×riþ f÷ a¬k×m al-nu¥ým, uno de los manuales astrológicos más difundidos
en la Europa medieval, que fue traducido a distintas lenguas, entre las que se
encuentra el castellano gracias a la versión alfonsí titulada Libro conplido
en los iudizios de las estrellas.[26]
La ur¥ýza de Ibn Ab÷
l-Ri¥×l contiene 468 versos que tratan de:
1. Introducción
(vv. 1-22);
2.
2. Interrogaciones (mas×’il) (vv.
23-343) referentes a aspectos de la vida privada y pública. 75 versos de este
grupo (casi la cuarta parte del total) tratan de cuestiones relacionadas con el
poder político supremo (el sultán o rey);
3.
3. Elecciones (ijtiy×r×t), para
establecer el momento propicio en el que debe iniciarse una actividad
específica, normalmente relacionada con distintos aspectos de la vida normal.
Sólo en un número reducido de casos la elección se refiere a algo relacionado
directamente con el poder político como la elección del momento adecuado para
la bayþa de un monarca;
4.
4. Aniversarios de los años del mundo (ta¬w÷l sin÷ al-þ×lam) (vv. 425-468), que
tratan de problemas de astrología mundial y se basan en el uso de
prorrogaciones (tasy÷r) y de la teoría de las conjunciones de Saturno y
Júpiter.
Se ha considerado con frecuencia que la Ur¥ýza f÷
l-a¬k×m es un resumen del Kit×b
al-B×riþ f÷ a¬k×m al-nujým. Mi análisis del texto de la ur¥ýza, tal
como aparece en el manuscrito Escorial 916, no confirma esta hipótesis por más
que ambas obras traten de los mismos temas y tengan, con frecuencia, una
estructura similar. Existen, no obstante, muchas diferencias que no permiten
que se considere que la ur¥ýza sea una abreviación quintaesenciada del B×riþ.[27] Tampoco
está clara la cronología relativa de ambas obras. Me ha preocupado también el
problema de establecer a qué tipo de lector está dirigida la ur¥ýza.
Resulta sorprendente el constatar que temas muy comunes como los horóscopos
natalicios y los aniversarios de los nacimientos (ta¬×w÷l sin÷ al-maw×l÷d)
no se tratan en absoluto en la ur¥ýza, mientras que se analizan con
detalle en los libros IV-VI del B×riþ. Si a esto añadimos la profundidad
con la que Ibn Ab÷ l-Ri¥×l analiza los problemas relativos al poder político,
mi conclusión es que la ur¥ýza fue dedicada a alguien importante en la
corte Z÷r÷ de Túnez.
El interés del ¹ar¬ de Ibn
Qunfu² no radica sólo en sus glosas, en las que explica los contenidos de la ur¥ýza,
frecuentemente demasiado concisos, sino también en el hecho de que añade
información suplementaria, en forma de pasajes denominados f×’ida, fa½l,
taf½÷l, tanb÷h, q×þida, il¬×q, muþ×raÅa, ish×ra or mush×hada donde,
por ejemplo, da una lista de las ¬×l×t no mencionadas por Ibn Ab÷
l-Ri¥×l, de las que las 25 primeras coinciden, en nombre y definición, con las
que aparecen en el Madjal ½ag÷r de Abý Maþ¹ar,[28]
a las que añade diez más. Añade asimismo una tabla con las dignidades o ¬uÞýÞ
(domicilios planetarios, exaltaciones, deyecciones, características y
naturalezas de los signos, planetas que dominan los decanos, términos
egipcios...).
Algunas técnicas astrológicas
utilizadas por Ibn Qunfu² tienen un cierto interés. Por ejemplo, su comentario
que establece que una muq×rana (conjunción) alcanza su poder máximo
cuando la distancia entre los dos planetas conjuntos es igual a la suma de sus
dos radios (probablemente diámetros, maq×d÷r ajr×mi-hi) (MS Escorial
fol. 134 r). Los valores que menciona son:
Sol 15
Luna 12
Saturno y Júpiter 9
Marte, Venus y Mercurio 7
Las unidades
que utiliza, de acuerdo con el B×riþ, corresponden a grados y resulta
evidente que no pueden corresponder a los diámetros aparentes de los planetas,
ya que nadie aceptaría que el diámetro aparente de Marte, Venus o Mercurio es
casi la mitad del del Sol. Las mismas cifras se encuentran en el B×riþ y
en la introducción al Tetrabiblos de Porfirio (234-304 A.D.).[29] No puedo explicar los 15º del Sol, pero los restantes
valores corresponden, probablemente, a elongaciones con respecto al Sol, en las
que la Luna y los planetas son visibles. Al-B÷rýn÷[30] afirma, por ejemplo, que la Luna nueva debe tener
una elongación de 12º para que resulte visible.
Otro apartado interesante se refiere
al cálculo del tasy÷r (progresión o prorrogación), o sea determinar la
distancia entre dos puntos o cuerpos astrológicamente significativos (al-musayyir
y al-musayyar ilayhi). Se aplica a esta distancia una equivalencia
adecuada entre grados y unidades de tiempo (días, meses, años...) y el
resultado permite calcular el tiempo que falta para que se produzca un
acontecimiento determinado. Pese a la existencia de una tradición andalusí que
computa el tasy÷r directamente sobre la eclíptica, lo que se reduce a
una simple diferencia de longitudes entre los dos objetos astrológicos
implicados,[31] Ibn Qunfu², que también utiliza esta técnica en sus
horóscopos, explica (fols. 137v, 159v) el
método de Ptolomeo[32] y
al-Kind÷
cuando afirma
que deben utilizarse ascensiones rectas si el indicador (al-dall×l) está
sobre el meridiano (casas IV y X), ascensiones oblicuas si se encuentra sobre
el horizonte (casas I y VII) y ascensiones mixtas (al-maÐ×liþ al-mumtaza¥a)
en los restantes casos. Estas ascensiones mixtas utilizan la diferencia entre
ascensiones rectas y oblicuas (Da, diferencia
ascensional) en una proporción que incrementa la cantidad que
corresponde a la ascensión recta cuando el indicador se aproxima al meridiano y
la cantidad correspondiente a la ascensión oblicua cuando se acerca al
horizonte. Una variante del mismo procedimiento es utilizada por Ibn Ab÷
l-Ri¥×l[33] y se encuentra en muchas fuentes islámicas, entre
las que se encuentra el Mugn÷ de Ibn Hibint× [34] Parece una simplificación del método de la línea
horaria en la terminología de Hogendijk[35], descrito en el Tetrabiblos donde Ptolomeo lo considera approximado.[36]
Las casas se dividen utilizando el llamado “método de la longitud
dual”, que se basa en la trisección del
ángulo entre las cúspides. Se trata de un método que todas las fuentes
islámicas consideran característico de los astrólogos magrebíes. Ibn Qunfu²
afirma que era el método preferido por Ibn Is¬×q (fl. 1193-1122), algo que
resulta difícil de comprobar debido al hecho de que el z÷¥ inacabado de
Ibn Is¬×q no se conserva. De todas maneras, una de las recensiones o ediciones
de esta obra, conservada en el ms. Huderabad 298 (c. 665/1266-680/1281) utiliza
al método de la longitud dual (al que denomina al-þamal al-£ul×£÷) para
el uso habitual en la práctica diaria y reserva el metodo denominado standard
para acontecimientos importantes como conjunciones, aniversarios y natalicios..[37]
Parece claro que Ibn Qunfu² está
utilizando las tablas de Ibn Is¬×q en una de las cuatro recensiones conservadas:
la del manuscrito de Hyderabad,[38] el Minh×¥ de Ibn al-Bann×[39] o una de las
tres ediciones de Ibn al-Raqq×m[40]. Otra alternativa, en su caso, hubiera sido
utilizar las tablas de su casi contemporáneo Ibn þAzzýz al-QusanÐ÷n÷ (m.
755-1354).[41] Pese a ello
parece claro que la fuente utilizada por Ibn Qunfu² deriva de la tradición de
Ibn Is¬×q, algo que está estableciendo Julio Samsó en su análisis de la
colección de horóscopos conservados en esta obra. Por otra parte, existen un
par de detalles que apuntan en la misma dirección: Ibn Qunfu² dice (fol. 168r)
que la longitud [sidérea] de Qalb al-Asad (a Leonis, Régulo) es 130º. El valor correspondiente en el z÷¥
de Ibn þAzzýz es 129;18º, mientras que la posición sidérea que puede calcularse
a partir del al-Z÷¥ al-Qaw÷m de Ibn al-Raqq×m es 129;50º. Por otra
parte, Ibn Qunfu² afirma (fol. 177r) que la última conjunción de Saturno y
Júpiter anterior a su tiempo, con cambio de triplicidad (de aire a tierra) tuvo
lugar el 27 de ³aþb×n del año 704 / 25 de Marzo de 1616 de Alejandro (1305 AD) en Libra 20º (=200º). El ascendente
del ta¬w÷l (equinoccio de primavera de este año) en Ifr÷qiya, el Magrib
y algunos países orientales, estaba en el signo de Escorpio: 230º en
Constantina, según Ibn þAzzýz, y 226º en Fez. Si se recalcula con los
parámetros de Ibn Is¬×q,[42]
se obtiene que el equinoccio de primavera tuvo lugar el 23 de Marzo de 1305
entre las 21 y las 22 horas. Hubo una conjunción de Saturno y Júpiter el 31 de
Diciembre de 1305 a las seis de la mañana en 200;22,40º. Si rehacemos el
cálculo con las tablas de Ibn þAzzýz, el equinoccio tuvo lugar el 23 de Marzo
de 1305 entre las 19 y las 20 horas y la conjunción tuvo lugar a 196;19º el 2
de Diciembre de 1305 entre las 19 y las 20 horas. Pese al error en la fecha, la
longitud de la conjunción verdadera (200º) indica que se están utilizando las
tablas de Ibn Is¬×q y no las de Ibn þAzzýz. Esto puede confirmarse gracias a
los datos sobre el ascendente: utilizando el programa HOROSC de John North[43], con un ascendente 226º, una longitud del Sol de 0º
y una latitud (Fez) de 33;40º, la hora
que se obtiene es 21;40h, lo que coincide con la hora del equinoccio
calculada con el z÷¥ de Ibn
Is¬×q. Pese a lo anterior puede deducirse que, utilizando el mismo tipo de
datos, el ascendente para Constantina fue calculado por Ibn þAzzýz.
6. Los horóscopos de Ibn Qunfu²
El comentario
de Ibn Qunfu² da ejemplos de predicciones astrológicas con una serie de 12
horóscopos comentados, en la mayoría de los cuales no se da información alguna
acerca del sujeto del horóscopo, la fecha y la latitud del lugar para el que
fue calculado. La numeración de los mismos es correlativa de acuerdo con su
aparición en el texto. Uno de estos horóscopos sí está claramente identificado:
es el horóscopo 10, que corresponde al equinoccio de primavera del año 571 AD,
año en el que se produjo una conjunción de Saturno y Júpiter, con cambio de
triplicidad, que anunció el advenimiento del Islam (al-qir×n al-d×ll þal× l-Milla) y coincidió,
aproximadamente, con el nacimiento del Profeta Mu¬ammad. Los 11 horóscopos
restantes resultan mucho más misteriosos y están siendo estudiados por Julio
Samsó, de quien tomo los datos que siguen. Dado que parece claro que Ibn Qunfu²
está utilizando las tablas de Ibn Is¬×q, los datos de cada horóscopo permiten
identificar una fecha concreta. Por otra parte, cinco de los mencionados
horóscopos se refieren a la bayþa de un gobernante y otros dos al asedio
de ciudades, por lo que Samsó ha sugerido que los 11 horóscopos en cuestión
forman una especia de historia astrológica de la crisis dinástica que se
produjo, en Marruecos, tras el asesinato del sultán Abý þIn×n (1348-1358). La
historia en cuestión trata del período comprendido entre 1348 y 1372 y se ocupa
de los temas siguientes:
- Bayþa
de Abý þIn×n (1348-1358) (HORÓSCOPO 7)
-
Asedio de Constantina (1354) (HORÓSCOPO 11)
- Bayþþa de Abý Ya¬y× al-Saþ÷d (1358-59) (HORÓSCOPO 9)
- Bayþa de Abý S×lim Ibr×h÷m
b. Ab÷ l-©asan (1359-61) (HORÓSCOPO 6)
-
Horóscopo natalicio (sujeto no identificado) en 1361 (HORÓSCOPO 1)
- Bayþa de T×¹uf÷n (1361) (HORÓSCOPO 4)
- Asedio de F×s ¤ad÷d en 1361
(HORÓSCOPO 12)
-
Falta el horóscopo que corresponde a la bayþa
de Abý Zayy×n (1361-66)
-
Liberación de un cautivo anónimo en 1362 (HORÓSCOPO 3),
- Horóscopo natalicio
(sujeto no identificado) en 1363 (HORÓSCOPO 2),
- Un þ×mil (gobernador de un distrito) toma posesión de su cargo en 1363
(HORÓSCOPO 8).
-
Bayþa
de Abý F×ris (1366-1372) (HORÓSCOPO 5)
7.
Conclusiones
La
historia de la práctica astrológica en el Magrib es un campo prácticamente
inexplorado y que tiene un interés evidente. El propósito del presente trabajo
ha sido exponer los resultados de una primera lectura de dos obras, fechadas a
fines del siglo XIV y principios del XV, que se conservan en el manuscrito
Escorial 916. Ambas obras abordan la práctica de la astrología desde dos puntos
de vista muy distintos: por una parte, al-Baqq×r, cuya competencia como
astrónomo está ampliamente probada en la primera parte de su Kit×b al-adw×r,
dedica una buena parte de su Kit×b al-amÐ×r a exponer técnicas de
predicción muy simples, accesibles a cualquier lego en la materia, que permiten
levantar horóscopos de manera muy rápida y sin recurrir a cálculos matemáticos
complejos. Una parte de estas técnicas parecen derivar de fuentes bajolatinas,
que se habrían difundido por la Península Ibérica y el Magrib tras la caída del
Imperio Romano. Otras son claramente posteriores aunque tiendan a la misma
simplicidad: me refiero a las predicciones basadas en el paso de Saturno por
las cuatro triplicidades y los doce signos zodiacales que se encuentran, por
ejemplo, en la L×miyya de Ibn al-Jayy×Ð. De todas maneras, al-Baqq×r
parece reaccionar frente a las excesivas simplificaciones en la segunda parte
de su libro, en la que utiliza técnicas más sofisticadas para predecir cambios
meteorológicos y oscilaciones de precios. Cabe preguntarse, finalmente, por qué
dedica un último capítulo de su libro a los eclipses solares y lunares,
saliéndose en él del tema de su libro relacionado con lluvias y precios.
Si al-Baqq×r es un autor casi
desconocido, no sucede lo mismo con Ibn Qunfu², un erudito magrebí importante
de la segunda mitad del siglo XIV, bien conocido por sus aportaciones a
diversas disciplinas, entre otras las matemáticas. Hombre de tendencias sufíes,
no tiene inconveniente alguno en comentar la ur¥ýza astrológica de Ibn
Ab÷ l-Ri¥×l y demostrar su competencia en el campo de la astrología
greco-islámica en la que utiliza todos los refinamientos propios de una disciplina
mucho más elaborada que la que aparece en el Kit×b al-amÐ×r de
al-Baqq×r. No deja de llamar la atención el que, entre las obras perdidas de
Ibn Qunfu² se mencione una titulada al-Qunfu²iyya f÷ ibÐ×l al-dal×la
al-falakiyya, aparentemente antiastrológica.[44] Algo
similar podría decirse de Ibn al-Bann×’ a pesar de que, en este último caso, su
actividad astrológica está menos documentada que la de Ibn Qunfu².
[1] Mª
Jesús Viguera (trad.), El Musnad: hechos memorables de Abý-l-©asan, sultán
de los benimerines . Madrid, 1977;
Mª Jesús Viguera (ed.), al-Musnad al-a¬÷¬ al-¬asan f÷ ma’×£ir wa-ma¬×sin mawlà-n× Ab÷ l-©asan. Argel, 1981.
[2] J. Samsó, “Horoscopes and history:
Ibn þAzzýz and his retrospective horoscopes related to the battle of El Salado
(1340)”. Between Demonstration and Imagination. Essays in the History of
Science and Philosophy Presented to John D. North, edited by L. Nauta and
A. Vanderjagt. Brill. Leiden, 1999, pp. 101-124; Samsó, “Andalusian Astronomy
in 14th century Fez: al-Z÷j al-Muw×fiq of Ibn þAzzýz
al-QusanÐ÷n÷”. Zeitschrift für Geschichte der Arabisch-Islamischen
Wissenschaften (Frankfurt) 11 (1997), 73-110.
[3] Manýn÷, Waraq×t þan jaÅ×rat
al-Mar÷niyy÷n. Rabat, 2000, p. 366.
[4]
Montse
Díaz Fajardo, La teoría de la trepidación en un astrónomo marroquí del siglo
XV. Estudio y edición crítica del Kit×b al-adw×r f÷ tasy÷r al-anw×r (parte
primera) de Abý þAbd All×h
al-Baqq×r. Anuari de Filologia XXIII (2001) B4 - Instituto "Millás
Vallicrosa" de Historia de la Ciencia Arabe. Narcelona, 2001, 109 pp.
[5] J. Samsó, "An Outline of the History of Maghrib÷
Zijes from the End of the Thirteenth Century", Journal for the History
of Astronomy 29 (1998), 93-102.
[6]Cf. Juan Vernet, "Tradición e innovación en la
ciencia medieval", Oriente e
Occidente nel Medioevo; Filosofia e Scienze, Roma, 1971, pp. 741-757.
Reimpreso en Vernet, Estudios sobre
Historia de la Ciencia Medieval, Barcelona-Bellaterra, 1979, pp. 173-189;
Julio Samsó, "The Early Development of Astrology in al‑Andalus". Journal for the History of Arabic Science 3 (1979), 228‑243.
Reimpr. in Samsó, Islamic Astronomy and
Medieval Spain. Variorum. Aldershot, 1994, nº IV; Samsó, “Astrology,
pre-Islamic Spain and the conquest of al-Andalus", Revista del Instituto Egipcio de Estudios Islámicos en Madrid 23
(1985-86), 79-94. Reimpr. in Samsó, Islamic
Astronomy nº II.
[7] La otra se conserva en el MS
Escorial 918. Cf- Rafael Muñoz, "Textos árabes del 'Libro
de las Cruces' de Alfonso X", en J. Vernet (ed.), Textos y Estudios sobre Astronomía Española en el siglo XIII
(Barcelona, 1981), pp. 175-204.
[8]Margarita
Castells. “Un nuevo dato sobre el Libro de las Cruces en el al-Z÷¥
al-Mu½Ðala¬ (obra astronómica egipcia del siglo XIII)”, al-QanÐara
13 (1992), 367-376.
[9] Cf. H.P.J. Rénaud, Le calendrier d'Ibn al-Bann×' de
Marrakech (1256-1321), París, 1948, pp. 54-55.
[10] Cf- Ibn al-JaÐ÷b, Aþm×l
al-aþl×m en A¬mad Mujjt×r al-þAbb×d÷ y Mu¬ammad Ibr×h÷m
al-Katt×n÷ (eds.), T×r÷j al-Magrib al-þarab÷
f÷ l-þa½r al-was÷Ð. Al-qism al-£×li£ min kit×b Aþm×l al-aþl×m
li l-waz÷r al-garn×Ð÷ Lis×n al-D÷n ibn al-JaÐ÷b. D×r al-Kit×b, al-D×r
al-BayÅ×', 1964, p. 47.
[11] J. Samsó, “Notas sobre la
astronomía y la astrología de Llull”. Estudios
Lulianos 25 (1981‑83), 199‑220.
[12] J. Samsó,
"La primitiva versión árabe del Libro de las Cruces". Nuevos Estudios sobre Astronomía Española
en el siglo de Alfonso X ed. por Juan Vernet, Barcelona, 1983, 149‑161. Repr. en Samsó,
Islamic Astronomy no. III.
[13] J. Samsó, Las ciencias de
los antiguos en al-Andalus. Madrid, 1992, pp. 27-36.
[15]
¼×þid, Æabaq×t al-Umam ed. ©ay×t
Bý þAlw×n (Beirut, 1985) p. 199 ; trad. francesa por Régis Blachère, Paris, 1935, p. 153.
[16]
Ibn Buluqq÷n, Æiby×n ed. É. Levi.Provençal, Cairo, 1955, p. 78 (= Al-Andalus
3 (1935), p. 323 y 4 (1936), p. 43); trad. española por É. Levi-Provençal y E.
García Gómez, El Siglo XI en 1ª persona, Madrid, 1980, p. 164.
[17] Angel Mestres, “Maghrib÷ Astronomy
in the 13th Century: a Description of Hyderabad Andra Pradesh State Library
298” en J. Casulleras and J. Samsó (eds.), From Baghdad to Barcelona,
Barcelona, 1996, p. 428.
[18] W. Stahlman y O. Gingerich, Solar
and Planetary Longitudes for Years –2500 to +2000. Madison, 1963, p. 456;
B. Tuckerman, Planetary, Lunar and Solar Positions A.D. 2 to A.D. 1649.
Philadelphia, 1964, p. 632.
[19] al-B÷rýn÷, Kit×b al-Tafh÷m
li-aw×’il ½in×þat al-tanj÷m. Edición facsímil y traducción inglesa de R.
Ramsay Wrighy (London, 1934) p. 153.
[20] Kushy×r Ibn Labb×n's Introduction to Astrology, ed. y trad.
de Michio Yano. Tokyo, 1997, pp. 86-89, 90, 95.
[21]
al-B÷rýn÷, Tafh÷m pp. 314-315.
[22] Venus (Libra y Tauro) y Marte
(Escorpio y Aries); Mercurio (Virgo y Géminis) y Júpiter (Sagitario y Piscis).
[23] R. Dozy, Supplement aux dictionnaires
arabes II (reimpr. Leiden-Paris, 1967) p. 197.
[24] Todo esto sirve
para aclarar a qué tipo de público está dirigido el Kit×b al-amÐ×r:
probablemente una burguesía ciudadana formada por comerciantes. Sobre esta cuestión véase Stuart Jenks, “Astrometeorology in the Middle
Ages”. Isis 74 (1983), 185-210.
[25] K. Yamamoto & C. Burnett, Abý Maþshar on Historical
Astrology. The Book of Religions and Dynasties (On the Great Conjunctions).
Edited and translated by... 2 vols. Brill, Leiden-Boston-Köln, 2000, I,
124-125; D. Pingree, The Thousands of
Abý Maþshar, London, 1968, p. 80.
[26] Los primeros cinco libros
fueron editados por G. Hilty y publicados por la Real Academia Española,
Madrid, 1954.
[27] He utilizado el manuscrito 1516
de la Biblioteca Nacional de Argel.
[28] Charles
Burnett, Keiji Yamamoto y Michio Yano (ed. y trad.), Abý Maþshar, The
Abbreviation of the Introduction to Astrology together with the Medieval Latin
Translation of Adelard of Bath. Leiden – New York – Köln, 1994, pp. 40-51.
[29] O. Neugebauer, A History of
Ancient Mathematical Astronomy, Berlin-Heidelberg-New York, 1975, II, p.
831.
[30] Al-B÷rýn÷, Tafh÷m
p. 298.
[31] Cf. Samsó, "Salado" y Samsó &
Hamid Berrani, "World Astrology in Eleventh Century al-Andalus: the
Epistle on Tasy÷r and the Projection
of Rays by al-Istijj÷", Journal of
Islamic Studies (Oxford) 10.3 (1999), 293-312.
[32] Tetrabiblos III, 10. Ed. y
traducción por F.E. Robbins (Loeb Classical Library, reimpr. London,
1980) pp. 270-307. Cf. también Karpós
25 en Ae. Boer (ed.), Claudii Ptolemaei
Opera que exstant omnia vol. III-2 (Teubner, Leipzig, 1961) p. 42.
[34] Ibn Hibint×, al-Mugn÷ f÷ a¬k×m al-nu¥ým. Edición facsímil en 2 vols. Frankfurt,
1987. I, 134-144.
[35] J.P. Hogendijk
"Progressions, Rays and Houses in Medieval Islamic Astrology: A
Mathematical Classification", en el simposio organizado por el Dibner
Institute sobre New Perspectives on
Science in Medieval Islam (Cambridge, Mass., 6-8 Noviembre 1998). Este trabajo no
fue publicado en las actas del mencionado simposio, editadas por J.P. Hogendijk
and A.I. Sabra, The Enterprise of Science
in Islam. New Perspectives. Cambridge, Mass.
y London, England, 2003. Cf. 3.1.4.
[38] Angel Mestres,
"Maghrib÷ Astronomy in the 13th Century: a Description of Manuscript
Hyderabad Andra Pradesh State Library 298", en From Baghdad to Barcelona, I, 383-443.
38 Los
cánones fueron editado por J. Vernet, Contribución
al estudio de la labor astronómica de Ibn al‑Bann×'. Tetuán, 1952; cf.
también J. Samsó y E. Millás, "Ibn al-Bann×', Ibn Is¬×q and Ibn
al-Zarq×lluh's Solar Theory" en J. Samsó, Islamic Astronomy and Medieval Spain. Variorum. Aldershot, 1994,
no X (35 pp.); Samsó & Millás, "The Computation of Planetary
Longitudes in the Z÷j of Ibn
al-Bann×'", Arabic Sciences and
Philosophy 8 (1998), 259-286.
[40] E.
S. Kennedy, "The Astronomical Tables of Ibn al-Raqq×m a Scientist of
Granada", Zeitschrift für Geschichte
der Arabisch-Islamischen Wissenschaften 11 (1997), 35-72.
[41] Cf. Samsó, "Andalusian Astronomy in 14th
Century Fez: al-Z÷j al-Muw×fiq of Ibn
cAzzýz al-QusanÐ÷n÷", Zeitschrift
für Geschichte der Arabisch-Islamischen Wissenschaften 11 (1997), 73-110.
[42] Utilizo un programa de
ordenador cuyo esqueleto fue diseñado por el Prof. E.S. Kennedy y, a continuación,
mejorado por Honorino Mielgo y por Josep Casulleras en la Universidad de Barcelona.
[44] M. Hadj-Sadok, “Ibn °unfudh” en Encyclopédie
de l’Islam III, Leyde-París, 1971, pp. 867-868.
LA GEOGRAFÍA ASTROLÓGICA EN EL KIT¶B AL-AMƶR WA L-ASþ¶R DE ABø þABD ALL¶H AL-BAQQ¶R (FL. C. 1418)
Julio Samsó y Chedli Guesmi
1. Generalidades
Los estudios sobre astrología árabe han conocido notables avances durante los últimos años gracias a la publicación de un número importante de ediciones críticas de clásicos en la materia, realizadas por Michio Yano (1997), Richard Lemay (1995), el equipo constituido por Charles Burnett, Keiji Yamamoto y Michio Yano (1994 y 2004), así como por Ana Labarta, individualmente (1982) o en colaboración con Ángel Mestres (2005) . Si bien los autores editados son, todos ellos, orientales, nadie duda del interés que tuvieron los textos de autores como Abý Maþšar y al-Qab÷½÷ en al-Andalus y el Magrib, en donde se difundieron y fueron objeto de traducciones latinas en la España cristiana. Llama la atención, en cambio, el que no se hayan llevado a cabo ediciones y estudios de los textos astrológicos occidentales y que una obra de la importancia del Kit×b al-b×ric f÷ a¬k×m al-nu¥ým de Ibn Ab÷ l-Ri¥×l no haya sido editada ni objeto de ningún estudio serio: tan sólo disponemos de una edición de la traducción castellana alfonsí (Hilty, 1954 y 2005).
Esto ha llevado a los dos autores de esta nota a preparar la edición y comentario del Kit×b al-amÐ×r wa l-asþ×r (Libro de las lluvias y de los precios) del astrónomo y astrólogo magribí Abý þAbd All×h al-Baqq×r que, esperamos, se publicará en el año 2013. Ofrecemos aquí, de momento, un avance de este trabajo centrado en los apartados sobre geografía astrológica que contiene esta obra. Con ello pretendemos contribuir al recuerdo de nuestro compañero Francisco Castelló que dedicó una buena parte de su obra investigadora a la historia de la geografía árabo-islámica.
2. El autor
Casi nada sabemos sobre este autor marroquí de la primera mitad del s. XV. De él se conservan dos obras: el Kit×b al-amÐ×r wa l-asþ×r y el Kit×b al-adw×r f÷ tasy÷r al-anw×r ("Ciclos para la prorrogación de los luminares"), conservado en los manuscritos Escorial 916, Rabat Hassaniyya 826 y 5372. La primera parte de esta segunda obra ha sido editada críticamente y estudiada por Montse Díaz-Fajardo (2001) quien ha demostrado hasta qué punto al-Baqq×r era un astrónomo competente, que escribe en un momento de crisis en la astronomía magribí, en el que se produce el abandono progresivo de la tradición andalusí, representada por la obra de Azarquiel y de sus seguidores, para pasar a someterse a la influencia de la astronomía oriental.1 Este aspecto de la obra de al-Baqq×r había atraído el interés de otros investigadores (Vernet, 1971; Samsó, 1998 y 2001; Comes, 2002) quienes vieron en al-Baqq×r un testimonio interesante del abandono de la teoría de la trepidación, su sustitución por una precesión constante, y la introducción de una astronomía trópica, en la línea de Ptolomeo y al-Batt×n÷, en lugar de la astronomía sidérea, de tradición india y cultivada por Azarquiel y sus seguidores en el Magrib (Ibn Is¬×q, Ibn al-Bann×', Ibn al-Raqq×m, Ibn þAzzýz). Tanto el MS Escorial 916 (que contiene tanto el Kit×b al-amÐ×r como el Kit×b al-adw×r) como los MSS Rabat Hassaniyya 826 y 5372 (que nos conservan la segunda de las obras citadas) dan el nombre del autor como Abý þAbd All×h al-Baqq×r. Por otra parte el Kit×b al-adw×r, según el testimonio de su autor, se escribió en el año 821/1418, año en el que hizo, en Fez, una observación de la altura del Sol, tras haber
1 La segunda parte ha sido asimismo editada en Díaz Fajardo, 2008.
determinado, con absoluta precisión, la latitud de la ciudad (Díaz Fajardo, 2001, pp. 15, 50, 53-54. 90). Esto nos da una idea acerca de la época y el lugar en los que vivió al-Baqq×r y sabemos, asimismo, que el Kit×b al-amÐ×r se escribió después del año 1418, ya que al final del mismo se cita ([153]) el Kit×b al-adw×r.
Además de las dos obras citadas, sabemos que al-Baqq×r escribió, por lo menos una tercera que, aparentemente, no se conserva: un Isl׬ kawkab al-Zuhra ("Corrección relativa al planeta Venus"), en el que afirmaba que las tablas del movimiento medio en anomalía de Venus daban resultados incorrectos y que convenía utilizar las de al-Batt×n÷ (Díaz Fajardo, 2001, pp. 52-53.
3. Geografía astrológica
El Kit×b al-amÐ×r se ocupa de cuestiones de geografía astrológica de maneras distintas. Por una parte tenemos en el apartado [40] (Ms. Escorial 916 fol. 198r) 2 una serie de correspondencias entre climas y planetas que se encuentra también en B÷rýn÷, Tafh÷m p. 238 y en Abý Maþ¹ar (ed. Lemay, 1995, III, pp. 390-393) quien la atribuye a los persas, mientras que los Rým defienden una distribución distinta:
Saturno – clima I
Júpiter – clima II
Marte – clima III
Sol – clima IV
Venus – clima V
Mercurio – clima VI
Luna – clima VII
Los indicios planetarios son particularmente intensos cuando el planeta se encuentre en el signo que corresponde a un lugar determinado y, asimismo, este lugar se encuentre dentro del clima del planeta.
Frente a la anterior distribución, probablemente de origen persa, los apartados [38] y [39] (fols. 197r – 198r) dan una primera serie de correspondencias entre signos zodiacales y países o ciudades. Este tipo de materiales se encuentra frecuentemente en manuales astrológicos como el Tetrabiblos de Ptolomeo,3 el tratado de astrología mundial de Ibn Nawbajt,4 las dos introducciones a la astrología de Abý Maþ¹ar,5 la introducción de al-Qab÷½÷6 o el Tafh÷m de al-B÷rýn÷7. Parece claro que al-Baqq×r está siguiendo la división ptolemaica del mundo habitado (al-þumr×n) en cuatro cuadrantes delimitados por una divisoria Este-Oeste (el Mar Mediterráneo) y otra Norte-Sur (Golfo Pérsico, Mar Egeo, Mar Negro y Mar de Azov).8 El centro del mundo habitado (wasaÐ al-þumr×n) corresponde a los países del Próximo y Medio Oriente. La correspondencia entre cuadrantes geográficos y signos zodiacales en el Tetrabiblos es la siguiente:9
Aries, Leo, Sagitario: NW
Tauro, Virgo, Capricornio: SE
Gemini, Libra, Acuario: NE
Cáncer, Scorpio, Pisces: SW
2 Mantenemos, aquí, la división en apartados, añadida por nosotros, que aparecerá en la edición de la obra, aunque añadimos los correspondientes folios del ms. Escorial 916.
3 Robbins, 1940, II,3, pp. 156-159.
4 Labarta & Mestres pp. 0.40 y 0.41.
5 Burnett, Yamamoto & Yano, 1994, pp. 14-25; Lemay, 1995, III, pp. 401-402.
6 Yano, 1997, pp. 34-41.
7 B÷rýn÷, Tafh÷m p. 220.
8 Robbins, 1940, II,3, pp. 128-131.
9 Robbins, 1940, II, 3, pp. 132-157.
Y está claro que, en el texto de al-Baqq×r, quedan restos de esta estructuración en los signos Aries, Capricornio, Acuario, y, probablemente, también en Sagitario, Cáncer y Scorpio.
La influencia ptolemaica, en esta primera lista de correspondencias, se advierte en las repetidas referencias al centro del mundo habitado, en las múltiples coincidencias que incluyen algunas referencias un tanto exóticas como la de Bretaña en Aries o “España” (þIσπανία = ³b×niya, en lugar de al-Andalus) en Sagitario. Por otra parte esta influencia resulta patente en la idea de que ciertos signos zodiacales se conforman (yu¹×kilu) con la naturaleza de determinadas regiones, algo que aparece claramente en el Tetrabiblos. A estas referencias de origen helenístico se añade, en esta primera lista, una larga serie de topónimos, ya islámicos, entre los que hay subrayar el particular interés que al-Baqq×r parece sentir por los nombres de lugar andalusíes, que son más frecuentes que los magribíes, como puede apreciarse en el listado siguiente de topónimos del occidente islámico:
Zaragoza y Tortosa en Aries
Badajoz y Qayraw×n (Tauro)
Córdoba (Gemini)
Granada y Lisboa (Cáncer)
Fez la Nueva, Jaén y Baeza (Leo)
Tudmir, Toledo, Bugía, Argel (Virgo)
Almería, Ifr÷qiya (Libra)
Valencia, Tánger, conquista de al-Andalus, Málaga, Ceuta, Fez, Marr×ku¹ (Scorpio)
Denia, Zaragoza, conquista de al-Andalus (también en Scorpio), Túnez, Fez (Sagitario)
Alcazaba de Málaga, Agm×t y Algeciras (Capricornio)
Carmona, Málaga y Úbeda (Acuario)
Sevilla, Túnez, Æabarqa, Beja, Niebla, Dukk×la y ¤abal al-þUyýn (Gibraleón). (Pisces)
Parece claro que al-Baqq×r está utilizando fuentes andalusíes, algo que no es de extrañar en una obra cuya primera parte contiene la versión árabe más completa que conocemos del sistema predictivo “de las cruces”10 que fue, finalmente, recogido en el Libro de las Cruzes alfonsí11 (Kasten & Kiddle 1961). Puede comprobarse esta afirmación en las referencias a si el signo de al-Andalus es Gemini o Virgo y a la existencia, en Córdoba, de una estatua que representaba este signo zodiacal.
Junto a esta primera lista, el Kit×b al-amÐ×r contiene una segunda que establece otra serie de correspondencias entre nombres de lugar y signos zodiacales. Esta segunda lista aparece, dispersa, en la segunda parte del libro (apartados [34] – [95], fols. 196r–205v) en la que se ocupa del paso de Saturno por los doce signos zodiacales y especifica qué países y ciudades se verán afectados por la influencia maléfica del planeta. Esta segunda lista es distinta de la primera y deriva claramente de una fuente oriental, dadas sus frecuentes coincidencias con las que aparecen en Ibn Nawbajt, Abý Maþ¹ar, al-B÷rýn÷ y al-Qab÷½÷. A estos materiales orientales se han añadido otros nombres de lugar del Magrib y al-Andalus que, en general, coinciden con los de la primera lista. Se encuentra, además, un único topónimo que parece derivar del Tetrabiblos: en el signo de Aries encontramos, en la segunda lista, una referencia al país de los judíos (bil×d al-yahýd), que parece anacrónico a principios del siglo XV, pero que se corresponde perfectamente con la Idumea y Judea de Ptolomeo.
10 Cf. Vernet, 1971 y Samsó, 1979 y 1983.
11 Kasten & Kiddle 1961.
Conviene señalar, por último, que el texto de al-Baqq×r introduce también el concepto de que ciertos signos zodiacales son el ascendente de determinados países y ciudades o, en un solo caso (Libra) una de sus cúspides. Esto se relaciona con la existencia de horóscopos fundacionales, algo que es conocido en los que se refiere a la fundación de determinadas ciudades en las que el momento del inicio (?) de su construcción se ha determinado con criterios astrológicos con los que se ha establecido el momento más propicio. Es el caso de Bagdad, fundada por Abý ¤aþfar al-Man½ýr el 23 de Septiembre de 763, con ascendente en Sagitario.12 Del mismo modo Mahdiyya fue inaugurada el 19 de Febrero de 921 con ascendente en Leo.13 Por otra parte, obras como el Muþ¥am al-buld×n de Y×qýt dan, frecuentemente, información sobre el horóscopo de determinados lugares.
Resulta, en cambio, más difícil de explicar la relación entre horóscopos fundacionales y países. En cualquier caso, obras como el Muþ¥am al-buld×n de Y×qýt dan, frecuentemente, información sobre el horóscopo de determinados lugares. Este es un tema que, sin duda, interesaba a al-Baqq×r quien, en el apartado [41] (fol. 198v) señala que es importante conocer el ascendente del horóscopo fundacional de las grandes ciudades, así como las estrellas fijas que se encontraban en las casas I o X o en el grado del sol o de la luna o del sahm al-bajt (probablemente el sahm al-saþ×da o parte de la fortuna). Cuando un planeta afortunado o nefasto pase por una de estas zonas sensibles del horóscopo producirá efectos benéficos o maléficos para la gran ciudad, que afectarán asimismo a las ciudades pequeñas y pueblos de su entorno. Si no tenemos datos sobre el horóscopo fundacional de la ciudad, tomaremos los indicios a partir de la casa X del horóscopo natalicio de su fundador. Asimismo podremos predecir el futuro de un país mediante el horóscopo natalicio o del principio del reinado del monarca que lo gobierna. Investigaremos también a partir del signo en el que se produce una conjunción de planetas o un eclipse.
4. La doble lista de correspondencias entre signos zodiacales y nombres de lugar
Reproducimos, a continuación, las dos listas de al-Baqq×r, dentro de cada signo para que puedan ser comparadas con facilidad. En la segunda lista hemos marcado en negrita aquellos nombres de lugar que no se encuentran en la primera y hemos hecho un intento de identificar aquellos topónimos que resultan menos conocidos.
[38] (fol. 197r y v) Aries: Bretaña, en el sector Noroeste del mundo habitado. En el centro de este mundo: Siria. Es el ascendente de B×bil, Persia (F×ris), al-Mad×’in,14 Samarcanda, AnÐ×kiya, Zaragoza y Tortosa.
En [42] (fol. 198v): países de Oriente, B×bil, Persia, Palestina, Siria, Bretaña, A²arbay¥×n, el país de los judíos (Bil×d al-yahýd), Zaragoza y al-Andalus,15
[38]Tauro: País de los persas (Bil×d al-Furs). En el centro del mundo habitado: costas de
12 Cf. B÷rýn÷, ¶£×r pp. 270-271.
13 Ibn al-JaÐ÷b, Aþl×m p. 47
14 Ctesifón: cf. Y×qýt, Buld×n V, p. 74-75.
15 B×bil, Persia, Palestina, A²arbay¥×n aparecen en Abý Maþ¹ar (Burnett, Yamamoto & Yano, 1994 pp. 14-15; Lemay, III, p. 401), en el Tafh÷m de al-B÷rýn÷ (p. 220), en al-Qab÷½÷ (Burnett, Yamamoto y Yano, 2004, pp. 34-35) y en Ibn Nawbajt (Labarta & Mestres p. 0.40). Los ecos del Tetrabiblos (Robbins, 1940, II,3, p. 157) se advierten en la mención de Bretaña y de Siria (en el centro del mundo habitado), así como de “el país de los judíos” que, en la obra de Ptolomeo, aparece como Idumea y Judea.
Asia Menor,16 al este de Constantinopla. Es el ascendente de Egipto, Chipre, al-Saw×d, 17 las islas de los Rým, Farg×na,18 Badajoz, þUm×n, Constantinopla y Qayraw×n.
En [47] (fol. 199v, pasaje atribuido a Hermes): Persia, Sudán y Algeciras. Tauro es una de las cúspides del Magrib extremo19.
[38] Gemini: Armenia. En el centro del mundo habitado: la parte inferior de la tierra de Egipto (Bajo Egipto),20 desde Barqa21 hasta Faram×.22 Es el ascendente de ©arr×n,23 Daylam, 24Manf,25 þAyn ³ams,26 Darþa,27 Wala¥a,28 Trípoli, Córdoba, al-¤az÷ra,29 Homs, ¼ýr (Tiro).
En [53] (fol. 200r): Armenia, A²arbay¥×n, Egipto y Córdoba30
[38] Cáncer: Las tierras de Occidente, hasta los confines de Ifr÷qiya, que está en el centro del Magrib.31 Es el ascendente de B×bil, Granada, Palestina, Jerusalén, Faram×, Armenia y Lisboa. Es el ascendente de toda Ifr÷qiya.
En [57] (fol. 201r): Ifr÷qiya, Armenia Menor, el oriente del Jurasán, China, Balj, Granada.32
16 Persia y, en el centro del mundo, las costas de Asia Menor, aparecen en el Tetrabiblos (Robbins, 1940, II,3, p. 157).
17 Iraq: cf. H.H. Schaeder, “Saw×d” en Encyclopédie de l’Islam IX (Leiden. 1998), pp. 90-91 ; Y×qýt, Buld×n III, pp. 272-275.
18 Población y valle en la cuenca del Sir Daria, al norte de Kabul y al sudeste de Tashkent: cf. W. Barthold y B. Spuler, “Fargh×na” en Encyclopédie de l’Islam II (Leyde-Paris, 1965), pp. 809-811.
19 Abý Maþ¹ar menciona al-Saw×d (Burnett, Yamamoto & Yano, 1994 pp. 16-17; Lemay, III, p. 401), así como también al-Qab÷½÷ (Burnett, Yamamoto y Yano, 2004, pp. 34-35) e Ibn Nawbajt (Labarta & Mestress p. 0,40; al-B÷rýn÷ (Tafh÷m p. 220) Chipre, Constantinopla, Omán y Farg×na;
20 En el Tetrabiblos (Robbins, 1940, II,3, p. 159) tenemos Armenia y, en el centro del mundo, la Cirenaica y el Bajo Egipto-
21 Designa a la ciudad libia que, hoy, recibe el nombre de al-Mar¥ y al conjunto de la península de la Cirenaica, en la frontera con Egipto. Cf. J. Despois, “Bar±a” en Encyclopédie de l’Islam I (Leyde-Paris, 1960), pp. 1080-1081.
22 Ciudad en la costa de Egipto: cf. Y×qýt, Buld×n IV, p. 255-256.
23 Región situada en la Alta Mesopotamia (hoy en día dentro de los límites de Turquía) a dos jornadas de marcha desde Raqqa (según Y×qýt, Buld×n II, pp. 235-236): cf. G. Fehérvári, “©arr×n” en Encyclopédie de l’Islam” III (Leyde-Paris, 1971), pp. 234-237.
24 Región del norte de Irán entre los montes Elburz y el Mar Caspio: cf. V. Minorsky, “Daylam” en Encyclopédie de l’Islam II (Leyde-Paris, 1965), pp. 195-200.
25 La antigua Menfis, a orillas del Nilo, unos 20 km. al sur de El Cairo: cf. U. Haarmann, “Manf” en Encyclopédie de l’Islam VI (Leiden-Paris, 1991), pp. 395-399.
26 La antigua Heliópolis, ciudad de Egipto hoy en día absorbida por El Cairo:: cf. C.H. Becker, “þAyn Shams” en Encyclopédie de l’Islam I (Leyde-Paris, 1960), pp. 811-812.
27 Ciudad siria a 106 km. al sur de Damasco: cf. F. Buhl y N. Eliséeff, “Adhriþ×t” en Encyclopédie de l’Islam I (Leyde-Paris, 1960), p. 200.
28 Población situada al oeste de Argelia en la zona de Orán: cf. Y×qýt, Buld×n V, p. 383.
29 Se trata de la zona de Iraq comprendida entre el Éufrates y el Tigris próxima a Siria: cf. Y×qýt, Buld×n III, pp. 134-136.
30 Al-Andalus (no, específicamente, Córdoba) suele asociarse con el signo de Gemini: cf. Kasten & Kiddle, 1961, p. 161 e infra los comentarios al signo de Virgo. Por otra parte Abý Maþ¹ar asocia con Gemini a Armenia, A²arbay¥×n y Egipto (Burnett, Yamamoto & Yano, 1994 pp. 16-17; Lemay, III, p. 401, donde se añade Barqa); Barqa, Armenia y Egipto aparecen en al-B÷rýn÷ (Tafh÷m p. 220); Armenia, A²arbay¥×n, Egipto y Barca en al-Qab÷½÷ (Burnett, Yamamoto y Yano, 2004, pp. 34-35) y en Ibn Nawbajt (Labarta & Mestres p. 0.40).
31 En el Tetrabiblos (Robbins, 1940, II,3, p. 159): Numidia, Cartago y África.
32 Armenia Menor, el este del Jurasán, China, Balj y A²arbay¥×n aparecen en Abý Maþ¹ar (Burnett, Yamamoto & Yano, 1994 pp. 16-17; Lemay, III, p. 401). en al-Qab÷½÷ (Burnett, Yamamoto y Yano, 2004,
[38] Leo: AnÐ×kiya y Sicilia. En el centro del mundo habitado: Palestina,33 en la zona próxima a Egipto y al Mar Rojo, y el ©i¥×z. Es el ascendente de Ma½½÷½a,34 al-Ruh×’,35 Etiopía, Turkestán, þAsqal×n, Tremecén, Fez la Nueva,36 Jaén y Baeza.
En [63] (fol. 201v): Sicilia, Turkestán, N÷s×býr, Fez la Nueva, Tremecén.37
[39] (fol. 197v – 198r) Virgo: B×bil, al-¤az÷ra,38 el país de los ¤ar×miqa39. En el centro del mundo habitado el norte de Siria y el sur de Constantinopla. Le corresponde el gobierno de Tudm÷r (Murcia) de al-Andalus, según la opinión de Hermes, de M×¹×’all×h, una parte de los egipcios y los antiguos astrólogos de al-Andalus.40 Los antiguos sabios de este país erigieron una estatua de Virgo encima de la puerta de la alquibla [de Córdoba].41 Es el ascendente de Kýfa, al-Ahw×z,42 Toledo, Bugía y Argel.
En [67] (fol. 202r): B×bil, el país de los ¤ar×miqa, Siria, el Éufrates, la ¤az÷ra,
pp. 34-35) y en Ibn Nawbajt (Labarta & Mestres p. 0.40); los mismos países (excepto China) en al-B÷rýn÷ (Tafh÷m p. 220).
33 En el Tetrabiblos (Robbins, 1940, II,3, p. 159) Sicilia y, en el centro del mundo, Fenicia y Caldea.
34 Población al sur de Turquía, cerca de Tarsus y de la frontera siria: cf. Y×qýt, Buld×n V, pp. 144-145.
35 La antigua Edessa, situada en el norte de Iraq, cerca de Mosul y de la frontera siria: cf. Y×qýt, Buld×n III, pp. 106-107.
36 Ciudad regia y administrativa, situada al oeste del núcleo de Fez, fundada por el monarca meriní Abý Yýsuf (1258-1286): cf. R. Le Tourneau, “F×s” en Encyclopédie de l’Islam” II (Leyde-Paris, 1965), pp. 837-840.
37 El Turkestán y N÷s×býr son citados por Abý Maþ¹ar (Burnett, Yamamoto & Yano, 1994 pp. 18-19) y por Ibn Nawbajt (Labarta & Mestres p. 0.40); en Lemay, III, p. 401 sólo aparece el Turkestán y lo mismo sucede en al-Qab÷½÷ (Burnett, Yamamoto y Yano, 2004, pp. 34-35); el Turkestán y þAsqal×n en al-B÷rýn÷ (Tafh÷m p. 220)
38 En el Tetrabiblos (Robbins, 1940, II,3, p. 159) Mesopotamia, Babilonia y Asiria-
39 Habitantes de ¤armaq, una pequeña población en el centro de Irán: cf. Y×qýt, Buld×n II, 129.
40 Un pasaje muy similar aparece en el Libro de las Cruzes (ed. Kasten & Kiddle, 1961) p. 161: “Et una partida de los sabios dizen que el signo de Gemini es apoderado en toda Espanna communalment [antes, al-Baqq×r ha identificado a Gemini como el ascendente de Córdoba]. Et hay dellos otra partida que dizen que el signo de Gemini es el signo de su regnado, que quier dizir que es el signo de su X.ª casa, et segunt esta oppinion sera el su signo Uirgo. Et esto se otorga segunt de la opinion de los sabios egypcianos et con Messe Alla et sus companneros, que Messe Alla dize que el signo dEspanna es Uirgo” y”Mas todos los astrologos que nacieron en Espanna de todas las gentes fueron prouando los fechos dEspanna, uno en pos otro, todos se otorgan que el signo de Gemini es mas conuenible de seer el signo dEspanna que ninguno de los otros, et en esto se otorgan todos los espannoles, et sobre esta rayz lleuan sus judicios” (pp. 161-162). Por otra parte, la misma fuente (p. 160) indica que “los grados que son termino de Uenus en el signo de Uirgo son ensennorados et apoderados en Cordoua”. Tal como se afirma en el Libro de las Cruzes, estas afirmaciones contradicen la opinión de Ptolomeo quien considera que el signo de España es Sagitario (Robbins, 1940, pp. 158-159). La idea de Gemini como signo de al-Andalus debió ser un lugar común conocido por todos ya que lo utiliza Ibn ³uhayd, en un verso de su Ris×lat al-taw×biþ wa l-zaw×biþ para simbolizar la caída del califato cordobés:
Verás que Gemini indica, al ponerse,
ocaso de un trono que no tiene apoyo
(Taw×biþ ed. BuÐrus al-Bust×n÷, D×r ¼×dir, Beirut, 1980, p. 113).
41 Es bien conocida la existencia de una estatua femenina en la llamada “Puerta del puente” (B×b al-QanÐara) o “Puerta de la estatua” (B×b al-¼ýra): se trata de una puerta de la muralla situada junto al puente antiguo que cruza el Guadalquivir y que se encuentra frente al muro de la alquibla de la gran mezquita de Córdoba. La discusión se ha planteado en torno a si la estatua representaba al signo de Virgo o a la Virgen María. Cf. E. de Santiago, “Unas notas en torno a la “B×b al-¼ýra” de Córdoba”, Miscelánea de Estudios Árabes y Hebraicos 18-19 (1969-70), 129-136 y M. Ocaña, “Algo más sobre la “B×b al-¼ýra” de Córdoba”, Al-QanÐara 3 (1982), 447-455.
42 Capital del Juzist×n, en el sur de Irán. relativamente próxima a la frontera iraquí y al Golfo Pérsico: cf. J. Lockharr, “al-Ahw×z” en Encyclopédie de l’Islam I (Leyde-Paris, 1960), p. 315.
Persia, Toledo y la mayor parte del país de al-Andalus.43
[39] Libra: zona de Balj 44y Jw×rizm45. De las regiones que están en el centro del mundo habitado Egipto y su ¼aþ÷d (Alto Egipto). Es el ascendente de Tarso, Baþalbek46 y Almería. Es el ascendente de todos los Rým, una de las cúspides de Ifr÷qiya y el ascendente de La Meca.
En [71] (fol. 202v)): el país de los Rým, Ifr÷qiya, el ¼aþ÷d de Egipto hasta los límites de Etiopía, Kirm×n, Balj y Almería47.
[39] Scorpio: el extremo Occidente. En el centro del mundo habitado Siria, la región de AnÐ×kiya y el país de los árabes (Yemen y el ©i¥×z). Es el ascendente de Ya£rib (= Medina), Rayy,48 Ba½ra, Valencia, Jw×rizm, Tánger, Damasco, Qinnasr÷n,49 Asw×n, al-¤aw×z, la conquista de la Península de al-Andalus, Málaga, Ceuta, la orilla de Fez que está frente a al-Qarawiyy÷n50 y Marr×ku¹.
En [75] (fol. 203r): ©i¥×z, el desierto de los árabes (B×diyat al-þarab), Yemen, Tánger, parte de la India, Valencia.51
[39] Sagitario: País de los árabes (Yemen, ©i¥×z), los países situados a occidente del país de los Rým, Qal÷Ðaqà,52 Æýr S÷n×’53 y España (³b×niy×).54 Es el ascendente de
43 ¤ar×miqa, Siria, el Éufrates, al-¤az÷ra y Persia aparecen en Abý Maþ¹ar (Burnett, Yamamoto & Yano, 1994 pp. 18-19; Lemay, III, p. 401), en Ibn Nawbajt (Labarta & Mestres p. 0.41) y en al-Qab÷½÷ (Burnett, Yamamoto y Yano, 2004, pp. 34-35); en al-B÷rýn÷ tenemos (Tafh÷m p. 220) al-Andalus, Siria, el Éufrates. al-¤az÷ra, ¤ar×miqa, Kýfa y Persia;
44 Población que, actualmente, se encuentra en el norte Afganistán, en las borde septentrional del Hindu-kush: cf. R.N. Frye, “Balkh” en Encyclopédie de l’Islam I (Leyde-Paris, 1960), pp. 1031-1032.
45 Región en el Uzbekistán, en el tramo inferior del río Amu-Daria que desemboca en el Mar de Aral: cf. C.E. Bosworth, “Khwarazm”, en Encyclopédie de l’Islam IV (Leiden-Paris, 1978), pp. 1092-1097.
46 Baþlabakk, pequeña ciudad del Líbano: cf. J. Sourdel-Thomine, “Baþlabakk” en Encyclopédie de l’Islam I (Leyde-Paris, 1960), pp. 1000-1001.
47 En Abý Maþ¹ar (Burnett, Yamamoto & Yano, 1994 pp. 18-19; Lemay, III, p. 401) encontramos los países del Imperio Bizantino, Ifr÷qiya, Alto Egipto hasta los límites de Etiopía, Kirm×n, y Balj; la misma lista aparece en al-Qab÷½÷ (Burnett, Yamamoto y Yano, 2004, pp. 36-37); en al-B÷rýn÷ (Tafh÷m p. 220) el Imperio Bizantino hasta Túnez, Alto Egipto hasta Etiopía, Tarso. La Meca y Balj; en Ibn Nawbajt Ifr÷qiya, Alto Egipto hasta Etiopía, Kirm×n y Balj (Labarta & Mestres p. 0.41).
48 Antigua ciudad de Irán situada a unos 8 km al SSO de Teherán: cf. V. Minorsky y C.E. Bosworth en Encyclopédie de l’Islam VIII (Leiden, 1995), pp. 487-489.
49 Antigua ciudad de Siria situada al sur de Alepo: cf. N. Elisséeff, “°innasr÷n” Encyclopédie de l’Islam V (Leiden-Paris, 1986), pp. 126-128.
50 La fundación de Fez remonta a fines del s. VIII, época en la que existían dos núcleos urbanos separados por el río Fez. La mezquita al-Qarawiyy÷n se encuentra en la orilla izquierda del río: cf. R. Le Tourneau, “F×s” en Encyclopédie de l’Islam” II (Leyde-Paris, 1965), pp. 837-840.
51 Abý Maþ¹ar (Burnett, Yamamoto & Yano, 1994 pp. 20-21; Lemay, III, p. 401), Ibn Nawbajt (Labarta & Mestres p. 0.41) y al-B÷rýn÷ (Tafh÷m p. 220) dan ©i¥×z, el desierto de los árabes, Yemen,y Tánger; al-Qab÷½÷ (Burnett, Yamamoto y Yano, 2004, pp. 36-37) repite la misma lista pero añade que tiene una participación (¹arika) en al Sind (India) lo que se relaciona con el pasaje de al-Baqq×r quien afirma que Scorpio afecta a parte de la India (baþÅ al-Hind). Todo ello deriva, como señalan Burnett et al. (2004), en un error de los manuscritos que contienen Sind en lugar de Sugd (Sogdia) que el el topónimo que mencionan Abý Maþ¹ar y al-B÷rýn÷.
52 No conseguimos identificar este topónimo. Tal vez se trate de una errata del manuscrito por Qal÷qal×, Erzerum en Turquía.
53 El Monte Sinaí: cf. E. Honigmann y C.E. Bosworth, “al-Æýr” en Encyclopédie de l’Islam X (Leiden, 2002), pp. 715-717. No obstante Y×qýt (Buld×n IV, p. 48) señala la existencia de un Æýr S÷n×’ que sería una montaña de Siria.
54 El Tetrabiblos (Robbins, 1940, pp. 158-159) de Ptolomeo afirma que Sagitario es el signo de España. Cf. sobre esta cuestión las referencias citadas supra acerca del signo de Virgo.
Raqqa, I½bah×n, Denia, y Zaragoza. Es el ascendente de la conquista de al-Andalus (también identificado con Scorpio), Túnez, Bagdad, y la orilla de al-Andalus en Fez55.
En [79] (fol. 203v): Bagdad, I½fah×n, al-¤ib×l,56 Tortosa y todos los lugares de al-Andalus.57
[39] Capricornio: las ciudades situadas entre el Este y el Sur. En el centro del mundo habitado Constantinopla, Macedonia y sus alrededores.58 Es el ascendente de Qays×riyya,59 Æabarist×n, Medinaceli, la India, Mosul, la alcazaba de Málaga, Agm×t y Algeciras.
En [83] (fol. 204r) repite la misma lista anterior.60
[39] Acuario: localidades situadas entre el Norte y el Este. En el centro del mundo habitado, el occidente del Mar Rojo en dirección hacia el Sur. Es el ascendente de MalaÐya,61 Ra’s al-þAyn,62 Carmona, Alejandría, Qus,63 Málaga y Úbeda.
En [87] (fol. 204v): Kýfa, al-Saw×d y los países de Occidente.64
[39] Pisces: los países situados en el centro de los países, en la parte central del Occidente. En el centro del mundo habitado, Tarso.65 Es el ascendente de W×siÐ,66 Sevilla, Túnez, Æabarqa,67 Beja, Niebla, Dukk×la68 y ¤abal al-þUyýn (Gibraleón).
55 La llamada mezquita de los andalusíes en Fez está situada en la orilla opuesta a la de la mezquita de al-Qarawiyy÷n. Por ello la orilla de al-Andalus es la misma que la orilla opuesta a la de al-Qarawiyy÷n citada bajo el signo de Scorpio.
56 Región predominantemente montañosa situada al noroeste de Irán, limitada al norte por los montes Elburz y al sur por el Juzist×n: cf L. Lockhart, “Djibal” en Encyclopédie de l’Islam II (Leyde-Paris, 1965), pp. 547-548-
57 Bagdad, I½fah×n y al-¤ib×l son citadas por Abý Maþ¹ar (Burnett, Yamamoto & Yano, 1994 pp. 20-21; Lemay, III, p. 402 cita sólo al-¤ib×l e I½fah×n), por Ibn Nawbajt (Labarta & Mestres p. 0.41) y por al-Qab÷½÷ (Burnett, Yamamoto y Yano, 2004, pp. 36-37). Al-B÷rýn÷ (Tafh÷m p. 220) menciona Bagdad e I½fah×n así como el país de los bereberes hasta el Magrib.
58 Tracia y Macedonia, en el centro del mundo habitado, están sometidas al signo de Capricornio según el Tetrabiblos (Robbins, 1940, II,3, p. 159)
59 Cesarea, en la costa de Palestina: cf. Y×qýt, Buld×n IV, pp. 421-422.
60 Abý Maþ¹ar sólo menciona la India (Burnett, Yamamoto & Yano, 1994 pp. 22-23; Lemay, III, p. 402). Lo mismo hacen al-B÷rýn÷ (Tafh÷m p. 220) , Ibn Nawbajt (Labarta & Mestres p. 0.41) y al-Qab÷½÷ (Burnett, Yamamoto y Yano, 2004, pp. 36-37).
61 Antigua ciudad situada cerca del curso superior del Éufrates, en Turquía: cf. S. Faroqhi, “MalaÐya” en Encyclopédie de l’Islam” VI (Leiden-Paris, 1991), pp. 224-226.
62 Población que, hoy, se encuentra en la frontera entre Siria y Turquía: cf. E. Honigmann, “Ra’s al-þAyn” en Encyclopédie de l’Islam VIII (Leiden, 1995), pp. 448-449.
63 Probablemente Qýs: población del Alto Egipto situada en la orilla oriental del Nilo a unos 30 km. al norte de Luxor. Cf. J.Cl. Garcin, “°ýs” en Encyclopédie de l’Islam V (Leiden- Paris, 1986), pp. 517-519.
64 Al-Saw×d y Kýfa son citadas por Abý Maþ¹ar (Burnett, Yamamoto & Yano, 1994 pp. 22-23; Lemay, III, p. 402), al-B÷rýn÷ (Tafh÷m p. 220), Ibn Nawbajt (Labarta & Mestres p. 0.41) y al-Qab÷½÷ (Burnett, Yamamoto y Yano, 2004, pp. 36-37). Las cuatro fuentes añaden “el occidente de al-Sind” transformado aquí en Bil×d al-garb.
65 El Tetrabiblos (Robbins, 1940, II,3, p. 159) menciona a Cilicia, en el centro del mundo habitado, como zona sometida al dominio de Pisces.
66 Ciudad de Iraq fundada hacia principios del s. VIII y cuya existencia está documentada hasta el s. XVIII: cf. Mondher Sakly, “W×siД en Encyclopédie de l’Islam” XI (Leiden, 2005), pp. 180-184.
67 Ciudad del noroeste del litoral de Túnez: cf. G. Yver y M. Yalaoui, “Æabar±a” en Encyclopédie de l’Islam X (Leiden, 2002), pp. 20-21.
68 Confederación de tribus marroquíes que, desde la independencia de Marruecos. depende, administrativamente, de la provincia de Casablanca: cf. E. Marin, “Dukk×la” en Encyclopédie de l’Islam II (Leyde-Paris, 1965), p. 638.
En [91] (fol. 205r): Æabarist×n, las regiones septentrionales, ¤ur¥×n, parte de las tierras de los Rým, al-¤az÷ra, Egipto, Alejandría, el mar del Yemen y Sevilla en al-Andalus.69
BIBLIOGRAFÍA
BØRøNØ, ¶£×r: B÷rýn÷, al-¶£×r al-b×qiya þan al-qurýn al-j×liya, Ed. E. Sachau. Leipzig, 1923.
BØRøNØ, Tafh÷m: B÷rýn÷, Kit×b al-Tafh÷m li-aw×’il ½in×þat al-tan¥÷m, ed. facsímil y trad. inglesa de T. Ramsay Wright (London, 1934).
BURNETT, YAMAMOTO & YANO, 1994: Charles Burnett, Keiji Yamamoto y Michio Yano (ed. y trad.), Abý Maþshar, The Abbreviation of the Introduction to Astrology together with the Medieval Latin Translation of Adelard of Bath. Leiden – New York – Köln, 1994.
BURNETT, YAMAMOTO & YANO, 2004: Charles Burnett, Keiji Yamamoto y Michio Yano (ed. y trad.), al-Qab÷½÷ (Alcabitius): The Introduction to Astrology. London, Turin, 2004.
COMES, 2002: Mercè Comes, "Some new Maghrib÷ sources dealing with trepidation", en S.M. Razaullah Ansari (ed.), Science and Technology in the Islamic World. Brepols, Turnhout, 2002, pp. 121-141.
DÍAZ FAJARDO, 2001: Montse Díaz Fajardo, La teoría de la trepidación en un astrónomo marroquí del siglo XV. Estudio y edición crítica del Kit×b al-adw×r f÷ tasy÷r al-anw×r (parte primera) de Abý þAbd All×h al-Baqq×r. Anuari de Filologia (Universitat de Barcelona) XXIII (2001) B4.
DÍAZ FAJARDO, 2008: Montse Díaz Fajardo, Tasy÷r y proyección de rayos en textos astrológicos magrebíes. Tesis doctoral presentada en la Universidad de Barcelona en 2008.
HILTY, 1954: Gerold Hilty (ed.), El libro conplido en los iudizios de las estrellas. Madrid, Real Academia Española, 1954.
HILTY, 2005: Gerold Hilty (ed.), El libro conplido en los iudizios de las estrellas. Partes 6 a 8. Zaragoza, 2005.
IBN AL-JAÆØB, Aþl×m: Ahmad Mujt×r al-þAbb×d÷ y Mu¬ammad Ibr×h÷m al-Katt×n÷ (eds.), T×r÷j al-Magrib al-þarab÷ f÷ l-þa½r al-was÷Ð. Al-qism al-£×li£ min kit×b Aþm×l al-aþl×m li l-waz÷r al-garn×Ð÷ Lis×n al-D÷n ibn al-JaÐ÷b. D×r al-Kit×b, al-D×r al-BayÅ×’, 1964.
KASTEN & KIDDLE: Lloyd A. Kasten y Lawrence B. Kiddle (eds.), Alfonso el Sabio, Libro de las Cruzes. Madrid-Madison, 1961.
LABARTA: Ana Labarta, Mýsà ibn Nawbajt, al-Kit×b al-K×mil. Horóscopos históricos Madrid- Bellaterra, 1982.
LABARTA & MESTRES: Ana Labarta y Ángel Mestres, Mýsà ibn Nawbajt, Kit×b al-azmina wa-l-duhýr. Tratado de astrología mundial. Valencia, 2005.
69 La lista del apartado [91], con la única excepción de la mención de Sevilla, se repite en Abý Maþ¹ar (Burnett, Yamamoto & Yano, 1994 pp. 24-25; Lemay, III, p. 402), al-B÷rýn÷ (Tafh÷m p. 220) y al-Qab÷½÷ (Burnett, Yamamoto y Yano, 2004, pp. 36-37). Ibn Nawbajt menciona sólo Æabarist×n, el norte del ¤ur¥×n, Alejandría y el mar del Yemen. Las cuatro fuentes están de acuerdo en mencionar “la parte septentrional de la tierra de ¤ur¥×n” (n׬iyat al-¹im×l min arÅ ¤ur¥×n) que al-Baqq×r (o el copista) ha convertido en n׬iyat al-¹im×l wa-¤ur¥×n.
LEMAY, 1995: Abý Maþ¹ar al-Balæ÷, Kit×b al-Madjal al-Kab÷r ilà þilm a¬k×m al-nu¥ým. Liber introductorii maioris ad scientiam judiciorum astrorum. Ed. crítica. Istituto Universitario Orientale. Napoli, 1995.
ROBBINS, 1940: F.C. Robbins (ed. y trad.), Ptolemy, Tetrabiblos. Loeb Classical Library. Cambridge, Mass. y London, 1940 (reimpresión 1980).
SAMSÓ, 1979: Julio Samsó, "The Early Development of Astrology in al-Andalus". Journal for the History of Arabic Science 3 (1979), 228-243. Reimpr. en Samsó, Islamic Astronomy and Medieval Spain. Variorum. Aldershot, 1994, nº IV
SAMSÓ, 1983: Julio Samsó "La primitiva versión árabe del Libro de las Cruces". Nuevos Estudios sobre Astronomía Española en el siglo de Alfonso X editados por Juan Vernet, Barcelona, 1983, 149-161. Reimpr. en Samsó, Islamic Astronomy nº III.
SAMSÓ, 1998: Julio Samsó, "An Outline of the History of Maghrib_ Zijes from the End of the Thirteenth Century", Journal for the History of Astronomy 29 (1998), 93-102. Reimpresión en Samsó, Astronomy and Astrology in al-Andalus and the Maghrib. Ashgate Variorum, Aldershot, 2007, nº XI
SAMSÓ, 2001: Julio Samsó, "Astronomical Observations in the Maghrib in the Fourteenth and Fifteenth Centuries". Science in Context (Cambridge, U.K.) 14 (2001), 165-178. Reimpresión en Astronomy and Astrology in al-Andalus and the Maghrib, nº XII.
VERNET, 1971 Juan Vernet, "Tradición e innovación en la ciencia medieval", Oriente e Occidente nel Medioevo; Filosofia e Scienze, Roma, 1971, pp. 741-757. Reimpreso en Vernet, Estudios sobre Historia de la Ciencia Medieval, Barcelona-Bellaterra, 1979, pp. 173-189.
YANO, 1997: Kušy×r Ibn Labb×n's Introduction to Astrology, edited and translated by Michio Yano. Tokyo, 1997.
Y¶QøT, Muþ¥am al-Buld×n. 5 vols. D×r ¼×dir, Beirut,1986
LA GEOGRAFÍA ASTROLÓGICA EN EL KIT¶B AL-AMƶR WA L-ASþ¶R DE ABø þABD ALL¶H AL-BAQQ¶R (FL. C. 1418)
Julio Samsó y Chedli Guesmi
1. Generalidades
Los estudios sobre astrología árabe han conocido notables avances durante los últimos años gracias a la publicación de un número importante de ediciones críticas de clásicos en la materia, realizadas por Michio Yano (1997), Richard Lemay (1995), el equipo constituido por Charles Burnett, Keiji Yamamoto y Michio Yano (1994 y 2004), así como por Ana Labarta, individualmente (1982) o en colaboración con Ángel Mestres (2005) . Si bien los autores editados son, todos ellos, orientales, nadie duda del interés que tuvieron los textos de autores como Abý Maþšar y al-Qab÷½÷ en al-Andalus y el Magrib, en donde se difundieron y fueron objeto de traducciones latinas en la España cristiana. Llama la atención, en cambio, el que no se hayan llevado a cabo ediciones y estudios de los textos astrológicos occidentales y que una obra de la importancia del Kit×b al-b×ric f÷ a¬k×m al-nu¥ým de Ibn Ab÷ l-Ri¥×l no haya sido editada ni objeto de ningún estudio serio: tan sólo disponemos de una edición de la traducción castellana alfonsí (Hilty, 1954 y 2005).
Esto ha llevado a los dos autores de esta nota a preparar la edición y comentario del Kit×b al-amÐ×r wa l-asþ×r (Libro de las lluvias y de los precios) del astrónomo y astrólogo magribí Abý þAbd All×h al-Baqq×r que, esperamos, se publicará en el año 2013. Ofrecemos aquí, de momento, un avance de este trabajo centrado en los apartados sobre geografía astrológica que contiene esta obra. Con ello pretendemos contribuir al recuerdo de nuestro compañero Francisco Castelló que dedicó una buena parte de su obra investigadora a la historia de la geografía árabo-islámica.
2. El autor
Casi nada sabemos sobre este autor marroquí de la primera mitad del s. XV. De él se conservan dos obras: el Kit×b al-amÐ×r wa l-asþ×r y el Kit×b al-adw×r f÷ tasy÷r al-anw×r ("Ciclos para la prorrogación de los luminares"), conservado en los manuscritos Escorial 916, Rabat Hassaniyya 826 y 5372. La primera parte de esta segunda obra ha sido editada críticamente y estudiada por Montse Díaz-Fajardo (2001) quien ha demostrado hasta qué punto al-Baqq×r era un astrónomo competente, que escribe en un momento de crisis en la astronomía magribí, en el que se produce el abandono progresivo de la tradición andalusí, representada por la obra de Azarquiel y de sus seguidores, para pasar a someterse a la influencia de la astronomía oriental.1 Este aspecto de la obra de al-Baqq×r había atraído el interés de otros investigadores (Vernet, 1971; Samsó, 1998 y 2001; Comes, 2002) quienes vieron en al-Baqq×r un testimonio interesante del abandono de la teoría de la trepidación, su sustitución por una precesión constante, y la introducción de una astronomía trópica, en la línea de Ptolomeo y al-Batt×n÷, en lugar de la astronomía sidérea, de tradición india y cultivada por Azarquiel y sus seguidores en el Magrib (Ibn Is¬×q, Ibn al-Bann×', Ibn al-Raqq×m, Ibn þAzzýz). Tanto el MS Escorial 916 (que contiene tanto el Kit×b al-amÐ×r como el Kit×b al-adw×r) como los MSS Rabat Hassaniyya 826 y 5372 (que nos conservan la segunda de las obras citadas) dan el nombre del autor como Abý þAbd All×h al-Baqq×r. Por otra parte el Kit×b al-adw×r, según el testimonio de su autor, se escribió en el año 821/1418, año en el que hizo, en Fez, una observación de la altura del Sol, tras haber
1 La segunda parte ha sido asimismo editada en Díaz Fajardo, 2008.
determinado, con absoluta precisión, la latitud de la ciudad (Díaz Fajardo, 2001, pp. 15, 50, 53-54. 90). Esto nos da una idea acerca de la época y el lugar en los que vivió al-Baqq×r y sabemos, asimismo, que el Kit×b al-amÐ×r se escribió después del año 1418, ya que al final del mismo se cita ([153]) el Kit×b al-adw×r.
Además de las dos obras citadas, sabemos que al-Baqq×r escribió, por lo menos una tercera que, aparentemente, no se conserva: un Isl׬ kawkab al-Zuhra ("Corrección relativa al planeta Venus"), en el que afirmaba que las tablas del movimiento medio en anomalía de Venus daban resultados incorrectos y que convenía utilizar las de al-Batt×n÷ (Díaz Fajardo, 2001, pp. 52-53.
3. Geografía astrológica
El Kit×b al-amÐ×r se ocupa de cuestiones de geografía astrológica de maneras distintas. Por una parte tenemos en el apartado [40] (Ms. Escorial 916 fol. 198r) 2 una serie de correspondencias entre climas y planetas que se encuentra también en B÷rýn÷, Tafh÷m p. 238 y en Abý Maþ¹ar (ed. Lemay, 1995, III, pp. 390-393) quien la atribuye a los persas, mientras que los Rým defienden una distribución distinta:
Saturno – clima I
Júpiter – clima II
Marte – clima III
Sol – clima IV
Venus – clima V
Mercurio – clima VI
Luna – clima VII
Los indicios planetarios son particularmente intensos cuando el planeta se encuentre en el signo que corresponde a un lugar determinado y, asimismo, este lugar se encuentre dentro del clima del planeta.
Frente a la anterior distribución, probablemente de origen persa, los apartados [38] y [39] (fols. 197r – 198r) dan una primera serie de correspondencias entre signos zodiacales y países o ciudades. Este tipo de materiales se encuentra frecuentemente en manuales astrológicos como el Tetrabiblos de Ptolomeo,3 el tratado de astrología mundial de Ibn Nawbajt,4 las dos introducciones a la astrología de Abý Maþ¹ar,5 la introducción de al-Qab÷½÷6 o el Tafh÷m de al-B÷rýn÷7. Parece claro que al-Baqq×r está siguiendo la división ptolemaica del mundo habitado (al-þumr×n) en cuatro cuadrantes delimitados por una divisoria Este-Oeste (el Mar Mediterráneo) y otra Norte-Sur (Golfo Pérsico, Mar Egeo, Mar Negro y Mar de Azov).8 El centro del mundo habitado (wasaÐ al-þumr×n) corresponde a los países del Próximo y Medio Oriente. La correspondencia entre cuadrantes geográficos y signos zodiacales en el Tetrabiblos es la siguiente:9
Aries, Leo, Sagitario: NW
Tauro, Virgo, Capricornio: SE
Gemini, Libra, Acuario: NE
Cáncer, Scorpio, Pisces: SW
2 Mantenemos, aquí, la división en apartados, añadida por nosotros, que aparecerá en la edición de la obra, aunque añadimos los correspondientes folios del ms. Escorial 916.
3 Robbins, 1940, II,3, pp. 156-159.
4 Labarta & Mestres pp. 0.40 y 0.41.
5 Burnett, Yamamoto & Yano, 1994, pp. 14-25; Lemay, 1995, III, pp. 401-402.
6 Yano, 1997, pp. 34-41.
7 B÷rýn÷, Tafh÷m p. 220.
8 Robbins, 1940, II,3, pp. 128-131.
9 Robbins, 1940, II, 3, pp. 132-157.
Y está claro que, en el texto de al-Baqq×r, quedan restos de esta estructuración en los signos Aries, Capricornio, Acuario, y, probablemente, también en Sagitario, Cáncer y Scorpio.
La influencia ptolemaica, en esta primera lista de correspondencias, se advierte en las repetidas referencias al centro del mundo habitado, en las múltiples coincidencias que incluyen algunas referencias un tanto exóticas como la de Bretaña en Aries o “España” (þIσπανία = ³b×niya, en lugar de al-Andalus) en Sagitario. Por otra parte esta influencia resulta patente en la idea de que ciertos signos zodiacales se conforman (yu¹×kilu) con la naturaleza de determinadas regiones, algo que aparece claramente en el Tetrabiblos. A estas referencias de origen helenístico se añade, en esta primera lista, una larga serie de topónimos, ya islámicos, entre los que hay subrayar el particular interés que al-Baqq×r parece sentir por los nombres de lugar andalusíes, que son más frecuentes que los magribíes, como puede apreciarse en el listado siguiente de topónimos del occidente islámico:
Zaragoza y Tortosa en Aries
Badajoz y Qayraw×n (Tauro)
Córdoba (Gemini)
Granada y Lisboa (Cáncer)
Fez la Nueva, Jaén y Baeza (Leo)
Tudmir, Toledo, Bugía, Argel (Virgo)
Almería, Ifr÷qiya (Libra)
Valencia, Tánger, conquista de al-Andalus, Málaga, Ceuta, Fez, Marr×ku¹ (Scorpio)
Denia, Zaragoza, conquista de al-Andalus (también en Scorpio), Túnez, Fez (Sagitario)
Alcazaba de Málaga, Agm×t y Algeciras (Capricornio)
Carmona, Málaga y Úbeda (Acuario)
Sevilla, Túnez, Æabarqa, Beja, Niebla, Dukk×la y ¤abal al-þUyýn (Gibraleón). (Pisces)
Parece claro que al-Baqq×r está utilizando fuentes andalusíes, algo que no es de extrañar en una obra cuya primera parte contiene la versión árabe más completa que conocemos del sistema predictivo “de las cruces”10 que fue, finalmente, recogido en el Libro de las Cruzes alfonsí11 (Kasten & Kiddle 1961). Puede comprobarse esta afirmación en las referencias a si el signo de al-Andalus es Gemini o Virgo y a la existencia, en Córdoba, de una estatua que representaba este signo zodiacal.
Junto a esta primera lista, el Kit×b al-amÐ×r contiene una segunda que establece otra serie de correspondencias entre nombres de lugar y signos zodiacales. Esta segunda lista aparece, dispersa, en la segunda parte del libro (apartados [34] – [95], fols. 196r–205v) en la que se ocupa del paso de Saturno por los doce signos zodiacales y especifica qué países y ciudades se verán afectados por la influencia maléfica del planeta. Esta segunda lista es distinta de la primera y deriva claramente de una fuente oriental, dadas sus frecuentes coincidencias con las que aparecen en Ibn Nawbajt, Abý Maþ¹ar, al-B÷rýn÷ y al-Qab÷½÷. A estos materiales orientales se han añadido otros nombres de lugar del Magrib y al-Andalus que, en general, coinciden con los de la primera lista. Se encuentra, además, un único topónimo que parece derivar del Tetrabiblos: en el signo de Aries encontramos, en la segunda lista, una referencia al país de los judíos (bil×d al-yahýd), que parece anacrónico a principios del siglo XV, pero que se corresponde perfectamente con la Idumea y Judea de Ptolomeo.
10 Cf. Vernet, 1971 y Samsó, 1979 y 1983.
11 Kasten & Kiddle 1961.
Conviene señalar, por último, que el texto de al-Baqq×r introduce también el concepto de que ciertos signos zodiacales son el ascendente de determinados países y ciudades o, en un solo caso (Libra) una de sus cúspides. Esto se relaciona con la existencia de horóscopos fundacionales, algo que es conocido en los que se refiere a la fundación de determinadas ciudades en las que el momento del inicio (?) de su construcción se ha determinado con criterios astrológicos con los que se ha establecido el momento más propicio. Es el caso de Bagdad, fundada por Abý ¤aþfar al-Man½ýr el 23 de Septiembre de 763, con ascendente en Sagitario.12 Del mismo modo Mahdiyya fue inaugurada el 19 de Febrero de 921 con ascendente en Leo.13 Por otra parte, obras como el Muþ¥am al-buld×n de Y×qýt dan, frecuentemente, información sobre el horóscopo de determinados lugares.
Resulta, en cambio, más difícil de explicar la relación entre horóscopos fundacionales y países. En cualquier caso, obras como el Muþ¥am al-buld×n de Y×qýt dan, frecuentemente, información sobre el horóscopo de determinados lugares. Este es un tema que, sin duda, interesaba a al-Baqq×r quien, en el apartado [41] (fol. 198v) señala que es importante conocer el ascendente del horóscopo fundacional de las grandes ciudades, así como las estrellas fijas que se encontraban en las casas I o X o en el grado del sol o de la luna o del sahm al-bajt (probablemente el sahm al-saþ×da o parte de la fortuna). Cuando un planeta afortunado o nefasto pase por una de estas zonas sensibles del horóscopo producirá efectos benéficos o maléficos para la gran ciudad, que afectarán asimismo a las ciudades pequeñas y pueblos de su entorno. Si no tenemos datos sobre el horóscopo fundacional de la ciudad, tomaremos los indicios a partir de la casa X del horóscopo natalicio de su fundador. Asimismo podremos predecir el futuro de un país mediante el horóscopo natalicio o del principio del reinado del monarca que lo gobierna. Investigaremos también a partir del signo en el que se produce una conjunción de planetas o un eclipse.
4. La doble lista de correspondencias entre signos zodiacales y nombres de lugar
Reproducimos, a continuación, las dos listas de al-Baqq×r, dentro de cada signo para que puedan ser comparadas con facilidad. En la segunda lista hemos marcado en negrita aquellos nombres de lugar que no se encuentran en la primera y hemos hecho un intento de identificar aquellos topónimos que resultan menos conocidos.
[38] (fol. 197r y v) Aries: Bretaña, en el sector Noroeste del mundo habitado. En el centro de este mundo: Siria. Es el ascendente de B×bil, Persia (F×ris), al-Mad×’in,14 Samarcanda, AnÐ×kiya, Zaragoza y Tortosa.
En [42] (fol. 198v): países de Oriente, B×bil, Persia, Palestina, Siria, Bretaña, A²arbay¥×n, el país de los judíos (Bil×d al-yahýd), Zaragoza y al-Andalus,15
[38]Tauro: País de los persas (Bil×d al-Furs). En el centro del mundo habitado: costas de
12 Cf. B÷rýn÷, ¶£×r pp. 270-271.
13 Ibn al-JaÐ÷b, Aþl×m p. 47
14 Ctesifón: cf. Y×qýt, Buld×n V, p. 74-75.
15 B×bil, Persia, Palestina, A²arbay¥×n aparecen en Abý Maþ¹ar (Burnett, Yamamoto & Yano, 1994 pp. 14-15; Lemay, III, p. 401), en el Tafh÷m de al-B÷rýn÷ (p. 220), en al-Qab÷½÷ (Burnett, Yamamoto y Yano, 2004, pp. 34-35) y en Ibn Nawbajt (Labarta & Mestres p. 0.40). Los ecos del Tetrabiblos (Robbins, 1940, II,3, p. 157) se advierten en la mención de Bretaña y de Siria (en el centro del mundo habitado), así como de “el país de los judíos” que, en la obra de Ptolomeo, aparece como Idumea y Judea.
Asia Menor,16 al este de Constantinopla. Es el ascendente de Egipto, Chipre, al-Saw×d, 17 las islas de los Rým, Farg×na,18 Badajoz, þUm×n, Constantinopla y Qayraw×n.
En [47] (fol. 199v, pasaje atribuido a Hermes): Persia, Sudán y Algeciras. Tauro es una de las cúspides del Magrib extremo19.
[38] Gemini: Armenia. En el centro del mundo habitado: la parte inferior de la tierra de Egipto (Bajo Egipto),20 desde Barqa21 hasta Faram×.22 Es el ascendente de ©arr×n,23 Daylam, 24Manf,25 þAyn ³ams,26 Darþa,27 Wala¥a,28 Trípoli, Córdoba, al-¤az÷ra,29 Homs, ¼ýr (Tiro).
En [53] (fol. 200r): Armenia, A²arbay¥×n, Egipto y Córdoba30
[38] Cáncer: Las tierras de Occidente, hasta los confines de Ifr÷qiya, que está en el centro del Magrib.31 Es el ascendente de B×bil, Granada, Palestina, Jerusalén, Faram×, Armenia y Lisboa. Es el ascendente de toda Ifr÷qiya.
En [57] (fol. 201r): Ifr÷qiya, Armenia Menor, el oriente del Jurasán, China, Balj, Granada.32
16 Persia y, en el centro del mundo, las costas de Asia Menor, aparecen en el Tetrabiblos (Robbins, 1940, II,3, p. 157).
17 Iraq: cf. H.H. Schaeder, “Saw×d” en Encyclopédie de l’Islam IX (Leiden. 1998), pp. 90-91 ; Y×qýt, Buld×n III, pp. 272-275.
18 Población y valle en la cuenca del Sir Daria, al norte de Kabul y al sudeste de Tashkent: cf. W. Barthold y B. Spuler, “Fargh×na” en Encyclopédie de l’Islam II (Leyde-Paris, 1965), pp. 809-811.
19 Abý Maþ¹ar menciona al-Saw×d (Burnett, Yamamoto & Yano, 1994 pp. 16-17; Lemay, III, p. 401), así como también al-Qab÷½÷ (Burnett, Yamamoto y Yano, 2004, pp. 34-35) e Ibn Nawbajt (Labarta & Mestress p. 0,40; al-B÷rýn÷ (Tafh÷m p. 220) Chipre, Constantinopla, Omán y Farg×na;
20 En el Tetrabiblos (Robbins, 1940, II,3, p. 159) tenemos Armenia y, en el centro del mundo, la Cirenaica y el Bajo Egipto-
21 Designa a la ciudad libia que, hoy, recibe el nombre de al-Mar¥ y al conjunto de la península de la Cirenaica, en la frontera con Egipto. Cf. J. Despois, “Bar±a” en Encyclopédie de l’Islam I (Leyde-Paris, 1960), pp. 1080-1081.
22 Ciudad en la costa de Egipto: cf. Y×qýt, Buld×n IV, p. 255-256.
23 Región situada en la Alta Mesopotamia (hoy en día dentro de los límites de Turquía) a dos jornadas de marcha desde Raqqa (según Y×qýt, Buld×n II, pp. 235-236): cf. G. Fehérvári, “©arr×n” en Encyclopédie de l’Islam” III (Leyde-Paris, 1971), pp. 234-237.
24 Región del norte de Irán entre los montes Elburz y el Mar Caspio: cf. V. Minorsky, “Daylam” en Encyclopédie de l’Islam II (Leyde-Paris, 1965), pp. 195-200.
25 La antigua Menfis, a orillas del Nilo, unos 20 km. al sur de El Cairo: cf. U. Haarmann, “Manf” en Encyclopédie de l’Islam VI (Leiden-Paris, 1991), pp. 395-399.
26 La antigua Heliópolis, ciudad de Egipto hoy en día absorbida por El Cairo:: cf. C.H. Becker, “þAyn Shams” en Encyclopédie de l’Islam I (Leyde-Paris, 1960), pp. 811-812.
27 Ciudad siria a 106 km. al sur de Damasco: cf. F. Buhl y N. Eliséeff, “Adhriþ×t” en Encyclopédie de l’Islam I (Leyde-Paris, 1960), p. 200.
28 Población situada al oeste de Argelia en la zona de Orán: cf. Y×qýt, Buld×n V, p. 383.
29 Se trata de la zona de Iraq comprendida entre el Éufrates y el Tigris próxima a Siria: cf. Y×qýt, Buld×n III, pp. 134-136.
30 Al-Andalus (no, específicamente, Córdoba) suele asociarse con el signo de Gemini: cf. Kasten & Kiddle, 1961, p. 161 e infra los comentarios al signo de Virgo. Por otra parte Abý Maþ¹ar asocia con Gemini a Armenia, A²arbay¥×n y Egipto (Burnett, Yamamoto & Yano, 1994 pp. 16-17; Lemay, III, p. 401, donde se añade Barqa); Barqa, Armenia y Egipto aparecen en al-B÷rýn÷ (Tafh÷m p. 220); Armenia, A²arbay¥×n, Egipto y Barca en al-Qab÷½÷ (Burnett, Yamamoto y Yano, 2004, pp. 34-35) y en Ibn Nawbajt (Labarta & Mestres p. 0.40).
31 En el Tetrabiblos (Robbins, 1940, II,3, p. 159): Numidia, Cartago y África.
32 Armenia Menor, el este del Jurasán, China, Balj y A²arbay¥×n aparecen en Abý Maþ¹ar (Burnett, Yamamoto & Yano, 1994 pp. 16-17; Lemay, III, p. 401). en al-Qab÷½÷ (Burnett, Yamamoto y Yano, 2004,
[38] Leo: AnÐ×kiya y Sicilia. En el centro del mundo habitado: Palestina,33 en la zona próxima a Egipto y al Mar Rojo, y el ©i¥×z. Es el ascendente de Ma½½÷½a,34 al-Ruh×’,35 Etiopía, Turkestán, þAsqal×n, Tremecén, Fez la Nueva,36 Jaén y Baeza.
En [63] (fol. 201v): Sicilia, Turkestán, N÷s×býr, Fez la Nueva, Tremecén.37
[39] (fol. 197v – 198r) Virgo: B×bil, al-¤az÷ra,38 el país de los ¤ar×miqa39. En el centro del mundo habitado el norte de Siria y el sur de Constantinopla. Le corresponde el gobierno de Tudm÷r (Murcia) de al-Andalus, según la opinión de Hermes, de M×¹×’all×h, una parte de los egipcios y los antiguos astrólogos de al-Andalus.40 Los antiguos sabios de este país erigieron una estatua de Virgo encima de la puerta de la alquibla [de Córdoba].41 Es el ascendente de Kýfa, al-Ahw×z,42 Toledo, Bugía y Argel.
En [67] (fol. 202r): B×bil, el país de los ¤ar×miqa, Siria, el Éufrates, la ¤az÷ra,
pp. 34-35) y en Ibn Nawbajt (Labarta & Mestres p. 0.40); los mismos países (excepto China) en al-B÷rýn÷ (Tafh÷m p. 220).
33 En el Tetrabiblos (Robbins, 1940, II,3, p. 159) Sicilia y, en el centro del mundo, Fenicia y Caldea.
34 Población al sur de Turquía, cerca de Tarsus y de la frontera siria: cf. Y×qýt, Buld×n V, pp. 144-145.
35 La antigua Edessa, situada en el norte de Iraq, cerca de Mosul y de la frontera siria: cf. Y×qýt, Buld×n III, pp. 106-107.
36 Ciudad regia y administrativa, situada al oeste del núcleo de Fez, fundada por el monarca meriní Abý Yýsuf (1258-1286): cf. R. Le Tourneau, “F×s” en Encyclopédie de l’Islam” II (Leyde-Paris, 1965), pp. 837-840.
37 El Turkestán y N÷s×býr son citados por Abý Maþ¹ar (Burnett, Yamamoto & Yano, 1994 pp. 18-19) y por Ibn Nawbajt (Labarta & Mestres p. 0.40); en Lemay, III, p. 401 sólo aparece el Turkestán y lo mismo sucede en al-Qab÷½÷ (Burnett, Yamamoto y Yano, 2004, pp. 34-35); el Turkestán y þAsqal×n en al-B÷rýn÷ (Tafh÷m p. 220)
38 En el Tetrabiblos (Robbins, 1940, II,3, p. 159) Mesopotamia, Babilonia y Asiria-
39 Habitantes de ¤armaq, una pequeña población en el centro de Irán: cf. Y×qýt, Buld×n II, 129.
40 Un pasaje muy similar aparece en el Libro de las Cruzes (ed. Kasten & Kiddle, 1961) p. 161: “Et una partida de los sabios dizen que el signo de Gemini es apoderado en toda Espanna communalment [antes, al-Baqq×r ha identificado a Gemini como el ascendente de Córdoba]. Et hay dellos otra partida que dizen que el signo de Gemini es el signo de su regnado, que quier dizir que es el signo de su X.ª casa, et segunt esta oppinion sera el su signo Uirgo. Et esto se otorga segunt de la opinion de los sabios egypcianos et con Messe Alla et sus companneros, que Messe Alla dize que el signo dEspanna es Uirgo” y”Mas todos los astrologos que nacieron en Espanna de todas las gentes fueron prouando los fechos dEspanna, uno en pos otro, todos se otorgan que el signo de Gemini es mas conuenible de seer el signo dEspanna que ninguno de los otros, et en esto se otorgan todos los espannoles, et sobre esta rayz lleuan sus judicios” (pp. 161-162). Por otra parte, la misma fuente (p. 160) indica que “los grados que son termino de Uenus en el signo de Uirgo son ensennorados et apoderados en Cordoua”. Tal como se afirma en el Libro de las Cruzes, estas afirmaciones contradicen la opinión de Ptolomeo quien considera que el signo de España es Sagitario (Robbins, 1940, pp. 158-159). La idea de Gemini como signo de al-Andalus debió ser un lugar común conocido por todos ya que lo utiliza Ibn ³uhayd, en un verso de su Ris×lat al-taw×biþ wa l-zaw×biþ para simbolizar la caída del califato cordobés:
Verás que Gemini indica, al ponerse,
ocaso de un trono que no tiene apoyo
(Taw×biþ ed. BuÐrus al-Bust×n÷, D×r ¼×dir, Beirut, 1980, p. 113).
41 Es bien conocida la existencia de una estatua femenina en la llamada “Puerta del puente” (B×b al-QanÐara) o “Puerta de la estatua” (B×b al-¼ýra): se trata de una puerta de la muralla situada junto al puente antiguo que cruza el Guadalquivir y que se encuentra frente al muro de la alquibla de la gran mezquita de Córdoba. La discusión se ha planteado en torno a si la estatua representaba al signo de Virgo o a la Virgen María. Cf. E. de Santiago, “Unas notas en torno a la “B×b al-¼ýra” de Córdoba”, Miscelánea de Estudios Árabes y Hebraicos 18-19 (1969-70), 129-136 y M. Ocaña, “Algo más sobre la “B×b al-¼ýra” de Córdoba”, Al-QanÐara 3 (1982), 447-455.
42 Capital del Juzist×n, en el sur de Irán. relativamente próxima a la frontera iraquí y al Golfo Pérsico: cf. J. Lockharr, “al-Ahw×z” en Encyclopédie de l’Islam I (Leyde-Paris, 1960), p. 315.
Persia, Toledo y la mayor parte del país de al-Andalus.43
[39] Libra: zona de Balj 44y Jw×rizm45. De las regiones que están en el centro del mundo habitado Egipto y su ¼aþ÷d (Alto Egipto). Es el ascendente de Tarso, Baþalbek46 y Almería. Es el ascendente de todos los Rým, una de las cúspides de Ifr÷qiya y el ascendente de La Meca.
En [71] (fol. 202v)): el país de los Rým, Ifr÷qiya, el ¼aþ÷d de Egipto hasta los límites de Etiopía, Kirm×n, Balj y Almería47.
[39] Scorpio: el extremo Occidente. En el centro del mundo habitado Siria, la región de AnÐ×kiya y el país de los árabes (Yemen y el ©i¥×z). Es el ascendente de Ya£rib (= Medina), Rayy,48 Ba½ra, Valencia, Jw×rizm, Tánger, Damasco, Qinnasr÷n,49 Asw×n, al-¤aw×z, la conquista de la Península de al-Andalus, Málaga, Ceuta, la orilla de Fez que está frente a al-Qarawiyy÷n50 y Marr×ku¹.
En [75] (fol. 203r): ©i¥×z, el desierto de los árabes (B×diyat al-þarab), Yemen, Tánger, parte de la India, Valencia.51
[39] Sagitario: País de los árabes (Yemen, ©i¥×z), los países situados a occidente del país de los Rým, Qal÷Ðaqà,52 Æýr S÷n×’53 y España (³b×niy×).54 Es el ascendente de
43 ¤ar×miqa, Siria, el Éufrates, al-¤az÷ra y Persia aparecen en Abý Maþ¹ar (Burnett, Yamamoto & Yano, 1994 pp. 18-19; Lemay, III, p. 401), en Ibn Nawbajt (Labarta & Mestres p. 0.41) y en al-Qab÷½÷ (Burnett, Yamamoto y Yano, 2004, pp. 34-35); en al-B÷rýn÷ tenemos (Tafh÷m p. 220) al-Andalus, Siria, el Éufrates. al-¤az÷ra, ¤ar×miqa, Kýfa y Persia;
44 Población que, actualmente, se encuentra en el norte Afganistán, en las borde septentrional del Hindu-kush: cf. R.N. Frye, “Balkh” en Encyclopédie de l’Islam I (Leyde-Paris, 1960), pp. 1031-1032.
45 Región en el Uzbekistán, en el tramo inferior del río Amu-Daria que desemboca en el Mar de Aral: cf. C.E. Bosworth, “Khwarazm”, en Encyclopédie de l’Islam IV (Leiden-Paris, 1978), pp. 1092-1097.
46 Baþlabakk, pequeña ciudad del Líbano: cf. J. Sourdel-Thomine, “Baþlabakk” en Encyclopédie de l’Islam I (Leyde-Paris, 1960), pp. 1000-1001.
47 En Abý Maþ¹ar (Burnett, Yamamoto & Yano, 1994 pp. 18-19; Lemay, III, p. 401) encontramos los países del Imperio Bizantino, Ifr÷qiya, Alto Egipto hasta los límites de Etiopía, Kirm×n, y Balj; la misma lista aparece en al-Qab÷½÷ (Burnett, Yamamoto y Yano, 2004, pp. 36-37); en al-B÷rýn÷ (Tafh÷m p. 220) el Imperio Bizantino hasta Túnez, Alto Egipto hasta Etiopía, Tarso. La Meca y Balj; en Ibn Nawbajt Ifr÷qiya, Alto Egipto hasta Etiopía, Kirm×n y Balj (Labarta & Mestres p. 0.41).
48 Antigua ciudad de Irán situada a unos 8 km al SSO de Teherán: cf. V. Minorsky y C.E. Bosworth en Encyclopédie de l’Islam VIII (Leiden, 1995), pp. 487-489.
49 Antigua ciudad de Siria situada al sur de Alepo: cf. N. Elisséeff, “°innasr÷n” Encyclopédie de l’Islam V (Leiden-Paris, 1986), pp. 126-128.
50 La fundación de Fez remonta a fines del s. VIII, época en la que existían dos núcleos urbanos separados por el río Fez. La mezquita al-Qarawiyy÷n se encuentra en la orilla izquierda del río: cf. R. Le Tourneau, “F×s” en Encyclopédie de l’Islam” II (Leyde-Paris, 1965), pp. 837-840.
51 Abý Maþ¹ar (Burnett, Yamamoto & Yano, 1994 pp. 20-21; Lemay, III, p. 401), Ibn Nawbajt (Labarta & Mestres p. 0.41) y al-B÷rýn÷ (Tafh÷m p. 220) dan ©i¥×z, el desierto de los árabes, Yemen,y Tánger; al-Qab÷½÷ (Burnett, Yamamoto y Yano, 2004, pp. 36-37) repite la misma lista pero añade que tiene una participación (¹arika) en al Sind (India) lo que se relaciona con el pasaje de al-Baqq×r quien afirma que Scorpio afecta a parte de la India (baþÅ al-Hind). Todo ello deriva, como señalan Burnett et al. (2004), en un error de los manuscritos que contienen Sind en lugar de Sugd (Sogdia) que el el topónimo que mencionan Abý Maþ¹ar y al-B÷rýn÷.
52 No conseguimos identificar este topónimo. Tal vez se trate de una errata del manuscrito por Qal÷qal×, Erzerum en Turquía.
53 El Monte Sinaí: cf. E. Honigmann y C.E. Bosworth, “al-Æýr” en Encyclopédie de l’Islam X (Leiden, 2002), pp. 715-717. No obstante Y×qýt (Buld×n IV, p. 48) señala la existencia de un Æýr S÷n×’ que sería una montaña de Siria.
54 El Tetrabiblos (Robbins, 1940, pp. 158-159) de Ptolomeo afirma que Sagitario es el signo de España. Cf. sobre esta cuestión las referencias citadas supra acerca del signo de Virgo.
Raqqa, I½bah×n, Denia, y Zaragoza. Es el ascendente de la conquista de al-Andalus (también identificado con Scorpio), Túnez, Bagdad, y la orilla de al-Andalus en Fez55.
En [79] (fol. 203v): Bagdad, I½fah×n, al-¤ib×l,56 Tortosa y todos los lugares de al-Andalus.57
[39] Capricornio: las ciudades situadas entre el Este y el Sur. En el centro del mundo habitado Constantinopla, Macedonia y sus alrededores.58 Es el ascendente de Qays×riyya,59 Æabarist×n, Medinaceli, la India, Mosul, la alcazaba de Málaga, Agm×t y Algeciras.
En [83] (fol. 204r) repite la misma lista anterior.60
[39] Acuario: localidades situadas entre el Norte y el Este. En el centro del mundo habitado, el occidente del Mar Rojo en dirección hacia el Sur. Es el ascendente de MalaÐya,61 Ra’s al-þAyn,62 Carmona, Alejandría, Qus,63 Málaga y Úbeda.
En [87] (fol. 204v): Kýfa, al-Saw×d y los países de Occidente.64
[39] Pisces: los países situados en el centro de los países, en la parte central del Occidente. En el centro del mundo habitado, Tarso.65 Es el ascendente de W×siÐ,66 Sevilla, Túnez, Æabarqa,67 Beja, Niebla, Dukk×la68 y ¤abal al-þUyýn (Gibraleón).
55 La llamada mezquita de los andalusíes en Fez está situada en la orilla opuesta a la de la mezquita de al-Qarawiyy÷n. Por ello la orilla de al-Andalus es la misma que la orilla opuesta a la de al-Qarawiyy÷n citada bajo el signo de Scorpio.
56 Región predominantemente montañosa situada al noroeste de Irán, limitada al norte por los montes Elburz y al sur por el Juzist×n: cf L. Lockhart, “Djibal” en Encyclopédie de l’Islam II (Leyde-Paris, 1965), pp. 547-548-
57 Bagdad, I½fah×n y al-¤ib×l son citadas por Abý Maþ¹ar (Burnett, Yamamoto & Yano, 1994 pp. 20-21; Lemay, III, p. 402 cita sólo al-¤ib×l e I½fah×n), por Ibn Nawbajt (Labarta & Mestres p. 0.41) y por al-Qab÷½÷ (Burnett, Yamamoto y Yano, 2004, pp. 36-37). Al-B÷rýn÷ (Tafh÷m p. 220) menciona Bagdad e I½fah×n así como el país de los bereberes hasta el Magrib.
58 Tracia y Macedonia, en el centro del mundo habitado, están sometidas al signo de Capricornio según el Tetrabiblos (Robbins, 1940, II,3, p. 159)
59 Cesarea, en la costa de Palestina: cf. Y×qýt, Buld×n IV, pp. 421-422.
60 Abý Maþ¹ar sólo menciona la India (Burnett, Yamamoto & Yano, 1994 pp. 22-23; Lemay, III, p. 402). Lo mismo hacen al-B÷rýn÷ (Tafh÷m p. 220) , Ibn Nawbajt (Labarta & Mestres p. 0.41) y al-Qab÷½÷ (Burnett, Yamamoto y Yano, 2004, pp. 36-37).
61 Antigua ciudad situada cerca del curso superior del Éufrates, en Turquía: cf. S. Faroqhi, “MalaÐya” en Encyclopédie de l’Islam” VI (Leiden-Paris, 1991), pp. 224-226.
62 Población que, hoy, se encuentra en la frontera entre Siria y Turquía: cf. E. Honigmann, “Ra’s al-þAyn” en Encyclopédie de l’Islam VIII (Leiden, 1995), pp. 448-449.
63 Probablemente Qýs: población del Alto Egipto situada en la orilla oriental del Nilo a unos 30 km. al norte de Luxor. Cf. J.Cl. Garcin, “°ýs” en Encyclopédie de l’Islam V (Leiden- Paris, 1986), pp. 517-519.
64 Al-Saw×d y Kýfa son citadas por Abý Maþ¹ar (Burnett, Yamamoto & Yano, 1994 pp. 22-23; Lemay, III, p. 402), al-B÷rýn÷ (Tafh÷m p. 220), Ibn Nawbajt (Labarta & Mestres p. 0.41) y al-Qab÷½÷ (Burnett, Yamamoto y Yano, 2004, pp. 36-37). Las cuatro fuentes añaden “el occidente de al-Sind” transformado aquí en Bil×d al-garb.
65 El Tetrabiblos (Robbins, 1940, II,3, p. 159) menciona a Cilicia, en el centro del mundo habitado, como zona sometida al dominio de Pisces.
66 Ciudad de Iraq fundada hacia principios del s. VIII y cuya existencia está documentada hasta el s. XVIII: cf. Mondher Sakly, “W×siД en Encyclopédie de l’Islam” XI (Leiden, 2005), pp. 180-184.
67 Ciudad del noroeste del litoral de Túnez: cf. G. Yver y M. Yalaoui, “Æabar±a” en Encyclopédie de l’Islam X (Leiden, 2002), pp. 20-21.
68 Confederación de tribus marroquíes que, desde la independencia de Marruecos. depende, administrativamente, de la provincia de Casablanca: cf. E. Marin, “Dukk×la” en Encyclopédie de l’Islam II (Leyde-Paris, 1965), p. 638.
En [91] (fol. 205r): Æabarist×n, las regiones septentrionales, ¤ur¥×n, parte de las tierras de los Rým, al-¤az÷ra, Egipto, Alejandría, el mar del Yemen y Sevilla en al-Andalus.69
BIBLIOGRAFÍA
BØRøNØ, ¶£×r: B÷rýn÷, al-¶£×r al-b×qiya þan al-qurýn al-j×liya, Ed. E. Sachau. Leipzig, 1923.
BØRøNØ, Tafh÷m: B÷rýn÷, Kit×b al-Tafh÷m li-aw×’il ½in×þat al-tan¥÷m, ed. facsímil y trad. inglesa de T. Ramsay Wright (London, 1934).
BURNETT, YAMAMOTO & YANO, 1994: Charles Burnett, Keiji Yamamoto y Michio Yano (ed. y trad.), Abý Maþshar, The Abbreviation of the Introduction to Astrology together with the Medieval Latin Translation of Adelard of Bath. Leiden – New York – Köln, 1994.
BURNETT, YAMAMOTO & YANO, 2004: Charles Burnett, Keiji Yamamoto y Michio Yano (ed. y trad.), al-Qab÷½÷ (Alcabitius): The Introduction to Astrology. London, Turin, 2004.
COMES, 2002: Mercè Comes, "Some new Maghrib÷ sources dealing with trepidation", en S.M. Razaullah Ansari (ed.), Science and Technology in the Islamic World. Brepols, Turnhout, 2002, pp. 121-141.
DÍAZ FAJARDO, 2001: Montse Díaz Fajardo, La teoría de la trepidación en un astrónomo marroquí del siglo XV. Estudio y edición crítica del Kit×b al-adw×r f÷ tasy÷r al-anw×r (parte primera) de Abý þAbd All×h al-Baqq×r. Anuari de Filologia (Universitat de Barcelona) XXIII (2001) B4.
DÍAZ FAJARDO, 2008: Montse Díaz Fajardo, Tasy÷r y proyección de rayos en textos astrológicos magrebíes. Tesis doctoral presentada en la Universidad de Barcelona en 2008.
HILTY, 1954: Gerold Hilty (ed.), El libro conplido en los iudizios de las estrellas. Madrid, Real Academia Española, 1954.
HILTY, 2005: Gerold Hilty (ed.), El libro conplido en los iudizios de las estrellas. Partes 6 a 8. Zaragoza, 2005.
IBN AL-JAÆØB, Aþl×m: Ahmad Mujt×r al-þAbb×d÷ y Mu¬ammad Ibr×h÷m al-Katt×n÷ (eds.), T×r÷j al-Magrib al-þarab÷ f÷ l-þa½r al-was÷Ð. Al-qism al-£×li£ min kit×b Aþm×l al-aþl×m li l-waz÷r al-garn×Ð÷ Lis×n al-D÷n ibn al-JaÐ÷b. D×r al-Kit×b, al-D×r al-BayÅ×’, 1964.
KASTEN & KIDDLE: Lloyd A. Kasten y Lawrence B. Kiddle (eds.), Alfonso el Sabio, Libro de las Cruzes. Madrid-Madison, 1961.
LABARTA: Ana Labarta, Mýsà ibn Nawbajt, al-Kit×b al-K×mil. Horóscopos históricos Madrid- Bellaterra, 1982.
LABARTA & MESTRES: Ana Labarta y Ángel Mestres, Mýsà ibn Nawbajt, Kit×b al-azmina wa-l-duhýr. Tratado de astrología mundial. Valencia, 2005.
69 La lista del apartado [91], con la única excepción de la mención de Sevilla, se repite en Abý Maþ¹ar (Burnett, Yamamoto & Yano, 1994 pp. 24-25; Lemay, III, p. 402), al-B÷rýn÷ (Tafh÷m p. 220) y al-Qab÷½÷ (Burnett, Yamamoto y Yano, 2004, pp. 36-37). Ibn Nawbajt menciona sólo Æabarist×n, el norte del ¤ur¥×n, Alejandría y el mar del Yemen. Las cuatro fuentes están de acuerdo en mencionar “la parte septentrional de la tierra de ¤ur¥×n” (n׬iyat al-¹im×l min arÅ ¤ur¥×n) que al-Baqq×r (o el copista) ha convertido en n׬iyat al-¹im×l wa-¤ur¥×n.
LEMAY, 1995: Abý Maþ¹ar al-Balæ÷, Kit×b al-Madjal al-Kab÷r ilà þilm a¬k×m al-nu¥ým. Liber introductorii maioris ad scientiam judiciorum astrorum. Ed. crítica. Istituto Universitario Orientale. Napoli, 1995.
ROBBINS, 1940: F.C. Robbins (ed. y trad.), Ptolemy, Tetrabiblos. Loeb Classical Library. Cambridge, Mass. y London, 1940 (reimpresión 1980).
SAMSÓ, 1979: Julio Samsó, "The Early Development of Astrology in al-Andalus". Journal for the History of Arabic Science 3 (1979), 228-243. Reimpr. en Samsó, Islamic Astronomy and Medieval Spain. Variorum. Aldershot, 1994, nº IV
SAMSÓ, 1983: Julio Samsó "La primitiva versión árabe del Libro de las Cruces". Nuevos Estudios sobre Astronomía Española en el siglo de Alfonso X editados por Juan Vernet, Barcelona, 1983, 149-161. Reimpr. en Samsó, Islamic Astronomy nº III.
SAMSÓ, 1998: Julio Samsó, "An Outline of the History of Maghrib_ Zijes from the End of the Thirteenth Century", Journal for the History of Astronomy 29 (1998), 93-102. Reimpresión en Samsó, Astronomy and Astrology in al-Andalus and the Maghrib. Ashgate Variorum, Aldershot, 2007, nº XI
SAMSÓ, 2001: Julio Samsó, "Astronomical Observations in the Maghrib in the Fourteenth and Fifteenth Centuries". Science in Context (Cambridge, U.K.) 14 (2001), 165-178. Reimpresión en Astronomy and Astrology in al-Andalus and the Maghrib, nº XII.
VERNET, 1971 Juan Vernet, "Tradición e innovación en la ciencia medieval", Oriente e Occidente nel Medioevo; Filosofia e Scienze, Roma, 1971, pp. 741-757. Reimpreso en Vernet, Estudios sobre Historia de la Ciencia Medieval, Barcelona-Bellaterra, 1979, pp. 173-189.
YANO, 1997: Kušy×r Ibn Labb×n's Introduction to Astrology, edited and translated by Michio Yano. Tokyo, 1997.
Y¶QøT, Muþ¥am al-Buld×n. 5 vols. D×r ¼×dir, Beirut,1986
Chedli Guesmi Guesmi
El Kitab Al-Amtar Wa-I-Asar De Abu Abd Allah Al-Baqqar
Supervisor/s: Lino Camprubí
Date of defense: 18-10-2005
El Kitab Al-Amtar Wa-I-Asar De Abu Abd Allah Al-Baqqar
Supervisor/s: Lino Camprubí
Date of defense: 18-10-2005
Edición critica, acompañada de introducción y comentario, basada en el único manuscrito conservado (Escorial 916), de un tratado de astrometeorologia, escrito por un astrólogo marroquí de principios del siglo XV llamado Abu Abd Allah al-Baqqar. El tratado mencionado tiene el interés de conservar materiales astrológicos andalusíes que no se han conservado en otra fuente y, entre ellos, algunos que son de una notable antigüedad.
Así, contiene la versión más completa conservada en árabe del sistema de predicción astrológica denominado "sistema de las cruces", conocido en la versión castellana alfonsí del Libro de las Cruzes, que los estudios previos realizados por J. Vernet y J. Samsó consideran de origen latino y objeto de una versión árabe realizada en la Península Ibérica a principios del s. IX. El tratado de al-Baqqar contiene 39 versos de un poema didáctico escrito por al-Dabbí, astrólogo de las cortes de al-Hakam 1,Abd al-Rahman I1 y Muhammad (s. IX), que constituye el texto "cientiflco" andalusí más antiguo conservado. Esta misma obra contiene también casi un centenar de versos debidos a Ibn al-Jayyat, un astrólogo de mediados del siglo XI que estuvo al servicio de varios monarcas taifas. Por otra parte, la importancia del texto se pone de relieve en el análisis de las fuentes que utiliza. Gasi todas son las mismas de las que disponían, en el s. XI en Toledo, científicos de relieve corno Sáid al-Andalusí y al-Istiyí. Las fuentes nuevas, no conocidas por Sáid, son el Kitab al-Mugni de Ibn Hibinta (astrólogo cristiano de Bagdad del s. X, cuya obra no se difundió en elOccidente Islámico) y el Kitab al-bari ti ahkam al-nuyum de Ibn Abi-I-Riyal (traducida al castellano en época de Alfonso X con el título de Libro conplidoen los iudizios de las estrellas), casi contemporáneo de Sáid. La obra de al-Baqqar contiene información valiosa sobre las técnicas astrológicas para la predicción.
Así, contiene la versión más completa conservada en árabe del sistema de predicción astrológica denominado "sistema de las cruces", conocido en la versión castellana alfonsí del Libro de las Cruzes, que los estudios previos realizados por J. Vernet y J. Samsó consideran de origen latino y objeto de una versión árabe realizada en la Península Ibérica a principios del s. IX. El tratado de al-Baqqar contiene 39 versos de un poema didáctico escrito por al-Dabbí, astrólogo de las cortes de al-Hakam 1,Abd al-Rahman I1 y Muhammad (s. IX), que constituye el texto "cientiflco" andalusí más antiguo conservado. Esta misma obra contiene también casi un centenar de versos debidos a Ibn al-Jayyat, un astrólogo de mediados del siglo XI que estuvo al servicio de varios monarcas taifas. Por otra parte, la importancia del texto se pone de relieve en el análisis de las fuentes que utiliza. Gasi todas son las mismas de las que disponían, en el s. XI en Toledo, científicos de relieve corno Sáid al-Andalusí y al-Istiyí. Las fuentes nuevas, no conocidas por Sáid, son el Kitab al-Mugni de Ibn Hibinta (astrólogo cristiano de Bagdad del s. X, cuya obra no se difundió en elOccidente Islámico) y el Kitab al-bari ti ahkam al-nuyum de Ibn Abi-I-Riyal (traducida al castellano en época de Alfonso X con el título de Libro conplidoen los iudizios de las estrellas), casi contemporáneo de Sáid. La obra de al-Baqqar contiene información valiosa sobre las técnicas astrológicas para la predicción.
El
Kit×b al-amÐ×r wa’l-asþ×r (“Libro de las lluvias y de los precios”) de
Abý þAbd All×h al-Baqq×r (fl. 1411-1418)
Edición
de Chedli Guesmi
Introducción,
comentario y resumen de Chedli Guesmi y Julio Samsó
ÍNDICE
I AL-BAQQ¶R
Y SU “LIBRO DE LAS LLUVIAS Y DE LOS PRECIOS”
- Presentación
- El autor
- Estudios previos sobre el Kit×b al-amÐ×r
- Las fuentes citadas por al-Baqq×r en el Kit×b
al-amÐ×r
- Estructura del Kit×b al-amÐ×r
5.1
Primera parte: introducción y
“sistema de las cruces”
5.2
Segunda parte: paso de Saturno
por los signos zodiacales y otras técnicas de predicción más elaboradas
5.3
Tercera parte
5.3.1
Capítulo 1: Meteorología y
lluvias
5.3.1.1
Marco temporal de las
predicciones meteorológicas
5.3.1.2
Instrumentos teóricos para
elaborar una predicción
5.3.2
Capítulo 2: Para conocer la baratura y carestía de los precios
5.3.2.1 Generalidades
5.3.2.2 Los productos
mencionados
5.3.2.3 Cuantificación
de las subidas y bajadas de los precios
5.3.3 Capítulo 3: Sobre las indicaciones que proporcionan
los eclipses solares y lunares
5.3.3.1 Introducción
5.3.3.2 Duración de la influencia de un eclipse
5.3.3.3 A quién afectan los eclipses
5.3.3.4 Predicciones basadas en las constelaciones que
han cruzado el horizonte oriental entre el principio y el fin del eclipse.
Otros criterios.
5.3.3.5 Predicciones
basadas en el signo zodiacal del eclipse
5.3.3.6 Predicciones basadas en la mansión lunar en la
que se produce el eclipse
- Conclusiones
- El manuscrito, la edición y el comentario-resumen
II COMENTARIO Y RESUMEN
0 Introducción
0.1Tres actitudes ante la astrología:
0.2 Utilidad de la astrología
0.3 Generalidades sobre
la astrología, tanto mundial como referida a los natalicios individuales
1 Primera parte: el sistema de las
cruces
1.1 Generalidades
1.2 Símbolos planetarios
1.3 Aspectos o estados de los
planetas
1.4 Predicción de sequía, hambre,
granizo, carestía y plagas de langosta.
1.5 Sobre lluvias y precios.
1.5.1 Eclipses
1.5.2 Señales de sequía:
1.5.3 Señales que indican lluvias
1.5.4 Planetas alineados (musaÐÐara)
1.5.5 La ur¥ýza de al-¾abb÷
2. Segunda parte:
Indicios de Saturno (Kayw×n) en su desplazamiento por los grados de la
esfera.
2.1 Introducción
2.2 Saturno en los signos zodiacales
2.2.1 Generalidades.
2.2.2 Geografía astrológica
2.2.3
Paso de Saturno por los signos zodiacales
2.3 Otras
técnicas para el control de lluvias y precios, según varios autores
2.3.1 Ibn al-BayÐ×r en su recensión
de al-Æabar÷
2.3.2 Hermes y otros sabios antiguos
2.3.3
Oscilación de los precios según otros autores
2.3.4 Conjunciones planetarias maléficas y benéficas y sus efectos sobre
los períodos de sequía según el mayor de los sabios
2.3.5 Influencia de la Luna en la evolución de los precios
2.3.6
Consejos a los comerciantes
2.3.7
Predicción de lluvias según el Ra'y al-ciy×n
2.3.8
Cálculo de los momentos de cambio climático
2.3.9
De nuevo el Ra’y al-þiy×n: mareas
3. Tercera parte:
indicios sobre cambios meteorológicos, lluvias y precios en períodos de años,
meses y días de acuerdo con la mayoría de los astrólogos.
3.1 Capítulo 1º: Sobre clima y lluvias.
3.1.1 Normas generales para predecir los cambios del tiempo para ciclos de
un año, un mes y de una semana, según Ibn Ab÷ l-Ri¥×l
3.1.2 Predicciones en función del planeta indicador del año o del mes,
según Ibn Ab÷ l-Ri¥×l
3.1.3 Tres lotes o partes: sahm al-maÐar, sahm al-riy׬ y sahm
al-ayy×m.
3.1.4 Indicios de la Luna a su paso por los
signos zodiacales
3.1.5 Predicciones en función de los términos (¬udýd) en los que se
produce la conjunción y la oposición del Sol y de la Luna
3.1.6 Procedimiento general para predecir el tiempo a lo largo del mes
3.1.7 Indicaciones de los planetas sobre los cambios de tiempo y sobre
otras cosas
3.1.8 Ta’s÷s×t
3.1.9 Apertura de puertas
3.1.10 Sobre el
frío y el calor: predicciones para un año
3.1.11 Eclipses
3.1.12 Apartado sobre lluvias, truenos,
relámpagos, rayos, vientos y sobre la abundancia o escasez de los mismos.
3.1.13 Sobre la abundancia o escasez de
lluvias al principio o final del año.
3.1.14 Predicción de lluvias basada en el horóscopo que se levanta al principio
del año o en el momento de la conjunción u oposición de la Luna y el Sol que le
precede
3.1.15 Apartado sobre cómo obtener testimonios relativos a la lluvia.
3.2 Capítulo 2º: Sobre precios.
3.2.1 Evolución mensual
3.2.2 Sobre el precio del aceite y de los cereales
3.2.3 Predicciones anuales, mensuales y semanales
3.2.4 Apartado sobre los incrementos y disminuciones de los planetas y lo
que indican acerca de los precios.
3.2.5 Clasificación de las casas del horóscopo que permite predecir la
evolución de los precios
3.2.6 Indicaciones de la Luna acerca de los precios.
3.2.7 Estabilidad de los precios
3.2.8 Indicios de subida y bajada de precios
3.2.9 El indicador (al-dal÷l) de los precios
3.2.10 Los planetas y los precios
3.2.11 Relación entre planetas y productos
3.2.12 Signos zodiacales y productos
3.2.13 Apreciación y depreciación de la moneda y de las mercancías
3.2.14 Elección del momento para vender o comprar un animal
3.2.15 Notas dispersas sobre precios atribuidas a “los sabios”
3.2.16 Generalidades sobre baratura y carestía según þAl÷ b. RiÅw×n
3.2.17 Generalidades sobre la evolución de los precios a lo largo del año,
el trimestre o el mes según al-H×¹im÷, el Kit×b al-am£×l e Ibr×h÷m
al-Yahýd÷
3.2.18 Cita de M×¹×’all×h sobre la
producción y el precio del aceite
3.2.19 Generalidades sobre precios según
el seudo-Aristóteles
3.3 Capítulo 3º: Sobre los eclipses de sol y de luna.
3.3.1 Generalidades
3.3.2 Efectos perjudiciales de los eclipses
3.3.3 Influencia de los planetas en los efectos del eclipse
3.3.4 Colores de los eclipses
3.3.5 Sobre quién o qué repercute un eclipse según el
signo zodiacal en el que tiene lugar o
la constelación con la que se asocia
3.3.6 Predicciones en función del signo zodiacal en el que se produce un
eclipse
3.3.7 Justificación de los efectos negativos del eclipse
3.3.8 Eclipses en las 28 mansiones lunares según la astrología india
3.3.9 Consecuencias perjudiciales de un eclipse en una cúspide del
horóscopo de un natalicio o de un aniversario.
3.3.10 Efectos de un eclipse en la vida de un sujeto, en el transcurso de
un año, en la deposición o muerte de un gobernante y procedimientos para
calcular el momento en el que tendrá lugar el acontecimiento.
3.3.11 Colofón
III EDICIÓN DEL KIT¶B
AL-AMƶR WA’L-ASþ¶R
I. AL-BAQQ¶R Y SU “LIBRO DE LAS LLUVIAS Y DE LOS PRECIOS”
1. Presentación:
Los estudios sobre
astrología árabe han conocido notables avances durante los últimos años gracias
a la publicación de un número importante de ediciones críticas de clásicos en
la materia, realizadas por Michio Yano[1], Richard Lemay[2] y el equipo constituido por Charles Burnett, Keiji
Yamamoto y Michio Yano[3]. Si bien los autores editados son, todos ellos,
orientales, nadie duda del interés que tuvieron los textos de autores como Abý
Maþšar y al-Qab÷½÷ en al-Andalus y el Magrib, en donde se difundieron y fueron
objeto de traducciones latinas en la España cristiana. Llama la atención, en
cambio, el que no se hayan llevado a cabo ediciones y estudios de los textos
astrológicos occidentales y que una obra de la importancia del Kit×b
al-b×riþ f÷ a¬k×m al-nu¥ým de Ibn Ab÷ 'l-Ri¥×l no
haya sido editada ni objeto de ningún estudio serio: tan sólo disponemos de una
edición crítica de la traducción castellana alfonsí.[4]
El presente trabajo pretende
presentar una edición de un texto con un interés especial para la historia de
la astrología en el Occidente Islámico: el Kit×b al-amÐ×r wa'l-asþ×r
("Libro de las lluvias y de los precios") del astrónomo y astrólogo
marroquí Abý þAbd All×h al-Baqq×r. Esta obra se conserva, aparentemente, en un
único manuscrito, el MS Escorial 916 (fols. 187v - 236r).
2. El
autor.
Casi nada sabemos
sobre este autor marroquí de la primera mitad del s. XV[5]. De él se conservan dos obras: el Kit×b al-amÐ×r
wa'l-asþ×r que editamos aquí y el Kit×b al-adw×r f÷ tasy÷r al-anw×r
("Ciclos para la prorrogación de los luminares"), del que hemos
podido ver los manuscritos Escorial 916 y Rabat Hassaniyya 826 y 5372.[6] La primera parte de esta segunda obra ha sido editada
críticamente y estudiada por Montse Díaz-Fajardo[7] quien ha demostrado hasta qué punto al-Baqq×r era un
astrónomo competente, que escribe en un momento de crisis en la astronomía
magribí, en el que se produce el abandono progresivo de la tradición andalusí,
representada por la obra de Azarquiel y de sus seguidores, para pasar a
someterse a la influencia de la astronomía oriental. Este aspecto de la obra de
al-Baqq×r había atraído el interés de otros investigadores[8] quienes vieron en este autor un testimonio interesante del
abandono de la teoría de la trepidación, su sustitución por una precesión
constante, y la introducción de una astronomía trópica, en la línea de Ptolomeo
y al-Batt×n÷, en lugar de la astronomía sidérea, de tradición india, cultivada
por Azarquiel y sus seguidores en al-Andalus (Ibn al-Kamm×d, Ibn al-H×’im) y en
el Magrib (Ibn Is¬×q, Ibn al-Bann×’, Ibn al-Raqq×m, Ibn þAzzýz). De hecho el
abandono no fue total, ya que disponemos de manuscritos de tablas astronómicas
de Ibn al-Bann×’[9] e Ibn al-Raqq×m, con notas marginales que dan testimonio
de su uso en el siglo XIX, pero, tal como nos dice el propio al-Baqq×r, este
tipo de tablas eran utilizadas, sobre todo, por los astrólogos[10], mientras que los muwaqqitýn seguían
predominantemente la tradición oriental.
Tanto el MS Escorial 916 (que
contiene tanto el Kit×b al-amÐ×r como el Kit×b al-adw×r) como los
MSS Rabat Hassaniyya 826 y 5372 (que nos conservan la segunda de las obras
citadas) dan el nombre del autor como Abý þAbd All×h al-Baqq×r. Por otra parte
el Kit×b al-adw×r, según el testimonio de su autor, se escribió en el
año 821/1418, año en el que hizo, en Fez, una observación de la altura del Sol,
tras haber determinado, con absoluta precisión, la latitud de la ciudad.[11] Esto nos da una idea acerca de la época y el lugar en
los que vivió al-Baqq×r y sabemos, asimismo, que el Kit×b al-amÐ×r se
escribió después del año 1418 ya que, al final del mismo, se cita ([180]) el Kit×b
al-adw×r. Por otra parte, es muy probable que al-Baqq×r se llamara Mu¬ammad
b. þAli.[12]
Además de las dos obras citadas,
sabemos que al-Baqq×r escribió, por lo menos una tercera que, aparentemente, no
se conserva: un I½l׬ kawkab al-Zuhra ("Corrección relativa al
planeta Venus"), en el que afirmaba que las tablas del movimiento medio en
anomalía de Venus daban resultados incorrectos y que convenía utilizar las de
al-Batt×n÷.[13]
3. Estudios
previos sobre el "Kit×b al-amÐ×r".
Juan Vernet llamó
la atención[14], hace ya muchos años. sobre el interés de la obra de
al-Baqq×r, ya que en ella se conservaba uno de los dos textos árabes en los que
se describía el sistema de predicción denominado "sistema de las
cruces" (Ðar÷qat a¬k×m al-½ulub), hasta entonces sólo conocido a
través de la versión alfonsí titulada Libro de las Cruzes.[15] Vernet consideraba que este sistema era de origen
bajolatino y argumentaba, en primer lugar, sobre la base del testimonio
ofrecido tanto por el texto de al-Baqq×r (cf. [10])[16] como por la versión alfonsí,[17] según los cuales este sistema era el utilizado “por la
gente del Magrib, en los tiempos antiguos, es decir la gente de Ifr÷qiya, los
bereberes y un grupo de los no-árabes (al-þa¥am) de al-Andalus, en una
etapa en la que aún no habían recibido las sutilezas (daq×'iq) de esta
ciencia de las que disponían los persas y los griegos”[18]. Por otra parte, en [31], se señala que este es “el
sistema de predicción antiguo, corriente en el Magrib, quiero decir la
predicción de las cruces (a¬k×m al-½ulub)..., utilizado por los antiguos
rým de al-Andalus, Ifr÷qiya y el Magrib”. Además, el libro de al-Baqq×r
nos conserva ([32]-[33]) el texto más antiguo en el que se describen estos
procedimientos: 39 versos de la ur¥ýza de þAbd al-W׬id b. Is¬×q
al-¾abb÷, que corresponden al capítulo 57 del Libro de las Cruzes (pp.
159-160).[19] Al-¾abb÷ es el astrólogo andalusí más antiguo del que se
tienen referencias y, según Ibn al-QýÐiyya[20], residía en Algeciras y fue llamado a Córdoba por Hiš×m
I (788-796) en el momento en el que éste subió al trono. Requerido por el emir,
hizo una predicción de acuerdo con la cual su reinado duraría sólo de seis a
siete (según Ibn al-QýÐiyya) u ocho años (según al-Maqqar÷). Esta referencia
situaba la actividad de al-abb÷ durante el reinado de Hiš×m I, a lo que había que
añadir la referencia de al-Baqq×r ([31]) según el cual al-¾abb÷ habría
compuesto la ur¥ýza durante el reinado de al-©akam I (796-822). Dado que
el gran período durante el cual tuvo lugar la orientalización de al-Andalus y
el comienzo de la llegada de textos científicos orientales, traducidos del
sánscrito, el persa y el griego, fue el reinado de þAbd al-Ra¬m×n II (821-852)[21], parecía lógico suponer, tal como hizo Vernet, que el
sistema de las cruces correspondía a una tradición cultural latina, que habría
sobrevivido en el Magrib y en al-Andalus hasta mediados del s. IX. El argumento
sigue siendo válido, dada la cronología establecida por al-Baqq×r, a pesar de
que han aparecido evidencias nuevas que muestran que al-abb÷ tuvo una vida muy larga y murió durante el emirato
de Mu¬ammad (852-886), aunque no podamos precisar la fecha. La publicación,
hace unos años, del vol. II-1 del Muqtabis de Ibn ©ayy×n[22] - quien señala que al-¾abb÷ "tiene un famoso poema
astrológico en metro ra¥az" que parece ser el que aquí nos ocupa -
ha revelado nuevos datos sobre este personaje que pudo ser el introductor de la
moda astrológica en la Córdoba Omeya, sobre todo en la corte de þAbd al-Ra¬m×n
II[23], y que murió en Tortosa, ejecutado por orden de
Mu¬ammad.
...............
No hay comentarios:
Publicar un comentario